Antes del Ocaso, Monmor era un
vasto desierto donde vivían una serie de tribus nómadas más interesadas en
guerrear entre sí que en mirar más allá de sus fronteras. Pocas cosas les
unían: la costumbre de no poner nombre a un niño hasta que cumpliera los dos
años de edad, pues tenía que demostrar que podía sobrevivir para ser
considerado un ser humano; la costumbre de considerar el paso de niño a hombre
a la edad de quince años.
Tras el Hundimiento de Ahdiel en
el Abismo, las tribus se organizaron y se unieron, aunque no sería una unión
total. La tribu yinahaii se alzó por encima de las otras y la alianza se centró
en la figura de su Divino Emperador. Una vez unificadas comenzaron a
interesarse por lo que ocurría más allá de sus fronteras. Y se encontraron que,
tras el Ocaso, los demás países de Ridia habían empezado a guerrear entre sí.
Eso les permitió ir acumulando influencias hasta situarse como la potencia más
fuerte del continente. Han conseguido una gran expansión comercial (en todos
los libros encontramos multitud de referencias a las alfombras monmorenses);
sin embargo, la tensión interna se ha mantenido entre las tribus y ha impedido
expandirse militarmente a Monmor hasta ahora. De hecho, si atendemos a la
cronología de la saga, aproximadamente 30 años antes de que comience La Elegida de la Muerte hay una rebelión
de las tribus de Monmor que acaba provocando que se promulgue un edicto
imperial sobre esclavitud. Por supuesto, los yinahaii no serán objeto de este
edicto, lo que provocará aún más recelo del resto de tribus.
Cartel realizado por Erika Aguilar |
LOS SEIS Y
LA ASCENSIÓN
La religión de los Seis la
comparten todas las tribus de Monmor, aunque más bien parece ser impuesta por
los yinahaii tras el Ocaso, al igual que el culto divino al emperador. Consiste
en la adoración de los elementos que componen el mundo: el Agua, el Aire, la
Tierra, el Fuego, la Vida y la Muerte.
Al emperador se le considera un
dios y se le trata como tal. Se le llama Alhaii, en honor a Alhaii Aliayha,
primer emperador de Monmor. Para ello primero tiene que ser un hombre, y como
rezan las costumbres monmorenses, esto ocurre a los quince años de edad. Solo
los monmorenses pueden dirigirse a él con ese título, pues son los únicos que
lo ven como un dios. Los extranjeros se consideran infieles que no son dignos
ni de escuchar su voz y deben dirigirse a él como Alabado.
Para su divinización el
emperador tiene que pasar por una ceremonia donde se utilizan símbolos de los
Seis para obtener poder sobre ellos y fortalecer la imagen divina que ha de
tener el pueblo de él. Para ello tiene que mostrarse tal y como es: ha de pasar
por cada símbolo desnudo.
En primer lugar le vuelcan una
tina con agua helada sobre la cabeza que le deja sin respiración durante unos
segundos. Así el emperador obtiene el poder sobre el Agua y el Aire.
En segundo lugar lo que se
vuelcan son montones de arena hasta quedar cubierto por entero. Al deshacerse
de su prisión el emperador obtiene poder sobre la Tierra.
En tercer lugar vuelcan brasas
ardientes sobre su desnudez para que obtenga poder sobre el Fuego.
En cuarto lugar una sierva le
hace una felación y el emperador obtiene poder sobre la Vida.
Por último, el sumo sacerdote le
clava una daga en el costado y así obtiene el poder sobre la Muerte.
Hay un comentario en Entre las dos orillas en el que se nos
insinúa que todos estos símbolos lo que quieren decir en realidad es que para
que un hombre sea un dios debe dejar de estar atado a las necesidades y leyes
del cuerpo: las quemaduras, la falta de oxígeno, una herida o el sexo.
LAS TRIBUS
DE MONMOR
Cinco son las tribus que se
unieron y formaron el Imperio de Monmor, aunque su unión no fue exactamente
equitativa.
DEPAYIH: es una de las tribus más antiguas de Monmor, la primera
que llegó a las tierras estériles del sur. Sus ancianos aún hablan la lengua de
los primeros pobladores de las arenas. Antes del Ocaso su hogar estaba en las
montañas de Vahiya, en los montes Ahahlios, pero los yinahaii se instalaron
allí tras el Hundimiento. Ahora su asentamiento principal está en Vulenhe, al
pie de las montañas de Depayihia.
VAHIYI: habitan en el sur de Monmor. Se distinguen por su piel
negra y, en ocasiones, sus ojos azules.
EUHOI: aunque las tribus monmorenses en general eran nómadas, ésta
muestra claramente que lo sigue siendo. Los euhoi transitan sobre todo la
Planicie de Caredne con sus familias y animales, aunque son habitantes del
desierto (o las Arenas) en general. Trasladarse es su forma de vida, por ello
no usan a los animales como transporte sino solo como acompañantes. Los que
pueden cargar enseres, como camellos o caballos, son considerados por encima de
las ovejas, cabras y perros. Sin embargo, las encargadas de llevar las tiendas
son siempre las mujeres, les pertenecen. De esta manera, los hombres solo
pueden hallar cobijo en ellas si las mujeres se lo ofrecen.
Una de las cosas que más llaman
la atención de esta tribu es que leen el pasado y el futuro en las estrellas,
buscan la Verdad en ellas y esperan a que sucedan los acontecimientos, no
actúan ni intervienen (si pueden evitarlo). Los
euhoi creen que todos los que viven bajo el cielo son capaces de interpretar
las voces de las estrellas. Excepto las estrellas encarnadas: a ellas les
resulta imposible descifrar el mensaje escrito en el cielo, pues ellas mismas
forman parte del mensaje. Las
estrellas encarnadas eran personas que poseían el poder de sentir los
sentimientos de los demás. Cuando éstas decidían compartir esas sensaciones,
los monmorenses llamaban a aquello «hacer brillar a una estrella», pues les
embargaba un torrente arrollador de emociones tan intenso que los lanzaba hacia
el éxtasis.
Más que a los Seis, adoran al
sol, que consideran un dios terribe, vengativo y letal. Cuando un hombre roba
agua o agacha la cabeza ante el emperador de Monmor lo atan a una roca para que
el sol lo queme.
En Entre las dos orillas encontraremos muchas referencias al odio de
los euhoi hacia los yinahaii, por tratarlos a ellos y a las demás tribus como
esclavos e intentar apartarlos de las Arenas. Los euhoi no ansían tierras,
ciudades ni riquezas. Por eso están totalmente en contra de las ansias del
emperador de conquistar Ridia.
QOHU: llamados también Cazadores de Sombras. Viven en la costa
noreste de Monmor, entre las ciudades de Qouphu y Yuvhiahe. Forman una etnia
plácida y pensativa, más preocupada por los misterios de su antigua religión
que por conquistar a otros hombres. Sin embargo, su escaso deseo de ser más que
los demás y querer más de lo que poseen les da mucho valor como guerreros.
Varios diah del emperador son qohu.
YINAHAII: esta tribu se sitúa por encima de las demás debido a que
el emperador es yinahaii. Por lo tanto, se considera que tienen una sangre
"especial" y se considera un deshonor mezclarla con otras tribus. De
hecho, en Yinahia, hogar original de los yinahaii, actualmente se pueden
distinguir dos zonas bien diferenciadas: la Ciudad de los Dioses, donde solo
viven yinahaii y se asienta el palacio imperial y la Ciudad de Arena, donde
habitan todos los demás. De hecho, hallar una persona de otra etnia en la
Ciudad de los Dioses se llega a considerar delito. Yinahia se elevó a la sombra
de los montes Ahahlios y en torno a un pequeño oasis. Sus calles son
rectilíneas, enmarcadas por edificios blancos y amarillentos. El agua es transportada
por canales y acueductos y la aprovechan al máximo a través de los huertos y
jardines escalonados.
Los yinahaii se distinguen por
su estatura, su piel morena, el cabello negro y las facciones afiladas. El
resto de etnias les tienen rencor por estar por encima de ellos y ser
considerados dioses, al tiempo que los tratan prácticamente como esclavos.
Hombre de Piedra. Fotografía de Tamás Kátai |
CURIOSIDADES
SHEH HALI: Aunque antes del Ocaso las tribus vivían por separado,
en determinadas circunstancias se unieron bajo el liderazgo de un sheh hali. El
sheh hali (o sheh halaa, en caso de ser una mujer) era un jefe de jefes y su
poder procedía del reconocimiento de todas las tribus como tal. A lo largo de
miles de años solo ha habido cinco sheh hali, todos antes del Hundimiento de
Ahdiel. Tras el Ocaso, la figura del sheh hali era demasiado parecida a la del
emperador, por lo que nombrar otro podría ser considerado una especie de
traición al Imperio.
NOMBRES: Mientras que en el resto de Ridia los nobles (y no tan
nobles, ejem, Keyen, ejem) son mentados mediante su nombre y región de
procedencia (Danekal de Laurvat, Adhar de Vohhio), en Monmor se nombra al padre
(con Danekal, por ejempo, sería "Danekal, hijo de Tearate". También
se hace distinción según sea hijo o hija. Aquí un ejemplo de verdad:
Halimi in Kahin (Halimi, hijo de Kahin), padre del actual emperador
de Monmor.
Valhiya een Aliqi (Valhiya, hija de Aliqi), madre del actual
emperador de Monmor.
ALGUNAS PALABRILLAS: si prestamos atención a las localizaciones y
los nombres de los monmorenses encontraremos una cierta similitud (sobre todo
por la proliferación de la H). No hay que olvidar tampoco que las tribus se
mantuvieron aisladas del resto de Ridia hasta el Ocaso, por lo que no nos
debería extrañar que tuvieran un lenguaje propio. En las novelas que hay
publicadas encontramos algunas palabras propias de Monmor y su significado.
Yiha: mayor
Havih: agua
Vhie: rápido
Dalsel: grande
Alhaii: Elegido
Aliayha: Destino
Shalhed: Mellizo
(De esta manera, Alhaii Aliayha,
el primer emperador de Monmor, sería el Elegido del Destino).
HONOR Y VENGANZA: Hay una costumbre tan arraigada en los
monmorenses desde antes del Ocaso que puede ser considerada una ley. En las
Arenas, aquel que no consigue proteger a sus seres queridos de la muerte es el
culpable de la misma, a menos que mate a su asesino. Por ejemplo, un esposo
cuya mujer sea asesinada debe buscar a su asesino y matarlo, no solo como
venganza sino para restaurar su honor, pues es culpable de la muerte de su
esposa al no haberla podido proteger.
La
información para esta entrada está extraída de las novelas de El Segundo Ocaso hasta Títeres del Azar. ¡Si tenéis algún
aporte que haya pasado por alto podéis contactar conmigo y lo añado!
PD: Si queréis saber más sobre el Segundo Ocaso podéis seguir investigando en el blog o en la web oficial de la saga.
PD: Si queréis saber más sobre el Segundo Ocaso podéis seguir investigando en el blog o en la web oficial de la saga.
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