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miércoles, 23 de noviembre de 2016

~Reseña~ Un monstruo viene a verme, o el descubrimiento forzado de la madurez




Conor tenía una pesadilla que se repetía desde hace meses. Pero el monstruo que apareció aquella noche no era el de la pesadilla. No era el de la oscuridad, el viento y el grito. Era un monstruo antiguo y salvaje, un monstruo que venía a contarle historias solo para que Conor acabara contándole la suya… su verdad. Esta es la premisa de Un monstruo viene a verme, historia que comenzó Siobhan Dowd pero que no pudo acabar dado que murió prematuramente por culpa del cáncer. La continuó Patrick Ness; cogió personajes, premisa e inicio y dio forma a esta obra que ha sido recientemente llevada al cine.

No sería honesta si no dijera antes de opinar sobre esta novela que no es el tipo de novela que disfruto. Y que aunque me ha gustado, los motivos por los que no suelo acercarme a este tipo de historias están ahí y tampoco puedo obviarlos, por muy justificados que estén. También debo añadir que es bastante complicado analizarla sin desvelar aspectos que podrían considerarse espoilers ya que salen a la luz en partes avanzadas de la novela. He intentado contar lo menos posible, pero si queréis llegar tan vírgenes como yo a ella, os aconsejaría no leer más.


Como decía, cuando empecé Un monstruo viene a verme no sabía de qué iba el asunto, solo que aparecía un «niño» (con trece años lo de niño es bastante discutible) y un monstruo con cara de madera (espectacular, Bayona, gracias). No sabía nada más, pero para hablar del libro tengo que llegar hasta ese más que desconocía: la madre del «niño» tiene cáncer. A partir de ese dato mi nariz se torció y vislumbré el drama que podía venirse encima. Tampoco hay otra manera de enfocar el cáncer (hasta el final, que puede ser feliz o no). El camino es duro, doloroso, tanto para quien lo padece como para quienes están alrededor, y es ese camino el que recorremos cuando nos adentramos en estas páginas.



Así que sí, el lector va a sufrir (y llorar no le será complicado), pero ¿drama gratuito como dicen algunos? Bueno, si hablar de una enfermedad como el cáncer es drama gratuito, vivimos rodeados de drama gratuito. Enfermedades, hambre, terrorismo machista, guerras… Para mí el drama gratuito es otra cosa, y en Un monstruo viene a verme no hay dramas porque sí. Es el cáncer y cómo afecta al protagonista que su madre lo tenga. Esa es la esencia de la novela a primera vista.

Si vamos profundizando, en la historia subyace algo mucho más profundo, y es la madurez temprana de un joven a causa de un golpe como es la situación en la que vive. Conor se encuentra entre la infancia y la adultez, y eso le generará una serie de problemas internos y para con los demás. Una parte de él no entiende lo que está pasando mientras que la otra está por fuerza obligada a tragar con ello. Eso se manifiesta de diferentes maneras, pero solo voy a expandirme con las que me parecieron más importantes.

La primera, la negación de su entorno de lo que sucede para protegerlo. Como si trece años no fueran suficientes para darse cuenta por uno mismo de lo que ocurre. Es una negación que se va haciendo cada vez más palpable y que afecta cada vez más a Conor, hasta el punto de que me dieron ganas de gritarle al libro a ver si los personajes reaccionaban. Es frustrante. Y Ness traslada esa frustración al lector con frases sencillas y sin rodeos. No necesita explayarse para pellizcarnos el corazón con cada página. Eso no es drama gratuito, es saber hacer. Porque lo que trata de contar con ello no es lo malo que es el cáncer y lo mal que se pasa, sino lo jodido que uno se siente cuando lo tratan de diferente manera «como protección». Todos ven a Conor más pequeño de lo que en realidad es sin darse cuenta de que sus condiciones lo han obligado a madurar a marchas forzadas.

La segunda, el propio monstruo (en algún momento tenía que aparecer), que le cuenta tres historias a Conor complementarias a lo que he comentado en el párrafo anterior. Porque Conor, a pesar de su frustración, también intenta protegerse contra su temprana madurez; busca refugiarse en su niñez, cuando las cosas iban bien y todo era blanco o negro. El monstruo le enseña que el mundo está lleno de grises, que a veces las cosas no son lo que parecen, que no son ni buenas ni malas o que pueden ser ambas a la vez. Una parte imprescindible del crecimiento de la persona.



El resto de personajes se dibujan a través de la relación que mantienen con Conor: su abuela, su padre, sus profesoras, sus compañeros del colegio, incluso su propia madre. El narrador es subjetivo y muchas veces entrará en conflicto con nuestra propia percepción, aunque sabe justificarlo desde la perspectiva del protagonista. Todo ello con un estilo minimalista y cuidado, siendo capaz de contar y comunicar con el menor número de palabras posible, cosa que no es tan sencilla de realizar.

Esta novela no es una historia de fantasía «al uso». Su fantasía es más la propia de los cuentos, aunque este sea uno de los crueles, con su propia moraleja. El elemento fantástico, el monstruo, es solo una metáfora. Es una historia sobre la madurez y las contradicciones del ser humano, sobre el miedo, el acoso escolar, la soledad, sobre las muchas formas que hay de ser valiente. Sin adornos ni mayores pretensiones que hacernos mirar el mundo a través de los ojos de Conor.

De manera objetiva, si tengo que sacarle alguna pega es que las historias que cuenta el monstruo siguen el mismo patrón, por lo que la primera puede llegar a sorprender (aunque está tan forzada que apenas lo hace), pero no el resto. De manera subjetiva, no suelo leer este tipo de historias tan realistas porque lo paso mal de base (independientemente del final), y de haberlo sabido es probable que no la hubiese leído, por la misma razón que no he visto La vida es bella o La lista de Schindler. ¿Busca la lágrima fácil? No creo que esa sea su intención. Hay historias que por ser como son no podemos evitar la congoja y la aflicción, y no por ello merecen menos ser contadas. No obstante, entiendo que a algunos nos apetezca más tener otro tipo de lecturas entre manos, porque para ciertos momentos puede llegar a sobrepasarnos. Eso no quita que Un monstruo viene a verme sea una muy buena novela que muestra cómo menos puede ser más y que destapa el alma de niños que tenemos para entendernos mejor como adultos.


 Título: Un monstruo viene a verme
Autor: Patrick Ness (idea original de Siobhan Dowd)
Traductor: Carlos Jiménez Arribas
Editorial: Nube de tinta (PRH)
Año de publicación: 2014
Nº páginas: 208
Precio: 9,99€ (ebook)





Dalayn
Lectora por vocación. (Medio) arquitecta por amor al arte. Soñadora de mundos y hacedora de historias. Escribo porque me hace feliz.

2 comentarios:

  1. Me doy cuenta que entonces la película ha adaptado bastante bien la novela, no sé cuanto de "fiel" pero sí desde luego la esencia, por lo que cuentas de ella.

    Que a todo esto mucha gente se ha indignado con lo de que no sea fantasía. Ya no sé si se ha vendido erróneamente o no se les ha ocurrido como a mí, que pudiera ser una peli o libro más metafórico que fantasioso

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    1. Lo leí rápido para ver la peli y al final no la vi XD Pero por lo que he leído parece que sí es bastante fiel excepto un trocito al final que Bayona se inventó.

      Yo esperaba que fuera más fantasía, pero no imaginaba cómo eso podría ser real. Y desde que empieza queda claro que es más alegórico que otra cosa, además muy previsible. Pero bueno, es que esa es la historia, es absurdo meter ahí un giro de guión sin sentido si quieres que el mensaje siga siendo el mismo.

      Un beso ;)

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