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martes, 24 de noviembre de 2015

~Reseña~ Entre las dos Orillas, o cómo jugar malvadamente con personajes y lectores


SINOPSIS
¿Creías que todo había terminado, cachorrito? Ahora que has derrotado a tus enemigos, en esta tierra y en la tierra de los sueños, ¿creías que podías vivir tranquilo? ¿Creías que las batallas de Lanhav y la Bruma serían las únicas que tendrías que librar? Ten cuidado, señor de Laurvat, rey de Novana. Ten cuidado, cachorrito: en Ridia no existe la paz. Los olvidados se alzan del Abismo; las sendas se abren; las orillas se unen, y tú estás en el centro de la telaraña, en el centro del tablero, en el centro de la partida. Cuando el destino decide jugar, es él quien impone las reglas.

El emperador de Monmor, que durante años ha preparado la invasión del continente de Ridia, pone en marcha sus planes de conquista empezando por la península de Ternia. El rey Adelfried de Thaledia busca aliados para impedir el avance del Imperio, y para ello trata de unir su país con Tilhia por una alianza matrimonial. Las maquinaciones del emperador enredarán por accidente a Danekal de Laurvat y su esposa hasta atraerlos al centro de una tela tejida por el intrigante niño, cuyos hilos alcanzan los más alejados rincones del continente.



No sé muy bien cómo empezar a decir qué opino de este libro. Me ha costado hasta poner el título de la entrada. No puedo poner "mola" a todos los libros que me han gustado. ¡¡PERO ES QUE ESTE ES LA PUTA OSTIA LECHE!!

Perdón, es que aún no se me ha pasado la emoción del momento. O de todos los pequeños momentos. Porque de las seiscientas y pico páginas que tiene la novela he de decir que sobran pocas, muy pocas.

Entre las dos Orillas es la tercera novela de la saga del Segundo Ocaso, sin contar las precuelas (hace unos días os conté mi opinión de LaElegida de la Muerte, el primer tochito de la saga). Y es cuando se empieza a vislumbrar un poco hacia dónde pueden ir los derroteros, porque las dos entregas anteriores eran más iniciáticas. En este libro las piezas ya están en el tablero y empiezan a moverse. O a ser movidas.


Tanto en La Elegida de la Muerte como en El Sueño de los Muertos sabemos que hay seres superiores manejando en mayor o menor medida lo que va ocurriendo, pero hasta ahora no descubrimos hasta qué punto pueden meterse en las vidas de los ridianos. Así que nos encontramos con dos partidas, la que se juega en el tablero de Ridia y otra a un nivel que podríamos denominar místico y mucho más imprevisible.

Issi, Keyen, Adelfried, el emperador de Monmor, Danekal, Dilanya, Angarad… volvemos a reencontrarnos con ellos y con otros personajes nuevos en un giro continuo de los acontecimientos que te atrapa en cada página. Además, como ya pasaba en los libros anteriores, los capítulos son, en general, cortos; de cuatro o cinco páginas, hace que la lectura sea más ágil y que se vayan intercalando los personajes y las localizaciones para que no puedas parar.


Leyéndomelo he tenido la sensación continua de estar en el aura de Festín de Cuervos: esas piezas que se van posicionando, preparando la historia para llegar a la siguiente fase, pero con mucha más acción y dinamismo. Supongo que es gracias a la doble partida que he mencionado antes. Dentro de la partida entre "deidades" es donde se va tomando posiciones, mientras que entre los propios personajes hay un cúmulo de sucesos enfebrecido hasta llegar al clímax.

Quizá la trama que menos me ha entusiasmado ha sido la de Issi y Keyen, no sé si porque acababa de releerme La Elegida de la Muerte, pero me ha parecido que le faltaba algo. No es la trama que más aparece, y aun así ha habido varios capítulos que me daba la sensación de que estaban ahí para decir "eh, seguimos vivos", como si no hubiera nada interesante que contar aparte del maravilloso humor de la mercenaria y el ladronzuelo, el cual a momentos también se me hacía un poco repetitivo. Quizá también ha sido porque es la trama del viaje, y la chicha estaba en otras localizaciones, pero es la única pega que puedo sacar.

Por lo demás es que me ha tenido en vilo toda la semana y ha acabado haciéndome llorar como solo recuerdo haber llorado con el sexto de Harry Potter y la Boda Roja, y eso tiene mucho mérito. Desde mi punto de vista, cuando un autor consigue meterte en la historia hasta ese punto significa no que esté haciendo algo bien, sino que está haciendo muchas cosas bien. Así que no puedo hacer otra cosa que quitarme el sombrero.


PD: Si queréis saber más sobre el Segundo Ocaso podéis seguir investigando en el blog o en la web oficial de la saga.

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