Ya he hablado en ocasiones anteriores del interés de Lola Robles por la bibliografía de escritoras de ciencia ficción, sobre todo españolas. Pero creo que merece un apartado especial mostrar su trabajo al respecto, ya no solo por su dedicación, sino porque constituye un aporte significativo en el marco de la ciencia ficción nacional, más de cara al futuro que a un pasado que no se puede cambiar.
Robles estudió
Filología Hispánica y comenzó a trabajar en 1987 en la Biblioteca
de Mujeres de Madrid, de la que ya hablé en el primer episodio del podcast. Fue allí
donde comenzaron a elaborar una bibliografía de escritoras de ciencia ficción,
que se editó como folleto en 1989. En el 2000 se publicó una ampliación: Escritoras de ciencia ficción y fantasía:
Bibliografía, con prólogo de la propia Robles.
Más adelante
crearía el blog Bibliografía de
escritoras de ciencia ficción y fantásticas, actualizado hasta 2008,
donde se incluyen obras no solo de escritoras hispanas sino también de nombres
relevantes del panorama internacional.
De la mano iría
el portal Biblioteca de relatos,
donde se pueden hallar algunos relatos cedidos por diferentes autoras (allí
está el relato “Savitri”, de Lola Robles, que leí en el primer episodio del
podcast ya citado).
Por último, en su
blog encontramos una página con bibliografía
de escritoras españolas, publicada en 2016, si bien solo incluye novelas o
colecciones de relatos.
A lo largo de
2016, Robles publicó en la revista
SuperSonic (#4
y #5)
un artículo dividido en dos partes (aunque en mi opinión faltarían algunas más)
sobre escritoras españolas de ciencia ficción. En un tono similar al utilizado
en En
regiones extrañas, desgrana el argumento de algunas obras de interés
producidas en los siglos XX (1ª parte) y XXI (2ª parte), además de presentar a
sus creadoras y contexto.
Más allá de los
nombres y obras, que se podrían consultar de forma gratuita en los portales
referidos anteriormente o en artículos como el publicado en 2017 en Barcelona Review, este
artículo extendido tiene un valor añadido por varios motivos, a mi entender:
- –La reflexión inicial sobre la necesidad de visibilizar a las escritoras de género, sobre todo en nuestro país.
- –La enumeración de distintos factores que pueden influir en cierta manera en la menor producción e interés de las mujeres en la ciencia ficción sin entrar en mayores valoraciones.
Aunque con la
aparición de iniciativas como Alucinadas
(que va ya camino de su 4ª edición), Premio
Ripley, La Nave Invisible,
Adopta una Autora o La ventana del sur ha
quedado patente en los últimos años que no solo hay una necesidad sino también
un interés en conocer y visibilizar escritoras de género fantástico, todavía
hay quien se pregunta si no es esta una actitud discriminatoria. Teniendo en
cuenta que solo es una muestra parcial de la producción en materia de género
fantástico y que a nadie se le obliga a consumirla en exclusiva, ya el
comentario dice mucho. Si añadimos, además, que ya no solo la producción de
obras de ciencia ficción por parte de mujeres en España ha sido siempre
ampliamente inferior al de varones, sino que aun hoy día se siguen publicando
antologías sin presencia femenina y que en textos divulgativos de relevancia la
única mencionada es Elia Barceló, creo que no hace falta mucha más
justificación.
“La ciencia ficción publicada por autoras se encuentra en los márgenes de una literatura que no ha dejado de ser marginal. […]. El día que ya no se necesite, será una jornada feliz, porque significará que la presencia de mujeres y varones en el género habrá devenido más igualitaria”.
Y, añado, dada la
evidente problemática de la escasez de lectoras de
ciencia ficción (tema en el que Robles se extiende en el artículo),
destacar a estas mujeres posibilita tener referentes. Lo que no se conoce es
como si no existiera y a no ser que se posea un excelso espíritu aventurero, ya
no es que se rechace, es que ni siquiera se contempla. Si hay quien se plantea
no escribir ciencia ficción porque no es de ciencias, si hay quien cree que el
espacio no es cosa de mujeres porque no conoce mujeres astronautas, cómo no
pensar que la falta de referentes en ciencia ficción inclina a las escritoras
hacia otras áreas más vinculadas tradicionalmente a su género (romántica,
juvenil, fantasía).
No obstante,
cuando se refiere al hecho de incentivar la lectura de géneros no realistas, ya
no solo por mujeres, sino por el público en general, comenta un par de aspectos
clave y muy acertados que me parece que muchos de los críticos con estas
iniciativas no contemplan:
“Aislar la CF de mujeres más allá de una primera intención divulgativa es una postura que ni nos beneficia como escritoras ni sirve al género. Es cierto y comprensible que destacar y recuperar a las autoras y centrarse en ellas se hizo como una forma de reivindicación en momentos muy importantes del feminismo. […] A mí, por ejemplo, me interesan las ficciones no solo feministas sino pacifistas, antimilitaristas y queer, […] pero eso no quiere decir que considere que son las únicas que debe haber y que no me agraden otras fuera de esa ideología”.
“Aunque es necesario dar a conocer a las personas menos aficionadas la ciencia ficción de más calidad, tiene que saber que el género ha sido mayoritariamente una literatura popular, y destacar solo la CF culta es recaer en la postura elitista desde la que tantos prejuicios ha generado”.
En resumen,
estamos hablando de acciones divulgativas, para dar a conocer, no para imponer
un tipo concreto de ficción. Eso también tiene que ver con el tema de la
diferencia entre CF culta y CF de entretenimiento, ya explorado por Robles en
su ensayo sobre géneros no realistas, En
regiones extrañas. Aunque minoritarias, en este contexto me he cruzado con críticas
sobre la calidad temática de los textos que se mencionan, encumbrando ciertos
nombres y menospreciando otros por enmarcarse en una literatura “mediocre”. Esa
excelencia que se exige a las escritoras de ciencia ficción es la exigencia que
encontramos las mujeres a diario en cualquier ámbito, y lo que hace que muchas
de ellas no se lancen a la escritura (u otras profesiones). Como si la calidad
literaria fuera un rasgo de nacimiento y no uno que se consigue con la
práctica.
Además de la
escasez de lectoras, Robles enumera otras variables a tener en cuenta para
entender la falta de interés de las mujeres por escribir este tipo de ficción:
- –La tradición audiovisual de la ciencia ficción, en la que en su mayoría los hombres han creado ficción para otros hombres, abundando en los estereotipos masculinos y femeninos más convencionales, heteronormativos, racistas, violentos y militaristas.
- –Falta de relevancia de la ciencia ficción en contextos académicos.
- –Editoriales y sellos de CF más centrados en autores anglosajones. Escasa difusión de la Cf española, sobre todo por editoriales independientes y de un alcance mucho menor.
- –Dificultad de difusión de la obra en la actualidad por la saturación del mercado.
- –El fandom y la ventaja de moverse con fluidez dentro de él ayuda a la difusión de la obra. No afecta solo a las mujeres, pero hay que contar con ello.
En el artículo
todas estas variables tienen una explicación mucho más amplia y creo que es importante
prestar atención a los matices, sobre todo si hay interés en seguir buscando un
estado igualitario en la producción de ciencia ficción en España. Ya hablé hace
meses de lo difícil que es valorar
el problema por la cantidad de factores que influyen, pero por eso mismo
hay que señalar lo absurdo de simplificar y centrarse solo en un aspecto.
Trabajos como
este son necesarios porque dan una perspectiva diferente de lo que solemos
entender como historia del género. Habla Robles de varias autoras anteriores al
franquismo que tienen obras cercanas a la ciencia ficción aunque su obra nunca
se ha calificado como prospectiva y es difícil englobarlas. Del mismo modo,
resulta complicado dar autoría a muchas otras que publicaron bajo seudónimo,
generalmente masculino y extranjero. Sin embargo, es importante reconocer que
las mujeres no empezaron a escribir ciencia ficción en España en los 80, tras
la ola de ciencia ficción feminista que se vivió en el mercado anglosajón en
los años 70, y que, aunque sea la más reconocida por méritos obvios, Elia
Barceló no es la única que se ha adentrado en esta literatura en el siglo XX.
Si no todos, al menos la mayoría de nombres aparecen en el artículo de Barcelona Review que he enlazado anteriormente, y se pueden consultar también en la charla que Robles dio en la Eurocon 2016 (XXIV Hispacon), donde también amplía algunas de ellas. Espero que estos artículos no se queden solo en la segunda parte, porque acaba en las nacidas en los años 50 que han publicado ya en el s. XXI, y estamos ahora ante un buen momento dominado sobre todo por escritoras nacidas entre los años 60 y los 80, como bien apunta.
Si no todos, al menos la mayoría de nombres aparecen en el artículo de Barcelona Review que he enlazado anteriormente, y se pueden consultar también en la charla que Robles dio en la Eurocon 2016 (XXIV Hispacon), donde también amplía algunas de ellas. Espero que estos artículos no se queden solo en la segunda parte, porque acaba en las nacidas en los años 50 que han publicado ya en el s. XXI, y estamos ahora ante un buen momento dominado sobre todo por escritoras nacidas entre los años 60 y los 80, como bien apunta.
Voy a dejar que
sea la propia Lola quien acabe este comentario con el último párrafo del artículo
Un mundo por delante de su lastre:
escritoras españolas de ciencia ficción:
“Quiero terminar con una pregunta: ¿podríamos hablar de una «generación de escritoras españolas de ciencia ficción» donde se encontrarían desde las autoras nacidas a finales de los años 60 hasta las que nacieron a mediados de los 80? Creo que sí, porque al aumento notable de creadoras y a un mayor número de publicaciones se une el que se conocen y relacionan entre ellas como suele ocurrir en las generaciones literarias. Lo que no parece haber son características comunes en cuanto a temáticas y estilos, por lo menos hasta ahora, lo cual tiene una parte muy positiva porque implica una gran diversidad. Eso sí, la perspectiva feminista está ya interiorizada y normalizada en estas creadoras y aparece con normalidad en sus textos. Sería la primera «generación literaria», no ya una serie de escritoras rara avis, sin relación entre sí y apenas conocidas por el público aficionado. El tiempo lo dirá, pero promete mucho”.
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