¡Hola, lagartijillas! Interrumpimos el horario habitual para traer una invitada de lujo al blog. Alister Mairon, de Escribe con ingenio (un sitio que os recomiendo mucho, sobre todo si sois escritores y os gusta eso del worldbuilding, aprenderéis un montón de cosas) y autora de Sub-suelo y Sorgina (fantasía en la Asturias del s. XVII, publicada por Ronin literario y que podéis encontrar a precio libre en lektu este octubre). Os dejo con ella.
Vamos a ser sinceros: escribir es un proceso largo,
complejo y agotador. Cuando terminas tu obra, después de meses de encierro y
aislamiento social, lo último que quieres es que todo ese esfuerzo caiga en el
olvido. Por suerte, querido escritor, para evitar que eso ocurra contamos con
el inestimable apoyo de los reseñistas.
Sí, existen personas dispuestas a dedicar parte de SU
tiempo a leerse y comentar TU obra. Sin embargo, esta muestra de altruismo no
debe se tomada por los juntaletras como una invitación a barra libre de
propaganda.
No, amigo. Eso no funciona así. Y además es muy desagradable para la
persona que reseña tener que soportar las quejas y exigencias de los autores
cuyas obras decidió reseñar.
Como a parte de escribir también reseño aquellos libros que voy leyendo, he decidido ilustraros sobre aquello que un
autor no debe esperar de una reseña.