¡Por fin he terminado un CampNano! Para los que no lo sepan, el Nanowrimo es un reto de escritura que se realiza en noviembre y que consiste resumidamente en escribir 50000 palabras en un mes. Así, sin vaselina ni nada. Para ir ensayando, en abril y julio se realizan algo así como campamentos del Nano, retos similares donde cada uno se pone su propia meta.
En abril me apunté pero apenas escribí nada. ¿Por qué? Pues
por lo mismo de siempre. LA VIDA. Proyectos, lecturas, compromisos, fiestas,
amigos, familia… cualquier cosa es una buena excusa. Además, soy una escritora
lenta y me agobio mucho, necesito la mente despejada y que nadie me moleste ni
esté detrás de mí para no romper la poca concentración que haya conseguido
reunir. Esto es algo que me lleva ocurriendo años, y ha hecho que escriba
bastante poco y en general relatos cortos o microrrelatos (más o menos los quepodéis leer en el blog), sobre todo para concursos, que es lo único que me
motivaba algo más a dejar de lado el resto de asuntos.
Sin embargo, creo que gracias en gran parte al corrillo de
escritores más o menos noveles (sí, y a la presión de Cerbero, para qué nos
vamos a engañar), estos últimos tres meses me he forzado todo lo que he podido
para ponerme delante de la libreta y del ordenador y escribir. Pero no ha sido
hasta julio, con el CampNano, que me lo he tomado verdaderamente en serio. Y
además de haber conseguido el objetivo que me propuse (20000 palabras), he
sacado varias conclusiones que me gustaría compartir con vosotros:
Soy una escritora lenta
Bueno, eso ya lo he dicho antes, pero lo he constatado
activamente día tras día. Soy MUY lenta. Porque soy una perfeccionista y no
puedo escribir simplemente la primera frase que me pasa por la cabeza, sino que
tiene que ser una buena frase (quizá luego en la corrección ya no me parezca
tan buena, pero ea), y con las palabras que tocan (viva el diccionario de
sinónimos). No, no es el mejor método para escribir, lo más probable es que sea
el peor del mundo (aunque el de Martin me sigue pareciendo peor), pero es mi
método, con el que me siento cómoda. Aunque sea lenta. Y me motivo mucho más
pensando mientras escribo que está bien escrito. Luego, cuando corrija, ya me
pondré en modo: esto es una bazofia y le sobra la mitad del texto, cepilla.
Pero mientras escribo, motivación. Tarde lo que tarde. Porque en el fondo sé
que no será perfecto (ni se le acercará), pero es la manera que tengo para que
al final esté hecho.
La importancia de ponerse metas factibles
Cuando empezamos un reto solemos estar motivados y creemos
que podemos con todo. Luego llega la realidad y nos pega un zapatazo en las
costillas. Nos frustramos porque vemos imposible hacer aquello que nos habíamos
propuesto, nos sentimos (más) inseguros, creemos que si somos incapaces de
cumplir una simple meta numérica, también lo seremos para producir algo de
calidad.
Por todo esto creo que es importante ser realistas, hacer
una planificación del tiempo del que disponemos y hacer un uso útil de dicho
tiempo para que nos cunda al máximo.
Por ejemplo, como he dicho antes, yo me propuse hacer 20000
palabras. Eso suponía una media de 645 palabras al día. ¡Parece nada! Pero para
mí, y según el día, esas palabras me pueden salir en media hora o en dos. Por
no hablar de que contaba con que en la semana del Celsius no escribiría nada.
Eso sube la media por día a casi 1000 palabras. Al final, como podéis
comprobar, he llegado un poco por los pelos. Pero lo más importante ha sido
comprobar que si CampNano me sugería, a partir de las estadísticas que tenía
hasta ese momento, escribir 700 palabras al día, y las escribía o las superaba,
para mí era suficiente y estaba contenta. Me daba tiempo a hacer otras cosas y
si aún me quedaba tiempo libre podía escribir un poco más o darme un premio y
descansar. Porque para mí la meta del día estaba cumplida. Y eso es importante
porque te deja la sensación de «puedes hacerlo» y cogerlo con ganas al día
siguiente.
Una de las críticas del Nano suele ser que «te obligas a
escribir» y de ahí no puede salir nada bueno. Bueno, la idea no creo que sea
sacar un Nobel en un mes, sino un borrador que habrá que revisar para hacerlo
primero potable, luego legible y por último disfrutable. Y para eso, «obligarse
a escribir» es clave. Sobre todo para los que estamos metidos en mil cosas y
nos cuesta encontrar ese momento de paz y tranquilidad absoluta para ponernos
en marcha. El Nano te obliga a ser constante, porque es mejor escribir 1000 palabras
al día que escribir 7000 de golpe y luego estar rascándote la barriga los 6
días de la semana restantes.
Yo empecé escribiendo el relato de cachava y boina para
presentarlo a la antología
de Cerbero, pero a mitad de mes tuve una epifanía, se me metieron unos
personajes y una historia entre ceja y ceja y al cabo de dos días tuve que
ponerme a escribir sobre ello porque estaba siendo demasiado insistente. Lo
terminé en una semana, pasó el Celsius, y cuando quise retomar cachava y boina
había perdido por completo el tono del relato. Tuve que releerlo entero para
volver a ponerme en sintonía y continuarlo. Por eso (y porque no siempre nos
podemos permitir escribir 7000 palabras en un día para compensar el resto) es
importante ser constante y estar enganchado a lo que estás escribiendo. Supongo
que a veces, sobre todo en novela, hay que descansar para no saturarse o entrar
en un bloqueo, pero es más fácil no hacerlo escribiendo otra cosa (pero
escribiendo al fin y al cabo) que dejarlo por completo. De hecho, me costó
mucho más ponerme a escribir tras el parón del Celsius que entre un relato y
otro.
Utilizar disparadores creativos y pequeños retos de
escritura automática puede ser útil para trabajar y descansar al mismo tiempo
Vale, esto puede ser bastante contradictorio, pero tiene su
lógica. Hay días que por A o por B no tenemos mucho tiempo para escribir, o no
estamos de humor para continuar con el tono de la historia, sin embargo no
queremos perder nuestro rato de escritura.
En este caso puede funcionar muy bien coger un tema
aleatorio, por ejemplo «Que tu personaje le pida consejo a su madre», ponerse
un límite de 10 minutos y lanzarse a la aventura. Podemos usarlo para explorar
algún aspecto de un personaje que ya tengamos en mente, crear uno nuevo, o
incluso nos puede servir para incorporarlo posteriormente a otra historia. Yo
utilicé este ejemplo en una sesión con mis compis de cabaña (grupos dentro del
CampNano para animarnos mutuamente) y utilicé uno de los personajes del relato
de cachava y boina. No creo que la escena en sí pueda entrar en el relato, pero
me sirvió para explorar algo más la psicología del personaje, la relación con
su madre, y eso sí que se puede ver reflejado (o esa es la intención) en la
historia final.
La cuestión al final es no pararse y coger ideas que nos
pueden servir en otro momento. En mi caso, además, siendo una escritora lenta,
me posibilita escribir mucho en poco tiempo, por lo que si algún día voy más
pillada no me siento culpable por no haber escrito nada. Y lo mejor es que
luego lo he podido utilizar de una manera u otra.
No soy imprescindible
Tengo un sentido de la perfección y la responsabilidad algo pasado de rosca, lo
que implica que me vuelco mucho en los proyectos en los que ando metida, y eso me consume mucho tiempo. Los que me seguís conocéis que estoy metida en mil
cosas (entre ellas La Nave
Invisible, Windumanoth y Tres marcianos
y medio). Para poder llegar a esas 20000 palabras he tenido que reducir un
poco mi presencia en estos proyectos y en el propio blog y ¡oh, sorpresa! no ha
pasado nada. No he descuidado mis compromisos (al menos nadie me ha echado la
bronca por no haber cumplido), simplemente no he hecho extras que antes sí
hacía. También he leído menos.
Esto ya es muy personal, porque sé que cuando encuentre
trabajo no voy a poder con todo y habrá que recortar por algún sitio. Pero lo
importante es saber que si el resto del mundo puede hacerlo, yo también. Es
cuestión de voluntad. Porque nadie nos va a regalar el momento idóneo para
ponernos a escribir.
¿Y ahora qué?
Pues ahora, dado que tengo varios proyectos de escritura en
mente y no se van a escribir solos, la intención es seguir con la inercia del
CampNano.
Escribir al menos una hora al día
Prefiero una meta
temporal a una por palabras porque bueno, ya lo he dicho, soy una escritora
lenta. Me es más fácil organizarme por horas porque no sé cuánto tiempo me va a
costar escribir X cantidad. Además, corregir, reescribir, planificar también
forma parte del proceso de escritura, y eso es más difícil de cuantificar.
Planificar más
Sobre todo para historias más amplias
(novelas cortas, novelas) creo que viene muy bien planificar. Primero porque
ayuda cuando tienes que escribir cosas más complejas (con varias tramas o
secretos a desvelar). Segundo, porque agiliza el proceso de escritura (al menos
a mí). Creo que lo importante es dejar un margen para la improvisación, la
posibilidad de cambiar la estructura si la historia lo pide.
Esto depende mucho también de cada escritor. Para improvisar
es más usual ir avanzando en la escritura con la historia, mientras que una
planificación más rígida te permite escribir escenas salticleadas porque te
apetece. Incluso el final. Así evitamos apresurarnos cuando vemos que está
cerca la finalización.
Depender menos del espacio
En concursos no queda más
remedio, pero tengo ganas de liberarme un poco y escribir lo que me apetezca
con el espacio que necesite. A veces me da la sensación de que cuando veo que
me voy a pasar del límite que me pide un concurso empiezo por inercia a
simplificar y eliminar contenido, quedando descompensado el inicio y el final.
Esto luego hay que corregirlo en procesos posteriores, pero me crea bastante
inseguridad a la hora de escribir. Así que mejor desencorsetar y liberarse un
poco, ¿no?
Bajar el ritmo de publicación en el blog
Sí, tenía que
llegar tarde o temprano. No se puede tener todo, y además ya llevaba varios
meses pensándolo. Entre unas cosas y otras, hacer una entrada a la semana me
está costando bastante, porque ya hay otros sitios donde publico reseñas, me
cuesta más ponerme a realizar artículos más largos que requieren más
documentación y dedicación y además me estaba impidiendo leer libros más tochos
por la imposibilidad de leérmelos en una semana. Estúpido, ¿verdad? Bien, pues
es hora de dejar de serlo (más vale tarde que nunca, ¿no?). Voy a tomarme un
descansito en agosto y cuando vuelva postearé cuando tenga algo, no sé con qué
frecuencia pero sí cuando me apetezca. Al fin y al cabo esto era un hobby y no
estoy cobrando por ello.
¡Toca crear mundos! |
En septiembre estaré de vuelta con Adopta una autora,
Biurrun, Barceló,
Sanderson y un sorteo. Y si queréis algo de mí ya sabéis que en la parte
izquierda del menú tenéis mis redes sociales.
¡Pasad buen agosto, estéis o no de vacaciones!
Yo creo que ya te he dicho esto en más de una ocasión, pero eres una monstrua. Es decir, estás en mil proyectos, sacas tiempo para todo y para tus cosas; no sé cómo cojondris lo haces, pero lo haces.
ResponderEliminarY... I feel you, yo también soy lenta escribiendo, pero créeme, después en las correcciones más tochas le darás las gracias a tu yo del pasado :)
Me conozco. En los exámenes odiaba repasar. Así que las correcciones las disfruto y las odio a partes iguales. Acabo de terminar un relato que sé que voy a tener que reescribir mucho y me da pereza solo de pensarlo xD
EliminarPD: El truco es dormir poco 8D
Me siento muy identificada con tu entrada.
ResponderEliminarEn el nano siempre fracaso. Y en estos ensayos nunca entro porque abril es el peor mes del año para mí (demasiados cumpleaños, y comienza un mes donde tengo mucho trabajo por la mañana y tarde) y en julio lo mismo (habitualmente trabajo por las tardes pero en vacaciones también lo hago por las mañanas, salvo en agosto).
También soy muy meticulosa, y esto hace que dedique mucho tiempo a todo lo que hago, y suelo estar en mil cosas, de las que ahora he empezado a desprenderme porque las hacía por "amor al arte" por "ayudar a otros" y yo no estaba sacando nada de ello salvo el placer de colaborar y perfeccionar jajaja. En mi intento de exprimir tiempo, pasé a leer entradas de blogs solo desde el móvil y en los trayectos al trabajo, por lo que nunca comento y eso hace al mismo tiempo que esté un poco aislada (y no me gusta)...
En septiembre, con el nuevo curso, quiero organizarme mejor. A ver si lo consigues, y lo consigo :)
Vamos a por ello, seguro que podemos ^^ La cuestión es ponerse a ello. A mí me ha venido muy bien esta continuidad para conocer mejor mis métodos y manías a la hora de escribir y así poder aplicarlo mejor luego. ¡Mucho ánimo!
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