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jueves, 28 de abril de 2016

La presión del escritor


Según la RAE, la presión es la fuerza moral o influencia ejercida sobre una persona para condicionar su comportamiento. Todos vivimos bajo una presión constante, muchas veces tan arraigada en nosotros que convivimos con ella de forma natural, sin ser conscientes de que está ahí. Las leyes, la moralidad, las convenciones  sociales: todo influye en nosotros sin que podamos afirmar de forma vehemente si algo lo hacemos porque realmente queremos o porque los elementos que nos presionan nos llevan a ello.

Sin embargo no quiero hacer un ensayo filosofo-psicológico sobre el tema, sino hacer una reflexión (diría que breve, pero me estaría engañando a mí misma) sobre cómo nos afecta la presión a la hora de escribir (aunque también se puede extender a otros ámbitos, por supuesto) y cómo podemos usarla a nuestro favor y evitar que se ponga en nuestra contra.

Hace unos meses publiqué una entrada con algunos consejos sobre concursos literarios y sobre cómo podían hacer que dejáramos de procrastinar y comenzáramos a escribir. En uno de los apartados mencionaba la fecha límite como un punto para motivarnos y comenzar una rutina de escritura. Esta fecha es un punto que nos presiona a cambiar nuestros hábitos A todos nos ha pasado que hemos vivido felices hasta que nos hemos cerciorado de que teníamos un examen encima: justo entonces sentimos esa presión psicológica que nos empuja (a algunos) a dejarlo todo a un lado para estudiar. Esta fecha límite puede venir dada por un concurso, porque nuestro lector beta quiera leerla en un momento en particular porque no tendrá tiempo después, porque una editorial que nos interesa haya abierto recepción de manuscritos. Pero sobre todo es importante que aprendamos a ponernos nuestras fechas límite de manera que ejerza una presión real sobre nosotros. No vale con decir «intentaré tenerlo acabado para tal día y si no, tampoco le faltará mucho». Porque le faltará, creedme que le faltará. Y para eso hay que tener cierta fuerza de voluntad también (de la que algunos prácticamente carecemos). Por eso la presión puede jugar a nuestro favor.


Otro ejemplo de presión positiva: tu propia ambición. Ambición a la hora de contar tu historia. De hacer bien tu trabajo. De escribir lo mejor que sepas en ese momento. Si para ello te tienes que documentar durante meses, crear un mundo mastodóntico de la nada, corregir una y mil veces para que todo sea coherente, no haya erratas, no tengas pleonasmos ni errores estilísticos… si para ello tienes que estar años con una historia, lo harás. Tu cabecita no podría vivir habiéndole mandado a una editorial un manuscrito del que no estuvieras al menos un 90% orgulloso (vamos a dejarle un 10% de margen a la inseguridad del autor, aunque más de uno pensemos que ocupa más del 50%). Por supuesto, hay cosas que se te escaparán. Las personas no somos perfectas, por muy perfeccionistas que seamos (de ahí que los perfeccionistas nos volvamos locos). Pero sabrás que le dedicaste todo lo que pudiste y no fue una simple vomitera comercial para hacerte rico y famoso (escribir una vomitera comercial siendo famoso es fácil, la inversa creo que cuesta algo más).

El siguiente caso está muy relacionado con el anterior y se da cuando ya has publicado algo y ya tienes cierto número de lectores que quieren leer más cosas salidas de tu cabeza. Sean 50 o 5000, lo cierto es que sentirás una cierta responsabilidad para con ellos. El miedo a no decepcionarlos, de mejorar lo anterior. En el caso de una saga, de que la historia les siga emocionando y entusiasmando como la anterior y de corregir los errores que haya podido haber.

Pero cuidado, que este tipo de presión se puede volver en tu contra. No puedes dejar que las expectativas de los lectores guíen la historia. La historia (como el tiempo) es la que es. Puedes hacer ciertas concesiones, pero siempre que sean coherentes y vayan en consonancia con lo que estás tratando de transmitir. Entre otras cosas porque antes o después entrará en conflicto con tu ambición. Y una cosa es que en un futuro quieras cambiar algo porque has madurado y evolucionado como escritor y otra muy distinta que quieras hacerlo porque no escribiste lo que querías sino lo que tus lectores querían. Los lectores no saben lo que le conviene a una historia antes de ser escrita, porque no sabe por qué derroteros va a discurrir (quiero decir, todos habríamos deseado que Mufasa no muriese, pero entonces, ¿dónde estaría la historia?). Por supuesto, una vez esté escrita te dirán si les hubiera gustado más una cosa u otra, y estarán en todo su derecho. Sin embargo nunca olvides esto: no puedes gustarle a todos. No digo que omitas sus sugerencias y consejos (que en muchas ocasiones te ayudarán mucho a mejorar), pero también impón tu propio criterio si es necesario.

Diseñado por Freepik

La presión ejercida por los lectores también puede ser contraproducente si te sobrepasa. Si no sabes qué hacer con sus expectativas y todo lo que se te ocurre te parece poco. Te bloquearás y no sabrás qué hacer. El bloqueo es fatal cuando estás bajo presión: es un pez que se muerde la cola. Tienes que quitarte esa presión de encima. No la necesitas; no es buena. Relájate, cambia de proyecto, coméntalo con algún amigo que sepa lo que estás escribiendo (muchas veces contar por qué estás bloqueado hace que tu cerebro trabaje de otra manera y encuentres una solución mucho más rápido), seguro que él te ayudará a tener las cosas un poco más claras. Avanza y retrocede si es necesario, pero no te pares: la historia seguirá en el mismo punto hasta que decidas continuar y nunca te decidirás si sigues con miedo.

Hay otro tipo de presión que quizá no te detenga tanto en tu rutina pero que, como mínimo, te puede poner de mal humor: la insistencia. La insistencia de tus familiares, de tus amigos, de conocidos y no tan conocidos (también hay lectores así). «¿Para cuándo otro libro?», «¿Sigues con lo mismo?», «Hace mucho que no publicas nada», «¿Pues cuándo vas a terminarlo?», «Oye, al menos cuéntame de qué va», «¿Tanto llevas con eso? ¡Si se tiene que escribir en nada!». JA. En nada, dicen… Pues tardaré lo que tenga que tardar. QUEMEDEHE. Amigos, familiares, lectores: no necesitamos eso, de verdad (ni los escritores, ni los artistas, ni nadie que esté haciendo un trabajo sin tener ningún contrato que le marque una fecha límite). Ya nos encargamos nosotros de desesperarnos por no haber acabado lo que pensábamos que terminaríamos hace meses sin necesidad de que nadie nos lo recuerde.

Por último nombraré un tipo de presión que yo creo que no muchos tenemos en cuenta (menos quizá los graciosillos que les gusta putear a George R.R. Martin): morirnos antes de acabar nuestra gran obra. Para los que no tengan esta presión encima, felicidades: no la necesitáis. Para los que se lo hayan planteado alguna vez: tampoco la necesitáis, hay pocas probabilidades de que muráis antes de cierta edad si no tenéis enfermedades crónicas (incluso porque te duela habitualmente el dedo meñique del pie izquierdo lo más probable es que tardes mucho en morirte) o graves. También podéis tener fe en que vuestros descendientes encontrarán vuestros manuscritos, los mandarán a una editorial y os haréis famosos póstumamente, como los grandes (quien no se consuela es porque no quiere).

En definitiva: el escritor (y otros artistas, en general) juega con una serie de condicionantes a la hora de trabajar que le pueden influir. Lo que tiene que intentar es que esa influencia le sea siempre positiva, le ayude a establecer una rutina y mejorar, y deshacerse de las influencias negativas, pues no harán más que frenarlo, bloquearlo y muy posiblemente cogerle manía a la obra (lo que puede desembocar en una obra descuidada, y eso los lectores lo notan).

Como habéis visto, la presión que causa reacciones negativas suele venir del exterior, peor muchas veces el escritor se puede convertir en su propio enemigo si su propio perfeccionismo le supera o se agobia al ver que no va a cumplir una fecha en concreto. En caso de ser el perfeccionismo: relájate, tómate y un tiempo y coge aire. Agobiarte solo va a hacer que aborrezcas lo que estás haciendo, y eso no es bueno. Si es una fecha de un concurso: plantéate si cambiando tu rutina realmente puedes llegar o te será imposible. Si es lo segundo, asúmelo y relájate. Hay más concursos en el mundo y no merece la pena que te agobies porque eso seguramente hará que tu manuscrito pierda calidad y no tenga posibilidades. Si la fecha te la ha puesto la editorial: habla con ellos, seguro que pueden darte un tiempo más de margen. Pero procurad siempre no abrumaros, porque la productividad bajará en picado y puede acabar en un bloqueo que no os podéis permitir.



Sé que hay otros factores que pueden influir a la hora de ponernos a escribir, como por ejemplo que surja algún problema con tu editorial, pero creo que estos pueden ser los más comunes. Si tenéis más ejemplos, tanto positivos como negativos, estaré encantada de leerlos en vuestros comentarios. Y si os ha servido la entrada tampoco dudéis en comentar y compartir. ¡Nos leemos!

martes, 26 de abril de 2016

~Reseña~ El océano al final del camino, o la senda de la niñez y la nostalgia


SINOPSIS
Una novela sobre el recuerdo, la magia y la supervivencia; sobre el poder de los cuentos y la oscuridad que hay dentro de cada uno de nosotros.
Hace cuarenta años, cuando nuestro narrador contaba apenas siete, el hombre que alquilaba la habitación sobrante en la casa familiar se suicidó dentro del coche de su padre. Este acontecimiento provocó que antiguos poderes dormidos cobraran vida y que criaturas de más allá de este mundo se liberaran. El horror, la amenaza, se congregan a partir de entonces para destruir a la familia del protagonista. Su única defensa la constituirán las tres mujeres que viven en la granja desvencijada al final del camino. La más joven de ellas, Lettie, afirma que el estanque es, en realidad, un océano. La mayor dice que recuerda el Big Bang.


Cuando acabé El océano al final del camino y pensé en hacer la reseña no sabía muy bien por dónde empezar. La novela me había dejado como entumecida, sumida en una historia que no era la que había leído, sino la mía propia.

Es la segunda obra de Neil Gaiman que leo (la primera fue La joven durmiente y el huso, que reseñé aquí hace unos meses) y me ha encandilado por completo. Gaiman utiliza un lenguaje directo pero al mismo tiempo poético (aunque no llega al nivel de Rothfuss); a veces parece que te esté cantando al oído en vez de narrando una historia. Las palabras fluyen a través de las páginas hasta que de pronto te encuentras con el final y te cuesta creer que el viaje haya acabado.

Por tanto, se puede decir que es un libro fácil de leer, pero al mismo tiempo goza de una gran complejidad. La novela transcurre entre la fantasía y la realidad, entre lo onírico y lo mundano, hasta el punto en que ambos se llegan a confundir, transmitiéndonos mucho más de lo que simplemente está escrito. Es una historia hecha para meditar en silencio, para pensar, para paladearla hasta desentrañar todo lo que esconde. Hay muchas reflexiones que aparecen abiertas, pero otras situaciones constituyen metáforas que esperan ser comprendidas por el lector en un futuro, una vez nos interese más la lectura entre líneas que lo que está teniendo lugar.

Si no está catalogada como novela juvenil no es porque la complejidad sea extrema ni haya escenas violentas o sexuales explícitas, sino porque a un adolescente no le llegaría de la misma manera que le llegaría a un treintañero, igual que a un treintañero no le llegaría igual que una persona con cincuenta o más años. El océano al final del camino es una oda a la nostalgia por la niñez perdida, por lo que cuanto más lejano esté el lector de ella más atrapado quedará por ella.

La única pega que puedo ponerle es que el protagonista, que tiene siete años, en muchas ocasiones no parecía que los tuviera, aunque ¿quién recuerda las cavilaciones que teníamos a esa edad? Pero por lo demás me atrapó desde el principio, desde que "el niño" llega a la granja y pide ver el océano de Lettie. Gaiman hace gala de una gran creatividad a la hora de escribir, llevándonos siempre por caminos insospechados y haciéndonos devorar el libro. Creo que es una de esas lecturas que hacen que el lector se conozca más a sí mismo.

domingo, 24 de abril de 2016

~Relato~ Otra carrera de Alonso que no acaba bien


El trigal estaba marchito. Ni siquiera el brillante lucero conseguía darle un atisbo de vida. El caballo, renqueante, pisó la tierra yerma con sus patas enjutas. Bufó de cansancio. Estaba harto de caminar de un lado a otro sin rumbo fijo por aquellos parajes oscurecidos como una mancha de café reseca.

Por suerte, su amo era tan ligero que a veces olvidaba que lo llevaba encima, excepto cuando le apretaba los flancos para evitar salir volando. Y cuando abría la boca, claro.

—Mira, Sancho. Mira allí a lo lejos. ¿Los ves?

—¿El qué?

El caballo también levantó la cabeza y vislumbró en el horizonte una serie de figuras inmóviles, con los brazos extendidos al cielo. Se removió, inquieto, mientras un asno despellejado se colocaba a su lado y miraba en su misma dirección. Parecía incluso más exhausto que él. No le extrañaba, conociendo la bola de carne que transportaba.

—¿Es que no lo ves, Sancho? Son criaturas de la oscuridad, esos seres hambrientos que han maldecido estas tierras. Y ya ves, amigo mío, ¡el Destino nos pone frente a frente para vencerlos y liberar nuestro hogar de esta abominable condena!

—Em… tío… No te flipes —oyó que decía Sancho con su voz cascada de tanto fumar—. Yo ahí no veo ningún zombi de esos. Son los molinos esos viejos, que se ve que aún queda alguno en pie.

—Me parece, amigo Sancho, que tu juicio está nublado, ¿o acaso es el miedo lo que te ciega e impide ver que nuestra salvación está justo delante de nuestras narices? ¡Aparta si no tienes la osadía de enfrentarte a esas criaturas infernales! ¡Yo alcanzaré la gloria para los dos!

El caballo piafó cuando su amo le clavó las espuelas y seguidamente se lanzó al galope en busca de esas criaturas muertas que solo él podía ver. La tierra ennegrecida se deslizaba bajo sus cascos a una velocidad pasmosa y el equino, orgulloso, no tardó en acelerar a pesar de las tiras de piel que se iban quedando por el camino.

—¡Vamos, Rocinante! —gritó su amo, ahogando los bramidos del otro, que se había quedado atrás junto al asno.

Las construcciones iban aumentando de tamaño poco a poco ante sus ojos. No cabía duda de que eran molinos, de aquellos que se usaban cuando la meseta aún era fértil y había algo que llevarse a la boca. Sin embargo, estaban semiderruidos y con las aspas rotas, apenas un reducto de lo que fue antaño. Pero su jinete, lejos de rendirse a la realidad, lo espoleó aún más, con la lanza en ristre, vociferando:

—¡No huyáis, bellacos! ¡Yo os derrotaré y devolveré a esta tierra su gloria y esplendor!

Estaban ya los molinos sobre ellos, moviendo sus aspas, que crujían con cada soplido del viento. Rocinante vio que su amo no tenía intención alguna de detenerse y que iban directos a una de las paredes que aún quedaban en pie. Intuyó, no sin cierto esfuerzo, que de estrellarse el mayor golpe lo recibiría él, y dado que se consideraba el más inteligente de su pequeño grupo de acompañantes, no estaba dispuesto a caer en la jerarquía por una simple alucinación de un enclenque fumado ni tampoco a consentir que siguiera clavándole los malditos pinchos en las costillas.

Así pues, hundió los cascos en el terreno y frenó en seco. A su jinete le pilló tan desprevenido que sus gritos beligerantes se convirtieron en los aullidos de un gato asustado mientras realizaba una parábola en el aire que lo mandó directamente a una de las aspas del molino. El viento sopló entonces con fuerza, moviendo el armatoste en el que se había quedado enganchada la lanza. Rocinante escuchó el eco de la carne al desgarrarse y observó cómo el molino lanzaba arma y brazo al vuelo. Mientras, en el suelo, su amo se retorcía en un ataque de histeria, aunque bien podría haber asegurado que se trataba de un ataque de risa.

—¡Menudos descerebrados! —carcajeó, agitando las extremidades que le quedaban como si fuera un insecto—. ¡Y pensar que podían vencerme! ¿Lo ves, Sancho? ¡Los he vencido a todos y solo a cambio de un brazo! Bien ha merecido la pena perderlo si la recompensa es que estos campos vuelvan a lucir verdes y dorados y pardos!

—Bien pardo… es como te han dejao a ti, tío… Menuda hostia… te has llevao.

Rocinante miró a Sancho, que acababa de llegar corriendo y resoplando, sin que una gota de sudor le bañara el rollizo cuerpo.

—¡Pocas han sido! ¡Aun podría haber aguantado más por la gloria y el honor! Pero tales engendros no son rivales para mi gallardía y experiencia en la lucha.

—Pero tío, ¿qué te has fumao? ¡Si tienes los molinos ahí al lao que en cualquier momento se te cae uno encima y te chafa!

—Ay, Sancho, que no entiendes de tales aventuras y estabas tan asustado que no has visto cómo derrotaba a las criaturas infames entre estas ruinas y cómo después se han deshecho y vuelto al infierno donde pertenecen.

Rocinante aprovechó la absurda conversación para sentarse y descansar. No tardó en acompañarlo el viejo asno, que lento pero seguro había llegado junto a ellos sin despeinarse.

«Me debes una», le recordó el caballo al recién llegado.

El borrico meneó la cabeza, descontento.

«Siempre ganas tú». Agachó la cabeza, entristecido.

«Confías demasiado en la capacidad de mi amo para aguantar el chocolate».

El asno resopló, contrariado.

«¿Y aún no se han dado cuenta de que los muertos son ellos?».

«No», le contestó Rocinante, y al relinchar los músculos de la quijada que le quedaban se tensaron tanto que parecía que se fueran a romper en cualquier momento. «Pero espero que cuando se den cuenta estén tan fumados que podamos ser más rápidos que ellos».

«¿Más rápidos para qué?».

El caballo le enseñó los dientes  a su compañero corto de entendederas, formando una sonrisa tan amistosa como malévola.

«Para comérnoslos primero, claro».

viernes, 22 de abril de 2016

~Unboxing~ Elantris X Aniversario


¡Hola, lagartijillas! Esta es una entrada un poco inusual (suelo publicar martes y jueves y a veces los domingos si hay algún relato nuevo), pero ya que mi querida amiga @VirFuente (que os recuerdo que tiene un vlog muy chachi) me hizo el favor de ir a Gigamesh el primer día para pillarme la cubierta especial y limitada (aunque todavía hay, pero soy muy histérica para estas cosas) y además se tomó la molestia de envolverlo y hacerme una pajarita, pues he decidido hacer un poco el cafre y montar un vídeo con el unboxing. Al final hay un poco de la sinopsis también y unas fotillos que os dejo por aquí.


Tengo pensado hacer una especie de maratón de Sanderson los próximos meses así que iréis viendo bastantes cositas suyas por aquí. ¡Espero que os gusten! ¿Vosotros habéis leído ya Elantris? ¿Qué os ha parecido? ¿Cuál es vuestra siguiente lectura sandersoniana? Contádmelo en los comentarios ^^



jueves, 21 de abril de 2016

~Reseña~ Delbaeth Rising: Camino de odio, o una historia épicamente divertida


SINOPSIS
Una vieja fe resurge y no admite competencia. Verdaderas fortunas y un poder como nunca antes ha conocido el Reino se están amasando bajo la bandera de Aron, dios de los khalusitas. Su líder, Gumbald el Rubio, ha conseguido ascender de simple mercenario a hombre de confianza del rey.
Pero otro ascenso se está llevando a cabo desde los pozos de lucha. Elfo, loco, gladiador, héroe: Delbaeth el Cortador, última esperanza del consejero real para salvar el trono. Acompañado del mediano Ratón, Delbaeth desatará una tormenta de acero y sangre sobre las hordas de sacerdotes racistas que están persiguiendo a las criaturas no humanas.
Conoce a un héroe diferente y sumérgete en una Fantasía cruda y adulta. Aquí encontrarás hechizos, paisajes increíbles, conspiraciones, pero sobre todo combates. Muchos, muchos combates. Contempla, lector ávido de aventuras, el ascenso del Cortador.
Bienvenido al CAMINO DE ODIO.


Como decía en las recomendaciones para el Día del Libro (que si no las has visto, pues ya estás tardando), Delbaeth Rising: Camino de Odio se publicó gracias a una campaña de crowdfunding y ahora podemos tenerlo en nuestras manos gracias a Ronin Literario. Es la primera parte de una saga que sus autores, Víctor Blanco y Gonzalo Zalaya, continuarán en unos meses si no nos achicharramos todos antes. Llegué tarde al crowdfunding, pero lo cierto es que me llamó bastante la atención y su presentación en la libreríaGigamesh terminó de convencerme de que quería leer esta historia.

Delbaeth Rising es una historia épica diferente. Y eso se nota en cuanto comienzas su lectura. Además del grimdark (debido al cual retozaremos en sangre y vísceras durante gran parte de la novela), los personajes que nos encontramos no son los típicos de una obra de este tipo. Un elfo loco, un mediano serio y reflexivo y un mago con más voluntad que poder son los que darán inicio a unas aventuras destinadas a salvar el Reino de la opresión y la xenofobia radical. Las Hojas Huérfanas, una compañía de mercenarios que salvaron al Reino en la última guerra trol, trajeron con ellos una religión que quiere acabar con cualquier ser que no pertenezca a la raza humana. Pero conforme avancen en su misión, nuestros amigos descubrirán que el problema que los amenaza es mucho mayor que un culto racista.

Si te hastían las genealogías de los reyes, las descripciones detalladas hasta la extenuación, la pomposidad que suele envolver a una novela épica, no hallarás nada de esto en Delbaeth. La historia es amena y directa, con multitud de combates narrados de una forma magnífica. Es una de las cosas que más me ha gustado, puesto que tantos enfrentamientos pueden resultar repetitivos. Sin embargo los autores los describen de forma que podamos visualizarlos sin dificultad en nuestra mente. Desde luego si alguien quiere aprender a escribir escenas de acción, le recomiendo encarecidamente que preste atención cuando lea este libro. Pero no solo se hace ameno por estar plagado de luchas y violencia, sino también por los múltiples guiños que tiene la novela y sus carismáticos personajes. Al leer «grimdark» solemos pensar en un mundo oscuro como el de Martin, Abercrombie o Virginia Pérez de la Puente, pero en este caso no es así. Es cierto que se sufre, que hay muertes y brutalidad, pero sobre todo impera el humor. Me he reído mucho con la aparición de algunos personajes (mecenas, se os quiere) y con las ocurrencias de Delbaeth, que no tienen desperdicio alguno.

Y es que como he dicho anteriormente, Delbaeth es un elfo loco y brutal (no esperéis ningún rubiales afeminado con arco). Lleva más de cien años siendo esclavo de una compañía de gladiadores; solo ha conocido la violencia, la muerte y el odio. Desconoce las normas de comportamiento y decoro que rigen en una sociedad normal, y eso le llevará a ciertas situaciones y conversaciones con Ratón que solo pueden acabar en carcajada. Ratón es el mediano, un obseso del control al que le cuesta horrores aguantar la locura a veces infantil de Delbaeth, pero que hará lo posible por acabar su misión y al que le tomaremos cariño del mismo modo que a su grandullón acompañante. Laurentius es un mago caído en desgracia, exconsejero del rey y poco diestro en su arte, que mandará a Delbaeth y Ratón en una misión para salvaguardar la integridad del Reino. Aunque no aparece mucho, el elfo y el mediano lo tienen constantemente en sus pensamientos, con lo que acabaremos apreciándolo del mismo modo que ellos.

Con ellos comenzará a forjarse la leyenda del Cortador, desde Jagerhaus hasta Ringrant y luego, ¿quién sabe? Desde luego a mí me ha dejado con ganas de continuar con el Ascenso de Delbaeth y de patearles el culo a las Hojas Huérfanas (quizá pueda generar cierta violencia en el lector, ahora que me doy cuenta). Si no te importa salpicarte un poquito de sangre, es una historia que se disfruta de principio a fin, sin grandes pretensiones ni grandilocuencias, pero que también habla de amistad y lealtad, de odio y egoísmo, sentimientos que le dan cohesión a la historia y sentido a los personajes. Una partida de rol que querrías haber jugado y de la que querrás conocer su final.

¡Corta, Cortador!




*Gracias a los autores por el ejemplar enviado para la reseña*

martes, 19 de abril de 2016

~Recomendaciones~ Día del libro 2016

Uno de los días más difíciles del año está a la vuelta de la esquina. Sí, peor que San Valentín cuando no sabes qué regalarle a tu pareja e incluso peor que Navidad cuando te toca un amigo invisible del que ni sabes cuál es su color natural de pelo. Bueno, quizá no sea tan malo si lo comparas con todas las veces que has ido a una librería y no sabías qué libro(s) comprar. La diferencia está en que en el Día del Libro suele haber un 5% de descuento, y eso hace que nuestras ansias biblioconsumistas (ha quedado guay la palabreja, ¿eh? La voy  a usar más a partir de ahora.) se multipliquen.

«Pero es que yo ya sé qué me voy a comprar».

¡Genial! Solo espero que no te gastes el dinero en el Starbucks de la esquina antes de llegar a la librería o los puestos de turno. ¿Has visto las últimas novedades que hay? (cara de comercial al acecho).

«No… es que… si empiezo a mirar no acabo».

¡Ajá! Te pillé. Pero no te preocupes, no te voy a torturar (no mucho). Solo te voy a dejar unas recomendaciones hispánicas para que contribuyas a levantar el país. ¿Te parece bien?

«Sí, bueno, no… No sé… ¿Molan?».

Molan mucho, y si no me crees, sigue leyendo.


I. El hijo del Mississippi, de Juan de Dios Garduño (Stella Maris).


SINOPSIS
Estamos en 1840, en el Estados Unidos del salvaje oeste y de los inmensos barcos de vapor que recorren el Mississippi. Jacob sueña con ser capitán de las imponentes embarcaciones, pero su vida se tuerce cuando todavía es muy joven y acaba en la cárcel. Ya libre, la sed de venganza le permite aguantar la pobreza y las desventuras que le persiguen como si fueran su sombra. En Hannibal, su ciudad natal, dejó años atrás a la chica a la que ama y campa a sus anchas el hombre que le encerró sin merecerlo. La vuelta a casa será para Jacob un duelo contra su propio pasado.

Juan de Dios Garduño, autor de Y pese a todo (adaptada al cine como Extinction), vuelve con una novela muy trabajada y llena de sorpresas tras un costoso trabajo de documentación y escritura. Según el propio escritor «es una mezcla de 'Las aventuras de Tom Sawyer' y 'El conde de Montecristo', con unas gotas de género fantástico». Seguro que no deja indiferente.


II. Hijos del dios binario, de David B. Gil (Suma de letras)


SINOPSIS
En un mundo que se vuelve cada vez más intangible, los poderosos, nostálgicos de un pasado que apenas conocieron, compiten por hacerse con cualquier icono de la era predigital. Daniel Adelbert, un «prospector» especializado en recuperar piezas del siglo XX, es contratado por el coleccionista Kenzô Inamura para encontrar no un objeto, sino a una persona: un hombre que se movió entre las sombras del pasado siglo e influyó de manera decisiva en su desarrollo.
En el otro extremo del mundo, la periodista Alicia Lagos recibe un extraño correo de su exnovio recientemente fallecido. El mensaje parece legarle una investigación inconclusa, poniéndola sobre la pista del misterio oculto tras los muros del orfanato irlandés de St. Martha.
Ambas investigaciones confluyen en una misma pregunta: ¿qué es el Proyecto Zeitgeist? La respuesta se halla bajo las piedras de la Ciudad Blanca de Tel Aviv, en los arrabales flotantes de Singapur y en el murmullo de la Red de datos. Responderla es desentrañar un secreto que ha costado la vida de muchos, un secreto silenciado durante décadas.
«Ni verjas ni alambradas, ningún resquicio permitía atisbar qué había al otro lado de los altos muros. Sobre la puerta cerrada, siguiendo el arco que formaban las dos hojas de hierro, unas letras indicaban el lugar al que se había llegado: "Bienvenido a St. Martha", se leía, recortado contra el cielo gris. Pero el visitante no podría sino recelar de aquella bienvenida. Sellada y silenciada como una vieja tumba, St. Martha no parecía saludar la llegada de nadie.»

Hijos del dios binario es un tecno-thriller de investigación con un trasfondo futurista, opresivo y pesimista. Con un ritmo ágil y adictivo, ha conseguido una muy buena crítica y se ha colado en su primer mes en el top5 de los más vendidos de la Librería Gigamesh. Una gran elección para los amantes de la ciencia ficción, el thriller y la novela negra.


III. Delbaeth Rising, de Víctor Blanco y Gonzalo Zalaya (Ronin Literario)


SINOPSIS
Una vieja fe resurge y no admite competencia. Verdaderas fortunas y un poder como nunca antes ha conocido el Reino se están amasando bajo la bandera de Aron, dios de los khalusitas. Su líder, Gumbald el Rubio, ha conseguido ascender de simple mercenario a hombre de confianza del rey.
Pero otro ascenso se está llevando a cabo desde los pozos de lucha. Elfo, loco, gladiador, héroe: Delbaeth el Cortador, última esperanza del consejero real para salvar el trono. Acompañado del mediano Ratón, Delbaeth desatará una tormenta de acero y sangre sobre las hordas de sacerdotes racistas que están persiguiendo a las criaturas no humanas.
Conoce a un héroe diferente y sumérgete en una Fantasía cruda y adulta. Aquí encontrarás hechizos, paisajes increíbles, conspiraciones, pero sobre todo combates. Muchos, muchos combates. Contempla, lector ávido de aventuras, el ascenso del Cortador.
Bienvenido al CAMINO DE ODIO.

Delbaeth Rising consiguió superar una campaña de crowdfunding para su publicación y es la primera obra en papel que edita Ronin Literario. Fantasía oscura y diferente, con muchos guiños y una vuelta de tuerca a la épica tradicional, ha conseguido la plata en las ventas de marzo de Librería Gigamesh y conseguirá llenar vuestra lectura de combates, sangre y diversión. Y cuando lo acabéis ansiaréis con fuerza la segunda parte, os lo garantizo.


IV. La polilla en la casa del humo, de Guillem López (Aristas Martínez)


SINOPSIS
Bienvenidos al pozo, una caverna insondable con mil galerías y túneles, fortalezas pétreas cerca de la superficie y barrios profundos de nichos cavados en la roca. Este es el escenario, brutal y despiadado, en el que habita Veintiuno, un joven que pasa las horas envuelto en una nube de bok en la casa del humo, desde donde interpreta sus posibles destinos: entregar su cuerpo al dios de la mecánica y ser útil en una excavación sin fin, convertirse en un paria o, finalmente, ascender a través de los bajos fondos, pero deberá pagar un alto precio por medrar.

Lo nuevo de Guillem López, que ya tuvo una gran acogida con su anterior novela Challenger, nos trae una historia cruda y salvaje en un mundo subterráneo que no ofrece concesiones al lector. «Estamos ante lo mejor de 2016, y un posiblemente clásico contemporáneo» dice Miquel Codony. Sin duda, una novela que dará mucho que hablar.


V. Alucinadas II. VVAA (Sportula en papel y Palabaristas en digital).



La segunda edición de esta antología promete ser tan buena como la anterior, con autoras como Sofía Rei, Laura Fernández o Susana Vallejo y prólogo de Fata Libelli. Diez relatos de ciencia ficción escritos por mujeres que no os podéis perder.



¿Qué os parecen? ¿Alguno ha llamado vuestra atención? No dudéis en contarme vuestras recomendaciones (no hace falta que sean de autores españoles) y compartir si os ha gustado. ¡Hasta la próxima!

jueves, 14 de abril de 2016

~Canción de Hielo y Fuego~ Doce escenas para ilustrar (Parte II)


¡Hola! Os traigo la segunda parte de las escenas para ilustrar de Canción de Hielo y Fuego (la primera parte la podéis leer aquí). He dejado una encuesta al final de esta entrada para que votéis por vuestra favorita y elijáis las que habéis echado en falta (¡de los libros, no de la serie!). Espero que disfrutéis tanto como yo recordando estos momentos clave de Canción. ¡Allá van!

VII. La Puerta de la Luna

La Puerta de la Luna es una puerta de arciano enmarcada por dos columnas y con una luna creciente tallada en la madera. Está en una de las paredes de la Sala Alta de Nido de Águilas, cerrada con tres trancas de bronce y, más allá, 600 pies de caída libre hasta el fondo del valle.

Ante ella asistimos al "casi" juicio de Tyrion cuando Catelyn lo lleva como prisionero ante  su hermana Lysa. Y digo casi porque al final Tyrion pide un juicio por combate (parece que le gustan) y éste acaba realizándose días después en los jardines del castillo. Pero sin duda el momento clave de este escenario es el instante en que Petyr (a.k.a. Meñique) empuja levemente a Lysa y ella desaparece tras la puerta sin emitir ningún sonido.

A esas alturas de la historia creo que todos andamos un poco hartos de Lysa Tully y su locura/obsesión con Meñique. Pero además en esa escena roza la histeria, y todos nos sentimos un poco Petyr (a pesar de que aún no sabemos muy bien por dónde coger al personaje) cuando la hace precipitarse hacia el abismo. Y es que de no haber aparecido a saber cómo hubiera acabado Sansa, que llevaba un buen rato aguantando la pataleta de su tía porque Meñique la había besado y se había visto arrastrada hasta el borde de la Puerta. Al fin y al cabo, nos caiga bien o mal Sansa, sigue siendo una niña y la última de los Stark (o al menos, la última que está en disposición de reclamar Invernalia).

No obstante, más allá de nuestros sentimientos por los personajes, Lysa hace unas revelaciones bastante interesantes: que fue ella la que hizo que Petyr llegara a la corte de Desembarco del Rey; que fue ella la que envenenó a Jon Arryn y culpó a los Lannister por orden de Petyr; que se quedó embarazada de Meñique y la hicieron abortar cuando ni siquiera estaba comprometida. Todo eso, más el peligro inminente que corre Sansa debido a la locura de su tía, nos meten en un clima de tensión que se esfuma en unas pocas líneas cuando Lysa cae por la Puerta y Meñique acusa a Marillion de su muerte (Marillion, el bardo, sale también en Juego de tronos acompañando a Catelyn desde la posada en la que arresta a Tyrion hasta Nido de Águilas). Y solo nos queda en la mente una inquietante pregunta cuando acaba el capítulo: ¿qué pasará ahora con Sansa?

La Puerta de la Luna y un hombre condenado según Thomas Denmark


VIII. Oberyn y la Montaña

«Elia, princesa de Dorne.
La violaste.
La asesinaste.
Mataste a sus hijos».

Si no se os pusieron los pelos de punta cuando Oberyn empezó la letanía por su hermana asesinada es que no tenéis sangre en las venas. Si no se os encogió el estómago cuando el cráneo de la Víbora crujió bajo el puño de Gregor Clegane es que sois un témpano de hielo.

Ya estábamos deseando que llegara ese momento después de que Tyrion pidiera un juicio por combate. La Víbora Roja se había hecho un huequecito en nuestro corazón por sus afilados comentarios y su odio latente hacia los Lannister, pero sobre todo hacia la Montaña que Cabalga. Lo que no esperábamos es que quisiera convertir el combate en un juicio por la muerte de Elia Martell.

La tensión estaba a flor de piel; sin embargo tras estas amenazas llega a un clímax total entre los mandoblazos de Ser Gregor y el baile de Oberyn. Martin nos permite disfrutar de un instante de alegría cuando la Víbora Roja hunde su lanza en la axila de la Montaña, en la corva, y finalmente lo clava al suelo. Para luego arrebatárnosla cruelmente cuando Ser Gregor lo agarra, lo tira sobre el pavimento, le saca los ojos, le rompe los dientes y con un solo puñetazo le revienta la cabeza mientras confiesa los crímenes hacia su hermana. Un pobre consuelo para una escena tan estremecedora. Sobre todo porque un poco más lejos, el que siente cómo le arrebatan la vida es Tyrion Lannister, que con la muerte de Oberyn queda firmada también su propia sentencia de muerte.

Independientemente del resultado de la contienda, en sí misma creo que está muy bien descrita. Martin es muy visual a la hora de narrar (supongo que en parte por culpa de su carrera de guionista), y eso en una lucha, ya sea una batalla o un combate individual, a caballo o cuerpo a cuerpo, es de gran ayuda. Estas escenas corren el peligro de ser un poco caóticas, pero George las describe de forma clara y concisa y eso hace que lo visualicemos todo muy bien conforme vamos leyendo sin perder la tensión que ha fraguado.

Si atendemos además al resultado, nos hallamos además con uno de esos momentos trascendentales que no esperábamos y que vuelven a cambiarlo todo. Tyrion es juzgado culpable de la muerte de Joffrey al perder el juicio por combate. Tyrion, uno de los personajes favoritos de los lectores (y del propio escritor). Ninguno queremos que muera, claro está, ¿pero cómo se va a librar de esta? Y por otro lado, el segundo príncipe de Dorne ha muerto. Pero eso sí, ha conseguido hacer confesar al asesino de su hermana. Dorne debería actuar, sobre todo teniendo a Myrcella (hija de Cersei) en su poder. Pero los dornienses son todo un misterio.

Así que aunque tengas que soltar el libro y darte una vuelta para quitarte el nudo que se te ha quedado en la garganta cuando acaba el capítulo, Martin nos da muchas razones más para seguir leyendo


Oberyn vs la Montaña según Magali Villeneuve

IX. Daenerys montando a Drogon

Creo que muchos coincidiremos en que es la escena más épica de Canción de Hielo y Fuego hasta el momento. La protagonista de la "portada spoiler"  no lo es tanto si tenemos en cuenta que es un momento que llevamos esperando desde que se abrieron los huevos de dragón (quizá incluso antes, cuando sospechábamos que esos huevos no estaban tan fosilizados como decían).

Tras la boda entre Dany y Hizdahr zo Loraq van a las arenas de Meereen a ver algunos espectáculos, como el que representan la enana Penny y Tyrion montados en una cerda y un perro, o una luchadora contra un jabalí. Ésta última es herida y mientras se la llevan Dany hace amago de marcharse. Justo en ese momento aparece Drogon, que calcina a mujer y jabalí y se los come. Empiezan a atacarlo con espontones y Loraq ordena "la muerte de la bestia". Pero Daenerys va a hacia él para intentar calmarlo y evitar que lo maten. Drogon intenta defenderse con garras, dentelladas y fuego, y la Madre de Dragones, intentando doblegarlo, se lanza bajo las llamas haciendo restallar su látigo. Cuando el dragón por fin plega las alas y se tumba, Dany sube a su lomo para quitarle el espontón clavado y Drogon se eleva por los aires con ella montándolo.

Aunque todos esperábamos este momento, creo que no lo esperábamos tan pronto ni de esta manera. Sin embargo, Martin siempre nos sorprende, y sale de un ambiente un tanto complejo con esta pequeña gran sorpresa. Claro que esto complicará aún más las cosas a posteriori, aunque Daenerys vuelve a demostrar que el fuego no la quema, ni siquiera el de un dragón. Pero por una vez nos importa poco lo que pase después, porque esta escena es redonda en sí misma.

Daenerys montando a Drogon según Enrique Corominas

X. Bran y el verdevidente

El encuentro de Bran con el cuervo de tres ojos también es uno de los momentos que más ansiábamos los lectores que llegara, pero al contrario que el vuelo de Daenerys sobre Drogon, no resulta tan épico ni tan emocionante. Tampoco para el pequeño Brandon. Han sido muchos días (y muchos libros) de viaje en busca de un futuro incierto que ha acabado siéndolo aún más. Pero hallamos también nuevas interesantes que no nos esperábamos, como conocer a los Hijos del Bosque, que se creía que estaban extintos.

A pesar de la decepción que compartimos con Bran por no poder volver a andar (que había sido lo que lo había empujado a emprender aquel viaje), la imagen que nos describe Martin sí que es muy potente. Un hombre entrelazado con las raíces de un arciano de modo que no distinguimos dónde acaba el hombre y dónde empieza el árbol. Un hombre que un día fue Lord Cuervo de Sangre, hijo bastardo de Aegon IV el Indigno (si queréis saber más de él, os recomiendo estos artículos de El Caballero delÁrbol Sonriente). Encontrar que nos hallábamos ante Brynden Ríos creo que fue toda una sorpresa, ya que cualquiera lo daba por muerto (hay que tener en cuenta que en Danza de Dragones tendría cerca de los 130 años). Aunque no era todo lo que deseábamos para Bran, abre una perspectiva muy interesante a través de las visiones, y creo que muchos confiamos en que Brandon tenga mucho que decir en los próximos libros y no sea un mero observador.

Bran y el cuervo de tres ojos según Marc Simonetti

XI. La Boda Roja

Por supuesto, no podría faltar la que creo que es la escena más impactante de los cinco volúmenes que se han publicado. No solo por la crudeza que narra, el más fiel reflejo del juego de tronos que estructura las novelas, sino por todos los recursos que Martin emplea para que el lector se quede sin aliento y cuando acabe el capítulo tenga que cerrar el libro y decir «joder».

Los Stark han caído, el Norte ha caído, y se sabe que es un suceso que cambiará por completo el transcurrir de la historia. Igual que la muerte de Ned sirve de desencadenante para la Guerra de los Cinco Reyes, la Boda Roja cambia el escenario de todos los que no participaron en ella.

Sin embargo, eso no es todo. Martin hace gala de su experiencia como guionista para escenificarnos la Boda Roja como si de una película se tratara fotograma a fotograma. Catelyn se levanta en pos de Edwyn Frey. Y en ese momento empiezan a sonar Las lluvias de Castamere (cuya versión para la serie me encantó). Catelyn adivina la cota de malla bajo la seda del traje de Edwyn. Lo abofetea, la empuja; Robb se levanta y una flecha se le clava en el costado, otra en la pierna; cae. El Pequeño Jon lo cubre, sus acompañantes comienzan a caer a saetazos. Las lluvias de Castamere siguen sonando. Walder Frey está en su trono, observando cómo entran los norteños a terminar la carnicería que ha empezado unos instantes antes. Catelyn coge a Cascabel y amenaza al señor de Los Gemelos, pero un hombre con capa rosa atraviesa el corazón del Joven Lobo y ella hace lo propio con la garganta de su rehén. Y enloquece, rota por el dolor, hasta que es asesinada también.

El desarrollo de la secuencia es sumamente visual y creo que por eso también es tan impactante. Porque va mucho más allá del significado político y de la partida que se está jugando en el tablero de Poniente. No hay que olvidar la tensión extra que se añade al saber que Arya está a las puertas de los Gemelos, a punto de reencontrarse con la poca familia que le queda después de meses huyendo y escondiéndose. Y de repente todas esas esperanzas se quiebran en unas pocas páginas.

Pero lo que más me gusta recordar de esta escena es que Martin ya la escribió un poco antes, cuando Dany entra en la Casa de los Eternos en Qarth.

"Más adelante se tropezó con un festín de cadáveres. Los comensales, asesinados de las maneras más despiadadas, yacían tirados sobre las sillas volcadas y las mesas destrozadas, en medio de charcos de sangre coagulada. A algunos les faltaban miembros; a otros, la cabeza. Las manos cortadas agarraban copas ensangrentadas, cucharas de madera, trozos de ave asada o pedazos de pan. En un trono elevado había un hombre muerto con cabeza de lobo. Llevaba una corona de hierro y tenía en la mano una pierna de cordero, como si fuera el cetro de un rey. Sus ojos siguieron a Dany con una súplica muda."

La Boda Roja según nejna

XII. El Matarreyes

Una de las mejores cosas que tiene Canción son, sin ninguna duda, sus personajes. Todos, o casi todos al menos, están llenos de matices y grises. Los que parecen buenos cometen errores y los que parecen malos tienen aspiraciones nobles. Y además van evolucionando paulatinamente a lo largo de las páginas.

Jaime Lannister pasó a ser un personaje odiado a uno de los que caen bien, si no de los más queridos. Además de ofrecernos su punto de vista a partir de Tormenta de Espadas, lo cual te hace empatizar mucho más con el personaje que cuando tu opinión se forma a través de las opiniones del resto de individuos, experimenta un cambio notable a raíz del momento en que le cortan la mano derecha. El sufrimiento que padece, la compañía de Brienne, le hacen replantearse muchas cosas que antes daba por hechas.

El momento en que mató a Aerys II, el Rey Loco, se repite mucho en sus pensamientos, y no es de extrañar: el apodo de Matarreyes lo ha perseguido desde entonces, sobre todo para mal. Sin embargo, a través de su narración encontramos que esa escena es mucho más heroica de lo que  pensábamos (y de lo que el resto de personajes piensan). Aerys había llenado Desembarco del Rey de fuego valyrio con ayuda de los maestros piromantes y planeaba hacerla arder hasta los cimientos antes que dejársela a sus enemigos para que la conquistaran. Jaime, como Guardia Real que era, lo sabía, y por eso cuando Lord Tywin entró en la ciudad y Aerys lo envió a por su cabeza, Jaime mató a uno de los piromantes. Después degolló al rey a los pies del Trono de Hierro antes de que pudiera dar orden de prender fuego a la ciudad.

Jaime debería haberse convertido en ese momento en un héroe, al igual que debería haberlo hecho Tyrion en la batalla del Aguasnegras. Pero Ned Stark lo halló sentado en el Trono de Hierro con la espada manchada de sangre en las manos y lo tildó de traidor, y tras él todos los demás. Traidor por haber cumplido el juramento que lo obligaba a proteger al rey. Un hombre sin honor, un hombre en el que no se puede confiar. Con 17 años.

Por supuesto, esta situación no sólo lo marca a él. También supone el final de la dinastía Targaryen como reyes de Poniente y el ascenso al trono de Robert Barathen, acabándose también la Rebelión. Así que es una escena importante en muchos sentidos, pero a mí sobre todo me gusta por la dualidad que presenta dependiendo de quién la cuente, y porque no podía faltar el Trono de Hierro en una selección así.


Jaime Lannister y Aerys II según Michael Komarck

¡Y ya están las doce! Y con eso tenemos a Jon, Arya, Ned, Sansa, Cersei, Joffrey, Varys, Melisandre, Stannis, Davos, Rhaegar, Robert, Tyrion, Samwell, Meñique, Lysa, Oberyn, Gregor Clegane, Daenerys, Drogon, Bran, el cuervo de tres ojos, Catelyn, Robb, Walder Frey, Roose Bolton, Jaime, Aerys II y el Trono de Hierro. Un espectro bastante amplio de personajes que creo que resume bien la esencia de esta saga y uno de sus aspectos fundamentales: todos los personajes con cierta relevancia tienen su momento. Las tramas se intrincan unas con otras poco a poco aunque en un principio parezcan independientes, pero todas acaban teniendo un momento de clímax donde hay en juego mucho más que el destino de los personajes implicados. Para mí es una de las cosas que más me atrapan de Canción, entre otras muchas cosas.

¡Espero que os hayan gustado las ilustraciones! Seguro que tendremos muchas más en los próximos años. Sé que me he dejado muchas escenas importantes con personajes también relevantes (sobre todo calamares). Así que os dejo una encuesta aquí abajo para que deis vuestra opinión y propongáis alguna otra que se me haya olvidado. Si son muchas, siempre tenéis los comentarios, por supuesto. En un mes o así daré los resultados que haya hasta el momento y haré una entradita con tres escenas extra, las tres que más votos hayan recibido. ¡Así que votad! (Pero sin trampas, ¿eh?). ¡Saludos a todos y hasta la próxima!


martes, 12 de abril de 2016

~Reseña~ Donde los árboles cantan, o la fusión de los libros de caballerías con los cuentos de hadas


SINOPSIS
Viana, la única hija del duque de Rocagrís, está prometida al joven Robian de Castelmar desde que ambos eran niños. Los dos se aman y se casarán en primavera. Sin embargo, durante los festejos del solsticio de invierno, un arisco montaraz advierte al rey de Nortia y sus caballeros de la amenaza de los bárbaros de las estepas… y tanto Robian como el duque se ven obligados a marchar a la guerra. En tales circunstancias, una doncella como Viana no puede hacer otra cosa que esperar su regreso… y, tal vez, prestar atención a las leyendas que se cuentan sobre el Gran Bosque… el lugar donde los árboles cantan.

Donde los árboles cantan es un cuento en forma de novela que narra la transformación de una joven dama en una heroína que quiere liberar a su país de la tiranía de unos invasores bárbaros a toda costa. La historia está plagada de referencias a los libros de caballerías, guiños a tópicos del amor cortés y a los cuentos de hadas. Aunque la fantasía no es un elemento crucial en la historia, Laura sabe envolver la narración de un aura mágica gracias a las leyendas y los miedos sobre el Gran Bosque.

Es una historia sencilla, con pocos personajes y que destila mucha pureza e ingenuidad. Unas características que dan un buen asiento al comienzo de la novela pero que luego, para mi gusto, hace que se estanque debido a la escasa evolución de los personajes. Quizá haya sido eso lo que más me ha ido sacando de la lectura y que ha hecho que me costara mucho acabármelo.

Viana, la protagonista, es el personaje mejor dibujado. Hace un cambio a mi entender muy rápido al principio, pero a pesar de todas las cosas que le suceden su evolución se detiene y nos hallamos frente a un personaje predecible que comete siempre los mismos errores y que no podía resultarme creíble. Lobo, que también tiene gran peso en la trama, es el contrapunto adulto y cascarrabias. Tiene una gran historia detrás, y es una de las partes más destacables de la novela. Uri aparece ya a mitad del libro y aunque no tiene muchas facetas, es un personaje que enamora desde el principio. La forma en que se nos presenta y lo vamos conociendo es mágica y otro de los grandes atractivos de esta historia.


Los secundarios, por su parte, son personajes más bien planos en los que no se llega a profundizar. Algunos son diferenciables, como Dorea, Airic o Belicia. El más desarrollado es Robian, el prometido de Viana, pero me parece un personaje bastante desaprovechado.

Lamentablemente las referencias de las que mama la historia le otorgan también un gran defecto: la polaridad. No creo que una novela juvenil, por sencilla que sea, tenga que ser incompatible con unos personajes reales, llenos de grises, de matices. En cambio, nos encontramos con buenos y malos, y unos malos muy pero que muy arquetípicos.

El final, por otra parte, me ha dejado con sentimientos encontrados. La parte más directa me ha gustado y es muy bonita, en consonancia con esa pureza de la que hablaba al principio. Sin embargo creo que también asienta unos conceptos muy propios del amor cortés altamente discutibles.

En general creo que la novela tiene un buen planteamiento, pero no me ha gustado la manera en que se han tratado los personajes. Solo he conseguido empatizar con Lobo, lo cual me ponía bastante en contra de Viana, que es quien lleva la carga narrativa en todo momento. Eso ha hecho que la novela se me hiciera larga y la actitud de Viana poco creíble y algo pedante. Destacaría sobre todo la parte con más fantasía en su haber, muy bien transmitida. Genera un halo mágico alrededor de toda la historia que es lo que le da ese aire de cuento medieval. Pero el resto me ha parecido demasiado simple e infantil para mi gusto. Quizá sea una visión muy personal y es posible que quien haya contactado mejor con Viana haya disfrutado más de esta lectura, pero no puedo decir que haya sido mi caso.