SINOPSIS
Una novela sobre el
recuerdo, la magia y la supervivencia; sobre el poder de los cuentos y la
oscuridad que hay dentro de cada uno de nosotros.
Hace cuarenta años,
cuando nuestro narrador contaba apenas siete, el hombre que alquilaba la
habitación sobrante en la casa familiar se suicidó dentro del coche de su padre.
Este acontecimiento provocó que antiguos poderes dormidos cobraran vida y que
criaturas de más allá de este mundo se liberaran. El horror, la amenaza, se
congregan a partir de entonces para destruir a la familia del protagonista. Su
única defensa la constituirán las tres mujeres que viven en la granja
desvencijada al final del camino. La más joven de ellas, Lettie, afirma que el
estanque es, en realidad, un océano. La mayor dice que recuerda el Big Bang.
Cuando acabé El océano al final del camino y pensé en
hacer la reseña no sabía muy bien por dónde empezar. La novela me había dejado
como entumecida, sumida en una historia que no era la que había leído, sino la
mía propia.
Es la segunda obra de Neil Gaiman
que leo (la primera fue La joven
durmiente y el huso, que reseñé aquí hace unos meses) y me ha encandilado por completo. Gaiman utiliza un lenguaje directo pero al mismo tiempo poético
(aunque no llega al nivel de Rothfuss); a veces parece que te esté cantando al
oído en vez de narrando una historia. Las palabras fluyen a través de las
páginas hasta que de pronto te encuentras con el final y te cuesta creer que el
viaje haya acabado.
Por tanto, se puede decir que es
un libro fácil de leer, pero al mismo tiempo goza de una gran complejidad. La
novela transcurre entre la fantasía y la realidad, entre lo onírico y lo
mundano, hasta el punto en que ambos se llegan a confundir, transmitiéndonos
mucho más de lo que simplemente está escrito. Es una historia hecha para
meditar en silencio, para pensar, para paladearla hasta desentrañar todo lo que
esconde. Hay muchas reflexiones que aparecen abiertas, pero otras situaciones constituyen
metáforas que esperan ser comprendidas por el lector en un futuro, una vez nos
interese más la lectura entre líneas que lo que está teniendo lugar.
Si no está catalogada como
novela juvenil no es porque la complejidad sea extrema ni haya escenas
violentas o sexuales explícitas, sino porque a un adolescente no le llegaría de
la misma manera que le llegaría a un treintañero, igual que a un treintañero no
le llegaría igual que una persona con cincuenta o más años. El océano al final del camino es una oda
a la nostalgia por la niñez perdida, por lo que cuanto más lejano esté el
lector de ella más atrapado quedará por ella.
La única pega que puedo ponerle
es que el protagonista, que tiene siete años, en muchas ocasiones no parecía
que los tuviera, aunque ¿quién recuerda las cavilaciones que teníamos a esa
edad? Pero por lo demás me atrapó desde el principio, desde que "el niño" llega a la granja y pide ver el océano de Lettie. Gaiman hace gala de una gran
creatividad a la hora de escribir, llevándonos siempre por caminos
insospechados y haciéndonos devorar el libro. Creo que es una de esas lecturas
que hacen que el lector se conozca más a sí mismo.
Hola, Laura! Te hemos nominado al premio Best Blog porque nos gusta leerte y disfrutamos con tu blog :) Puedes ver cómo funciona aquí: http://resistencialectora.blogspot.com.es/2016/04/premio-best-blog.html
ResponderEliminarAh y gracias por esta reseña, me encantan este tipo de libros (¿a quién no?) y creo que cuando tenga tiempo de sumirme en una lectura como la que describes, será lo primero que lea. ¿Cuántas páginas tiene?
Un abrazo!
¡Hola! :D Muchas gracias por la nominación ^^ Ya os he puesto un comentario en vuestro blog, me ha gustado mucho la entrada :D Me pondré a completar la nominación en cuanto pueda :D
EliminarEl océano al final del camino tiene 240 páginas y se lee en una sentada, es una gozada de lectura. ¡Disfrutadlo cuando lo leáis! Un beso ^^
Hola :) Esta obra me fascino y me dejo roto unos días como te dije. Esa oda a nuestro yo pequeño, el como te deja pensando al final, como bien dices, es una novela sencilla pero que tiene muchas lecturas que la hace disfrutable a muchos niveles. La capacidad de Gaiman para sumergirte en su mundo que oscila entre lo real y lo onírico como si de una pared invisible se tratase es espectacular. Tengo escenas muy vividas de este libro, como el momento que se saca la "lombriz" del dedo del pie, imaginarme la "niñera" como un ser horrendo transformandose, el hombre suicido en el coche, la casa de las Hempstock llena de cosas y un huerto espectacular; o imaginarme al pobre protagonista despertando de ese letargo cuando esta sentado en el banco. Es fascinante. Espero que te animes con más libros de Gaiman. Si te gusta esta linea más "infantil" te recomiendo Stardust y Coraline, son geniales y también se leen en una sentada. Luego en un tono más adulto ya tienes El libro del cementerio y mi querida y favorita American Gods, que ya es otro nivel. Un besin^^
ResponderEliminarA mí también me dejó como aletargada. Llevo dos de Gaiman y se está convirtiendo en uno de mis autores favoritos. El libro del cementerio lo tengo en novela gráfica, tendré que echarle el guante :D Stardust lo tengo en inglés, no he visto la película aún, a ver si pudiera leerme el libro antes ^^ De American Gods he oído de todo, tiene que ser de esos libros que odias o amas...
EliminarMe inquietó mucho el momento de la lombriz y también cuando está sentado en el círculo de hadas esperando. Es increíble cuántas cosas te transmiten 250 páginas de nada XD Un mago, Gaiman, sin duda.
Besos ^^
Creo que tengo que leer sus libros con más calma, soy de lecturas más directas, pero también me gusta encontrarme con unas buenas e interesantes metáforas. Creo que este libro no me gustó tanto como podría haberlo hecho al leerlo con prisa. Ahora me he parado a pensar y he recordado fragmentos que me han hecho entender mejor.
ResponderEliminarGracias por la reseña!
Besos
Creo que es un libro que esconde más de lo que dice :) Me alegro de que te haya gustado ^^ Besos
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