Sus heridas supuraron dolor
y lágrimas durante mucho tiempo y, al final, fue la melodía de las palabras la
que calmó su aflicción. Sus manos dejaron de temblar para colorear sus pasos y
sus ojos abandonaron el llanto para mirar las formas vibrantes del mundo. El
arte de sacudirse las penas a punta de cincel resucitó su alma más rápido que
el tiempo que perdió intentando olvidarlas.
Palabras propuestas: arte
A ver cuando te nos sacas algo más largo :)
ResponderEliminarPues ahora que lo dices tengo un par de cosas más largas que no he publicado, pero se me olvida XD
Eliminar¡Hola!
ResponderEliminarme ha encantado lo que has escrito :)
¡Un abrazo!
Muchas gracias ^^ Besos :)
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