Hace unas semanas empecé a buscar formatos cortos para leer
en el lector electrónico. Tengo un poco de agobio ahora mismo con novelas
largas y preferiría no caer en un bloqueo lector por ello, así que voy
alternando antologías y relatos varios (también alguna novela, pero no
demasiado extensa, por eso dudo que acabe el Reto
2016).
Aprovechando el #LeoAutorasOct he querido conocer algunas
escritoras en distancias cortas y os traigo unos comentarios de algunos relatos
que he leído:
El fantasma perdido, de Mary E. Wilkins Freeman
Si queréis leerlo no tenéis más que entrar en la web de la traductora, Carla Bataller, y pedir que os lo envíe. Sin duda es un proyecto digno de apoyar y os animo a hacerlo. El relato consta de apenas 18 páginas que se leen en un suspiro, aunque si sois un poco asustadizos como yo, os aconsejo que no lo hagáis de noche. No es que dé mucho miedo, pero si os parece ver una mano blanca en la oscuridad yo ya os he advertido. Me han parecido muy logrados los diálogos, me han trasladado a esa época de finales del siglo XIX, principios del XX; sientes realmente que alguien te está contando una anécdota. Eso sí, creo que la historia merecía un doble final, ya que se cuenta en medio de una conversación y parece que acabe cortándose. Pero lo que es el final de la anécdota me ha encantado.
Cerbo un Vitra ujo, de Mary Robinette Kowal
Lo podéis encontrar traducido por Marcheto en Cuentos para Algernon. De Kowal ya
hablé en las recomendaciones
de autoras y su saga Glamourist
Histories es una de las que seguramente acabe leyendo en inglés (que no es
que yo no sea amiga del inglés, es que tardo más que en español y me da pereza).
Recientemente ha publicado Ghost Talkers,
de la que también me llama mucho su ambientación. Pero este relato nada tiene
que ver con ninguna de las dos historias. Aunque las novelas de Kowal se
engloban en la fantasía, los relatos suyos que conozco son de ciencia ficción.
Y sin embargo, tampoco tiene nada que ver con ellos (el mismo Marcheto lo
advierte por petición de la autora en la introducción del relato). Esta
historia se engloba más en el terror, aunque para mí la definición sería
simplemente: desagradable. Adictivo pero desagradable. Tanto que no puedo decir
que me haya gustado. Valoro mucho el estilo directo, lo real de los diálogos y
el mensaje subyacente, pero la protagonista me ha parecido detestable desde el
primer momento, la violencia gratuita y el final previsible. No es que sea
malo, que no lo es, simplemente las historias de este tipo no son para mí. No
lo recomiendo como primer acercamiento a la autora.
Por falta de un clavo, de Mary Robinette Kowal
Si queréis leer a Kowal, empezad por aquí. No me extraña que
el relato ganara el Hugo, me ha encantado. La autora expone los problemas que
supone depender totalmente de una IA al mismo tiempo que los dilemas morales de
vivir en una nave. Todo con pinceladas breves, dejando muchas cosas en el aire
pero que no son necesarias para entender el mensaje del relato. No se cuenta
qué hacen los personajes en la nave, ni a donde van, ni por qué están allí, ni
por qué todo queda registrado en una IA. Digamos que la ambientación se resume
al entorno inmediato de los personajes, y al contrario de otras opiniones que
he visto por ahí, a mí no me parece un error. Todo lo importante para meterte
en la historia está en ella. Los personajes están muy bien caracterizados,
todos tienen una voz propia; quizá he echado un poco de menos una descripción
algo más generosa de la IA, pero desde luego no me ha importado nada la
carencia de descripciones físicas de los personajes. Kowal va al grano en todo
momento, comienza con un problema que da pie a algo de mucha mayor relevancia y
acaba con un final de esos que me encantan. Es sobre todo una crítica
encubierta al abandono y aislamiento que sufren muchos ancianos hoy en día,
donde prima la funcionalidad y el ser humano es un recurso más del que
servirse. Breve, conciso pero muy intenso. Quizá cuesta un poco entrar porque
aunque el vocabulario no es complejo sí que tiene muchos términos técnicos aunque
son fáciles de comprender. Pero merece mucho la pena. El relato también está
disponible gracias a la traducción de Marcheto en Cuentos
de Algernon.
Me declaro fan de esta sección, me gusta la idea de ir reseñando los relatos de forma individual. Aún tengo por leer la traducción de Carla (shame on me) Pero los de Mary Robinette Kowal me gustaron ambos, aunque el primero es francamente agobiante.
ResponderEliminarBesos y suerte con lo del bloqueo lector, los relatos son definitivamente la mejor medicina.
Cerbo un vitra ujo está muy bien construido, pero no es el tipo de cosas que quiero leer sin edulcorantes XD
EliminarGracias :) Ahora ya se me ha pasado un poco, pero aun así no quiero tentar a la suerte pillándome cosas muy tochas. Besotes ^^
Eso, tú sigue aumentando así mi lista de lecturas pendientes! XDD
ResponderEliminarLa verdad es que los tres relatos tienen una pinta estupenda ¡Gracias!
¡Y todos gratis! No diréis que no traigo chollos XD Ya me dirás qué te parecen ^^
Eliminar¡Bien bien! Me gusta ver que cada vez somos más blogs los que vamos a ir realizando este tipo de sección, así nos retroalimentamos. Yo ya tengo un par leído para la segunda entrega, a ver si leo un par más para hacer una entrada en condiciones. Probablemente uno más será el último traducido por Marcheto de mi adorado Tim Pratt. Un abrazo^^
ResponderEliminar¡Siii retroalimentación! De hecho la idea me vino de un post de Canal Nostalgia hablando de sus relatos favoritos, lo que no me había dado tiempo a hacer la entrada hasta ahora XD Tengo apuntado el de Alyssa Wong que tradujo David Tejera y alguno de Ken Liu ^^ ¡Besos!
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