Blog de literatura fantástica

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Abusar tiene consecuencias


En un principio no iba a escribir este artículo porque total, Rocío Vega ya lo había dicho (casi) todo en su momento. Pero luego recordé a Concha Perea hablando de roles de género, junté ambas ideas en mi cabeza, y ¡pum! se convirtió en chocapic esta entrada que lees.

Hace mucho que leo, mucho que leo fantasía y mucho que leo fantasía adulta. Al mismo tiempo, hace muchos años que escribo relatos, que tengo ideas para novelas, incluso algunas que llegué a abandonar. Y en todo ese tiempo apenas había sido consciente o me había planteado cómo se utilizan los personajes femeninos en algunas historias para que la trama avance o cómo se caracterizan para que no sean simples floreros. De personajes femeninos ya hablé y hablaron muchos colaboradores hace unos meses y sobre tests tiene un extenso análisis Cuervo Fúnebre, así que no me extenderé mucho en esa parte e iré al grano.


Cuando comes mucho, llega un momento en que te hinchas y no puedes más. Y si aun así sigues comiendo, lo más probable es que acabes vomitando. Cuando fumas, y fumas mucho, tienes todas las papeletas para pillar un cáncer de pulmón. Cuando tomas mucho paracetamol o ibuprofeno, acabas tolerándolo y deja de hacerte efecto. Cuando abusamos de algo, eso tiene unas consecuencias, y por lo general no suelen ser buenas.

Las novelas de fantasía y de ciencia ficción en buena parte están pobladas de violencia: guerras, luchas, combates, torturas, miembros cercenados, heridas, muertes… Si te cortan, sangras; si te queman, gritas y es posible que quedes muy feo; si te atraviesan el corazón o algún órgano vital, tarde o temprano acabas muriendo. Heridas físicas, consecuencias físicas. Cuesta más ver valoraciones psicológicas a no ser que sea un tema central de la historia. Por supuesto, tenemos al Perro (Canción de hielo y fuego) y su trauma con el fuego o Goodnight (Los siete magníficos) y su trauma con la guerra y las escopetas, por poner un par de ejemplos. Pero no suele ser lo habitual. Tampoco es que haya que hacer un drama de cada herida de guerra, y es positivo demostrar que no hace falta ver (Isma'il en La Corte de los Espejos) o disponer de todas las extremidades en plenas facultades (Ojoloco Moody en Harry Potter) para ser útil. Las heridas y los traumas pueden superarse, y quizá habría que profundizar más en ello, pero no es de eso de lo que quiero hablar.

Desconozco los motivos o el origen de cierta praxis asentada en la literatura, si es porque ha habido y hay más hombres que mujeres que escriben, si es porque tanta violencia nos ha hecho tolerantes y no nos damos cuenta cuando leemos o escribimos (me incluyo), si es porque las víctimas viven en silencio por la vergüenza y la escasa empatía para con ellas de la sociedad y en general desconocemos cómo se sienten. Pero el hecho es que los abusos sexuales se tratan más de una manera física que psicológica en la ficción, a no ser que sean el tema a tratar. De hecho, en ocasiones incluso se describen con pelos y señales, con una exactitud morbosa, como si con ello la escena quedara más verosímil. Y, por supuesto, siempre son a mujeres (menos, por ejemplo, en Outlander o Títeres del Azar, que siempre ha excepciones).


Personajes femeninos fuertes porque han superado ese mal trago, personajes femeninos secundarios que hay que salvar, personajes femeninos florero que hacen que otro personaje actúe como venganza (mujeres en la nevera). Y pocas veces se trata lo que psicológicamente padece la víctima. En los últimos tiempos no paran de salir testimonios de chicas (más adultas, más adolescentes) que han sido forzadas y las descripciones son similares: asco, suciedad, impotencia, vergüenza, autocompasión, miedo, traumas que se visibilizan en el rechazo al contacto, al tratamiento con personas de otro sexo, en falta de apetito sexual, incluso en depresiones más o menos profundas que pueden llegar al suicidio en casos extremos. Como debería ser obvio, no todas las agresiones sexuales conllevan las mismas consecuencias porque cada persona reacciona distinto, pero de ahí a la invisibilización que se da en la ficción hay un trecho largo.

«Es que no está el punto de vista del personaje», «es que ralentiza la trama», «es que eso es muy sentimental y mi novela va de mamporrazos». No sé cuáles son las razones que llevan a pasar de un hecho así, como si fuera un corte que sangra y que con paciencia y salivica con el tiempo se quita. Quizá, simplemente, es que no pensamos en ello. Al fin y al cabo, eso pasó hace mucho tiempo y solo vemos sus consecuencias a largo plazo, cicatrices de una vieja herida. O quizá es solo un honor mancillado que debe ser devuelto y lo que importa en realidad es cómo se venga otro personaje. A lo mejor lo que deberíamos plantearnos antes de escribir es que si vamos a banalizar un abuso sexual reduciéndolo a algo meramente físico, lo que tendríamos que hacer es usar un recurso que tuviera solamente consecuencias físicas, en vez de obviar las psicológicas «porque no me apaña». O como mínimo, tener en cuenta que una violación no es otro acto violento más contra el cuerpo, no se reduce a una apropiación forzada de lo ajeno, sino que repercute en la psique en cuanto que busca una posición de poder del abusador respecto de la víctima hasta reducirla a un objeto. Y a nadie le gusta sentirse un objeto. Lo que hacemos cuando olvidamos los efectos que tiene una agresión sexual en la mente de la víctima es reducirla a un objeto que se rompe y se recompone (o no). Y, ojo, con esto no me refiero solo a la penetración, no hace falta llegar a eso para que a alguien lo estén agrediendo.

Por otra parte, como también he comentado, la violación se utiliza mucho como recurso para caracterizar personajes o hacer que la trama avance. Yo misma hace unos años escribí un texto (que en algún momento de mi vida será el prólogo de una novela, espero), y sin ton ni son en 5000 palabras  metí una violación porque oye, la prota era una esclava, el tío era un machote asqueroso, se puso cachondo, y aquí te pillo, aquí te mato. Después la chica se sentía sucia, se culpabilizaba, creo que se llegaba a autolesionar por el odio que sentía hacia su cuerpo… vamos, que no es que lo banalizara. Sin embargo ahora, después de muchos años habiendo leído violaciones ficticias sin darles mayor importancia que cualquier otra forma de violencia (y gracias entre otras cosas a conversaciones con otros lectores y más recientemente en la Nave Invisible) me pregunto el porqué de esa violación, si realmente  era necesaria para crear un personaje vengativo y manipulador  o si podría haber escrito cualquier otra escena horrible (como una paliza brutal) que no conllevara un recurso tan manido.

Porque eso es lo que es ahora, un recurso fácil (como el famoso derecho de pernada).«Oh, es una guerrera porque abusaron de ella y aprendiendo a luchar no le volverá a ocurrir», «oh, es una mujer independiente que no quiere vivir a la sombra de ningún hombre porque uno la forzó», «oh, qué casualidad, están abusando de la chica que me gusta y justo llego para salvarla», «oh, voy a vengarme del cabrón que le ha hecho esto a mi amiga», o el más reciente que me he encontrado, «oh, necesito atrapar a este hombre para interrogarlo y sé que va detrás de esta chica, si la sigo y espero a que la asalte será mío» (seguido de un «oh, no, cabrón, me has usado de cebo, ahora en compensación tendrás que hacerme un favor»). Ojo, con esto no estoy diciendo que no sea un recurso válido. Solo que quizá, antes de usarlo a la ligera, deberíamos plantearnos qué contexto tiene, qué conlleva y qué consecuencias puede ocasionar. No me creo que una chica de la que han estado a punto de abusar se tome tan «bien» que la hayan usado como cebo sexual. No creemos que todos los hombres sean potenciales violadores (hay feministas que sí, y por una parte lo entiendo aunque no lo comparta, pero que me lluevan piedras) y sin embargo en cuanto uno se calienta y recibe un no como respuesta describimos un abuso sexual en toda regla, como si eso fuera «lo normal». Porque con el abuso del abuso lo que estamos consiguiendo es eso: normalizarlo. «Es que es lo que hay», o mejor aún, «medievoooo» (si creéis que otro medievo es posible, os invito a pasar por aquí). «Es que los hombres reaccionan así». Pues mira, hay mucho cabrón suelto, no digo que no, pero que yo recuerde a Joffrey no le hacía falta ser un violador para ser el mayor canalla de Poniente.

Lo cual nos lleva al siguiente punto, y que tiene más que ver con lo que decía Perea en el vídeo.

«Deberíamos normalizar el rol de las mujeres dentro de la literatura fantástica. Y que no nos importara el sexo de quién fuese el personaje. (…)Lo que os aconsejaría a la hora de crear un personaje es que pensarais primero en su función, y luego si queremos hacerlo masculino o femenino sin preocuparos de si una mujer puede hacerlo o no, porque lo más seguro es que pueda hacerlo tan bien como cualquier hombre y viceversa. Así que no os preocupéis por el sexo de vuestros personajes a no ser que por algún tipo de cuestión de trama el sexo sea algo determinante para configurar al personaje».

Esto me lleva a hacer tres reflexiones:

De la primera ya habla Libros y Mazmorras en uno de sus fantásticos artículos sobre personajes femeninos. Y es que muchas veces encontramos que los hombres pueden ser malos porque sí (está en su naturaleza blablabla), mientras que las mujeres tienen que tener algún tipo de encuentro traumático por el cual son malvados témpanos de hielo (porque claro, las mujeres tienen que ser todo amor y sentimiento *suelta una risa escéptica*).

Deadpool y Psylocke. ¡Gracias, iniciativa Hawkeye

La segunda también la explica de maravilla Libros y Mazmorras y se refiere a la mirada masculina. Esa manera de describir a los personajes femeninos que no utilizamos con los masculinos, destacando rasgos físicos que apenas sirven para caracterizar y distinguir al personaje y que no se centran en él como persona (para esto también puede ayudar la regla de tres de Gabriella Campbell). Esto puede parecer absurdo hasta que cogemos una descripción típica con senos turgentes y la cambiamos de sexo. Entonces nos parece ridícula. ¿Por qué no cuando la hacemos de un personaje femenino? Ajam. Sexualización al poder.

La última (después de este breve lapso) vuelve al tema de las violaciones. Como he señalado, entiendo que es una forma de violencia y que al igual que hay miembros cercenados pueden aparecer abusos sexuales en una novela. Ahora bien, ¿por qué esos abusos van en su mayoría dirigidos a mujeres y no a hombres? «Es que es una sociedad machista». Vale, sigamos escribiendo eternamente sociedades machistas, ambientadas incluso en futuros lejanos con civilizaciones humanas que olvidaron sus orígenes. Maravillémonos del avance tecnológico que imaginamos para la humanidad y demostremos que en lo social continuamos siendo unos carcas retrógradas incapaces de imaginar nada diferente ni mejor, ni para las mujeres, ni para la comunidad LGBTA. Si somos capaces de romper a un hombre de tantas maneras que no incluyen una agresión sexual (bullying, presión parental, asesinato familiar), ¿por qué no podemos hacer lo mismo con las mujeres?

Con esto no pretendo ni sentar cátedra ni dilapidar a todo aquel que tenga una violación en su historia. Solo es una reflexión como lectora (y proyecto de escritora) que quiero compartir y que me gustaría que llegara a otros lectores y escritores por igual. Y luego cada mochuelo a su olivo y haga lo que mejor le parezca. Pero al menos que sea habiendo reflexionado sobre este tema y siendo consciente de la situación. Porque al final las cosas cambian cuando nos las planteamos, cuando encontramos algo que hacíamos por inercia sin pensar en todas las implicaciones que conlleva y todas las que estamos pasando por alto. No es cuestión de hacer un tratado de ello, pero un abuso sexual es un drama, y si no queremos dramas, quizá lo que tenemos que hacer es prescindir de incluirlo en una obra en lugar de hacer como si nada. No se trata de prohibir las violaciones en fantasía (no estoy diciendo eso en absoluto), pero a lo mejor deberíamos preguntarnos qué queremos conseguir con ellas. ¿Es algo que tiene que ocurrir porque la historia lleva a ello? ¿O solo aparece para que un personaje (ya sea la propia víctima u otro), reaccione a ella y la trama avance? ¿Podría estar esa escena mejor tratada, podría intercambiarse por otra y que el resultado fuera el mismo (o aún mejor)? Siempre vemos quejas de «sexo gratuito», pero ¿se utiliza esta forma de violencia de manera gratuita? ¿Le damos la importancia que tiene? Tanto escritores como lectores. Ya digo, hasta hace menos de un año yo no me planteaba estas preguntas. Y sin embargo cuestionarnos es la única manera de romper con el molde establecido, de ser más conscientes de lo que consumimos y de lo que creamos. De avanzar.




Dalayn
Lectora por vocación. (Medio) arquitecta por amor al arte. Soñadora de mundos y hacedora de historias. Escribo porque me hace feliz.

9 comentarios:

  1. Yo con las violaciones pienso como con todo tema negativo de nuestra sociedad: está bien que salga en la ficción, siempre que se muestre como la mierda que es, para que así sea más fácil verlo y quizá llegar a enseñar sobre ello de alguna manera. Lo malo es que, efectivamente, se abusa de ello, se banaliza o a menudo se ponen cosas negativas como positivas. Por ejemplo, las relaciones tóxicas : si las mostramos como tóxicas, tal vez ayude a alguien a darse cuenta de que está en una; pero a menudo una relación tóxica se pone como la ideal. Y en las violaciones otro tanto de lo mismo. Muchas veces vemos abusos y agresiones sexuales que normalizan, que muestran como si no tuvieran mayor importancia. No es lo mismo ver una violación, el dolor de la víctima y quizá una condena, que un chico acosando sexualmente a una chica y que estos acaben liados y él sea el hombre más maravilloso de su vida (esto último es horrible que lo muestren en la ficción, nos venden que está bien que nos acosen).
    Me ha encantado encontrarme tu artículo por twitter :)

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    1. Me alegro de que te lo hayas encontrado y que te haya gustado :) El tema de las relaciones tóxicas da para hablar largo y tendido. Además me he centrado en las consecuencias que sufre la víctima pero no he mencionado que el abusador también debería sufrir unas consecuencias y muchas veces se va de rositas, lo que ayuda a perpetuar esa "normalidad". Por eso creo que si se deciden tratar, deberían tratarse siendo conscientes de todo lo que conlleva, y no ser un mero recurso más.
      Muchas gracias por leerme y por tu comentario. Saludos ^^

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  2. Gran artículo, señorita sierpe ^^ pocas veces se piensa en las consecuencias psicológicas de las cosas en las historias, pero las violaciones y abusos están a un nivel superior de invisibilidad...
    Yo he incluido abusos tanto en la última novela que escribí como en la que voy a escribir, pero ambas se centran más en el abuso de poder y la dependencia que producen estas relaciones en la víctima (en la novela ya escrita el prota mata al abusador para salvar a la víctima y ella le larga y odia para siempre porque dependía del abusador). Ese prota luego es víctima de un intento de violación (una chica intenta violarle controlándole por la fuerza con su poder), y hay una violación correctiva a un personaje trans (off camera, pero me centro en lo horrible que es el acto). En la novela hay mucha violencia, y una enorme parte de esa violencia está puesta de forma que no se pueda ignorar lo horrible que es. Al menos pienso que no es gratuita en absoluto.

    ¡Lo siento por el comentario largo, me apetecía compartir mi experiencia! Y como asignatura pendiente tengo la violación hombre-hombre (fuera de la cárcel, que se ha vuelto otro cliché). ¡Que pases un buen nano (escribas o no escribas)

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    1. Gracias, Guille ^^ Está bien eso de señalar que las violaciones son parte de un abuso de poder, porque muchas veces se obvia y es como si fuera algo que surge porque sí, como si todos los hombres fueran capaces de hacerlo (aunque sea en situaciones extremas). Quizá debería arriesgarse más y tratar el abuso de poder y el maltrato psicológico, mucho más sutil (y por tanto complicado), pero que puede dejar a una víctima en las mismas condiciones que un acto violento. Me parece estupendo que uses también a hombres y trans (o de cualquier género, vamos), aunque sea de maneras "no usuales", pero para eso está la fantasía, ¿no? Si has reflexionado sobre ello, estupendo :) Gracias por pasarte, ¡que te cunda mucho el NaNo también!

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  3. El problema es como comentas, creo que ya está más que normalizado. Está banalizado, lo tenemos en demasiadas obras de todo tipo e incluso nosotras lo tenemos en el inconsciente y hasta que no pensamos detenidamente en ello, no nos damos cuenta de que incluso lo incluimos en nuestras historias. Yo lo comenté en el artículo de Rocío, también tengo una violación a personajes muy secundario que bien podría cambiar por otra cosa y servirme igualmente para lo que quería. O tratar el tema de otra manera, cosa que tampoco hago bien.

    Por eso pienso que sí, cada uno es libre luego de hacer lo que quiera, pero además de reflexionar sobre lo que hacemos, reflexionemos si es verdaderamente necesario y si directamente podemos omitirlo. Sobretodo por intentar que en el futuro las obras con este tipo de contenidos sean las justas

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    1. Tu caso se parece mucho al mío XD Pero sí, ocurre que al tenerlo "tan mamado", parece que es lo normal y no debería serlo. Hay que pensar en lo que escribimos, no solo en este asunto, sino en todos. Que luego está todo lleno de drama gratuito y hay que replantearse más si es necesario o no. Porque si no al final caemos en la moda del morbo, pero no aporta nada nuevo. La violación para caracterizar personajes femeninos "fuertes" empieza a estar tan sobada que está por llamarse cliché si no lo es ya. Quizá cuando se considere tal esté en esas guías y consejos famosos para escritores y empecemos a cuidar más esos aspectos.
      Gracias por el comentario, Elena, un beso :)

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  4. Primero de todo, muchas gracias por los links (de verdad no lo esperaba y me alegra que consideres los artículos lo suficiente buenos para ponerlos). Luego decir que me encantan este tipo de reflexiones. Cuántas discusiones habré tenido con amigos y conmigo misma sobre si hay que meter una violación o no o sobre si tal escena es necesaria o no. Siempre me sorprende cuando leo historias medievales de ejércitos y no encuentro ni un acoso sexual a hombres, ni una violación a pajes cuando eran el pan de cada día (porque había prostitutas, pero ni de lejos eran suficientes y costaban dinero). Me hace mucha gracia que Martin meta violaciones porque, como comentas, "es realista" pero de sus hombres (de los libros) solo se me ocurren Tyrion, Lancel y... ya que hayan sufrido abuso sexual de alguna clase. Magia.

    Sobre las violaciones a mujeres, sí que son deplorables si no pretenden desarrollarse a la larga. No tengo mucho que añadir sobre el tema porque estoy de acuerdo contigo en todo, absolutamente todo. Pero leyendo el artículo he recordado que leí un libro sobre la era Heian japonesa (siglos X-XI aprox) donde se veía que la mayoría de las mujeres nobles no llegaban vírgenes al matrimonio,aunque se suponía que sí, y habitualmente se acostaban con sus amantes tras un coqueteo por carta. A menudo la literatura japonesa lo enfoca como secuestro y violación porque las mujeres nobles se criaban encerradas entre damas y evidentemente les daba muy mal rollo que viniera un señor a meterse entre sus piernas o las llevara a su palacio para acostarse con ellas. Pero todas las mujeres solían guardar silencio sobre el tema. Para ellas era algo normal. Un libro actual pero que describía a una chica de la época enfocaba a la protagonista después de que su amante viniera y sin más tuviera sexo con ella (la forzara, vamos) con un "qué asco, es pringoso". La chica se quitaba la ropa y no volvía a pensar en ello excepto para que el amante siguiera teniendo correspondencia con ella. Me llamó la atención y me hizo reflexionar sobre lo "cristianocéntricos" que somos, porque nos han criado con la idea de que el cuerpo de una mujer es un templo que solo el marido puede "vulnerar". Y no es por quitar relevancia a la violación, sigo queriendo quemar cada libro que usa la violencia sexual como algo específicamente dirigido contra las mujeres porque sí y, como dices, no tiene verdaderas consecuencias a largo plazo. Pero sería interesante que aprendiéramos a mirar otras culturas e incluir otros conceptos sobre la violencia sexual y por qué un personaje puede ignorar o no una violación (es decir, qué considera una violación aunque nosotros no perdamos de vista lo que sí es).

    Perdona por esta ida de olla. Un gran artículo, ¡gracias por compartirlo!

    Atte. Rika~

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    1. Es muy interesante lo que dices. ¿Quizá habría que leer entonces más literatura procedente de Japón que hablara de ese tema? Porque si el autor del libro que comentas era occidental no me extraña que le diera esa visión, aunque ya está todo tan extendido que podría ser escrito por un oriental y tener esa visión igualmente. Pero en ese caso y siendo acordes con ese contexto histórico, a no ser que la voz como autores se introdujera en la narración para señalar que eso es una violación (cosa muy cuestionable), se debería entender la no denuncia, porque estamos en un contexto histórico determinado. Pero el medievo en el que se basa la fantasía pseudomedieval occidental no es así.
      Esos artículos me parece que están muy trabajados y bien expuestos, y además dicen verdades como puños :) Así que gracias a ti. Besos ^^

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    2. Gracias, jo <3

      El libro lo escribió una occidental, Liza Dalby, sí, pero creo que es de las pocas mujeres a las que la comunidad de geishas ha reconocido como una de las suyas (estuvo un año trabajando como geisha y el libro que escribió sobre las experiencias es muy interesante) y sus libros sobre la cultura japonesa son fascinantes porque siempre dice: los occidentales piensan tal, pero eso para un japonés no tiene lógica. Separa ambos mundos y siempre intenta que el lector comprenda la parte que se está tratando. La novela de la que he sacado esa escena trataba la historia de la escritora más famosa de Japón (Murasaki Shikibu, del siglo XI), que trata el tema de las "violaciones" con absoluta normalidad (y su libro se usa en general para comprender la mentalidad de las nobles de la época).
      Más que no denunciarlo, creo que sería interesante examinarlo desde fuera, por qué unos lo consideran violación y otros no. En la fantasía pseudomedieval se reconoce todo como una violación pero no tiene consecuencias, como comentas. Si fuera en un contexto donde un acto así se entiende como algo que no atenta realmente contra una mujer (como podrían considerar las japonesas de esa época en circunstancias muy precisas), comprendería mejor que el personaje se encogiera de hombros y siguiera adelante. Pero una violación en las historias que leemos tendría que tener tantas consecuencias... Bueno, me callo que estoy volviendo a lo que has comentado tú uwu
      ¡Gracias por responder!
      Atte. Rika~

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