Si durante estos últimos meses se habla de algo en el mundillo, es sin duda de la Editorial Cerbero. Llegó a nuestros oídos en noviembre de 2016, pasaron diciembre poniéndonos los dientes largos y en enero se estrenaron con la colección Wyser, donde hasta el momento llevan publicadas seis novelas cortas en formato bolsilibro. ¿Pero quién se esconde tras las tres cabezas del can? Hoy entrevistamos a Israel Alonso, escritor, poeta y editor.
1. En primer lugar, muchísimas gracias
por dedicar tu tiempo a contestar estas preguntas, espero que no te aparten
demasiado de tu trabajo. Antes de nada querríamos saber: ¿quién es Israel
Alonso? ¿Cómo te definirías como escritor?
Llevo escribiendo toda la vida.
Es, sin duda, a lo que más tiempo he dedicado. Desde que aprendí a escribir,
prácticamente, estoy contando historias con mayor o menor acierto, con peores o
mejores herramientas. Yo escribo ciencia ficción, sobre todo, pero me encantan
los pilares maestros de la literatura de género en sus infinitas variantes y, de
una manera o de otra, las he trabajado todas. Al menos en lo general, claro.
Creo que si alguien se planteara escribir algo de todos los sub géneros,
hibridaciones y subcategorías no terminaría nunca. O acabaría perdiendo puntos
de cordura a alta velocidad.
Me gusta aprender. Siempre estoy
haciéndolo. Considero que esto es un oficio y como tal hay que respetarlo. Pero
no de boquilla, de cara a la galería. No consiste solo en decir «Yo me paso la
vida mejorando y dejándome enseñar». Hay que hacerlo. Hay que saber llevar las
críticas negativas, cuando se tienen. Gestionarlas, analizarlas, intentar
sobreponerse al ego que todo escritor tiene consigo (de lo contrario no
escribiría, o al menos no intentaría publicar) y sacar un aprendizaje de ellas.
Con las críticas buenas no hay que hacer nada, o casi nada. Llevarlas bien, que
eso también parece difícil hoy en día. Tomárselas con cierta humildad y no
bajar la guardia. Hoy puedes haber acertado de pleno con tu texto, haber tocado
las teclas exactas que hacen que determinado lector se emocione. Mañana quizá
intentes repetir el éxito y te encuentres con que, pulsando los mismos botones,
el mismo lector bosteza. En este oficio hay que seguir trabajando,
reinventándose, encontrar una Voz Propia.
Pero esa voz no debería ser impostada y, por supuesto, debería ser capaz de
contar las cosas usando diferentes registros. Hay quien piensa que tener un
estilo muy marcado significa escribir siempre lo mismo. Tu voz estará ahí, si
consigues tenerla, independientemente de la historia que narres. Y tus lectores
deberían ser capaces también de abstraerse del hecho de que tú estés ahí. Forma
parte del contrato tácito. El autor no debería estar asomándose detrás de cada
página para recordarle a sus lectores «oye, que esto es mío. Se nota, ¿eh?».
Yo intento luchar por eso. Seguir
aprendiendo. Darle matices a mi voz como narrador. Cualquiera que tenga un poco
de empatía y algo de comprensión lectora es capaz de leerse cuatro libros de
una temática concreta y aprender los rudimentos básicos, una suerte de ecuación
matemática que, repetida, debería funcionarle igual de bien que a esos autores.
Pero todos sabemos que eso es mentira. Puedes leer mucho a Stephen King,
analizar su narrativa, sus puntos de vista y sus lugares comunes, y luego
sentarte y repetir lo que has leído. A lo mejor hasta con cierto grado de
acierto. Pero no dejarás de ser una copia, un remedo, un calco vulgar que nunca
será, ni de lejos, el original. No sé, por mucho que en un momento dado pudiese
hacerlo, intelectualmente hablando, creo que no me sentiría cómodo con mis
textos. No creo que me provocase ninguna sensación más allá de la vergüenza que
me llamaran, por ejemplo, el Stephen King gaditano. «A distinguir me paro las
voces de los ecos», que decía Antonio Machado. Todos hemos pasado por ahí, por
la imitación de aquello que leíamos, pero el camino correcto consiste en
avanzar. Lo contrario es quedarse acomodado en la mediocridad. Y yo,
personalmente, aspiro a algo más. O a quedarme en el intento.
2. Has publicado relatos en diversas revistas y antologías como Visiones, organizada por la AEFCFT. ¿Qué
tiene el relato de especial? ¿Qué te atrae de él?
El mundo del relato es un
universo apasionante. Y desconcertante. Poder contar justo lo que quieres
contar limitándote a un espacio reducido es, en sí mismo, un ejercicio de
oficio. No a todo el mundo se le dan bien los cuentos precisamente por esto.
Hay que sintetizar. Contar lo necesario y solo lo necesario para que el relato
tenga entidad y profundidad. Enseñar y no contar, como dice el mantra de los
cursillos de escritores.
A mí me fascina el relato desde
pequeño. Y no estoy de acuerdo con aquellos que afirman que es el hermano
pequeño de la novela o que la narrativa breve es el camino, el ensayo para
pasar a terrenos más serios. Eso es una idiotez. Es como decir que el poeta
escribe poesía porque es más fácil. Será para ti, que no tienes ni idea de lo
que duele un poema. Pues con los relatos igual. Escribir un buen relato puede ser tan difícil o más que escribir una
buena novela. Pretender decir que un texto es mejor o peor según su
extensión es vender/comprar los libros al peso. Una falta de respeto al oficio
como otra cualquiera.
Editorial Cerbero surgió cuando
tenía que surgir. Después de algunos varapalos laborales, después de haber
estado mucho tiempo quitándole horas al día por una miseria, de apenas parar en
casa, de no poder jugar con mi hijo o hablar con mi mujer más de media hora,
llegué a un punto de no retorno. Era el momento de buscar un trabajo nuevo. Y
llevaba años pensando en esto. Es uno de mis sueños de siempre, crear una
editorial. Me detuve a pensar, desde luego, si era lo correcto, si era el mejor
momento y, sobre todo, si tenía algo que aportar a una industria saturada en la
que, a diario, nacen y mueren un montón de sellos nuevos.
Llegué a la conclusión de que no,
no era el momento adecuado. Pero probablemente nunca lo fuera. Si no es la
crisis será el gobierno y si no es el gobierno será la invasión de los
ultracuerpos. Uno nunca está preparado para dar un paso adelante cuando se
trata de salir de la zona de confort. En cuanto a lo de aportar algo a la
industria… pues no lo sé, pero creo que sí. Soy escritor, ese es mi oficio,
como ya he dicho. Y soy lector. Llevo años haciendo ambas cosas y siempre he
pensado que había muchos elementos de la ecuación que podían hacerse de otra
manera. Muchas editoriales se quejan de lo mal que está el negocio, pero en
realidad no dejan de repetir los patrones que fallan en las demás. Apenas hay
inventiva. Se lanzan al ruedo a hacer exactamente lo mismo que las otras y
sorprenderse porque les pasa igual que a ellas. No es que nosotros hayamos dado
a luz al proyecto editorial más original de la historia, pero lo que sí es
seguro es que estamos haciendo las cosas como nos da la gana, no como las haría
el resto. Ya dije hace unas semanas en una entrevista que nos habían aconsejado
muchas cosas: «no vayáis a sacar las novelas de tres en tres que saturáis el
mercado», «no podéis sacarlas cada dos meses, porque os coméis a vosotros
mismos», «no podéis pagarle a los autores un veinte por ciento, es inviable».
Pues mira, gracias por los consejos. Pero vamos a hacerlo así y si nos
equivocamos, que sea con errores propios, errores nuevos.
Y, de momento, nos está yendo
bastante bien. Algo mal estaremos haciendo.
4. De momento en Cerbero se ha publicado novela corta. ¿Por qué este
formato? ¿Crees que hay más necesidad de él en la industria editorial española?
A mí me encanta la novela corta y
las posibilidades que ofrece. Contar lo que quieras contar con un poco más de
margen de maniobra que en el relato, ¿no suena apetecible? Hay un montón de
historias que respiran bien en un formato corto pero, digamos, extendido. Cada
cosa que quieres contar tiene una extensión que le viene bien, un traje a
medida. Y quien sabe vestir sus textos con la ropa adecuada es, sin duda, un
buen escritor. El mercado está lleno de ejemplos de lo contrario. Novelas que
deberían haber sido relatos, relatos que deberían haber sido trilogías épicas… Los que saben adaptar lo que cuentan a la
medida exacta que necesita su relato para ser contado tienen toda mi
admiración.
Además, hay muchísimos escritores
y escritoras que han probado suerte con la novela corta. Se han acercado a ella
por curiosidad, o por algún concurso de los que piden específicamente un relato
más extenso, y que luego se han encontrado con su novelita tirada en un cajón.
Porque es difícil que alguien te publique una novela corta. Es un formato que
no se ha trabajado demasiado, a no ser que sea dentro de una antología o un
compendio de relatos. Hay editoriales que ahora lo están haciendo, rescatando
estos relatos largos o novelas cortas y sacándolos a la luz. Y es una idea
genial. Yo había leído unas cuantas realmente buenas, amigos y amigas que me
las pasaban por privado para que opinara y yo siempre acababa preguntando: «¿Y
esto por qué no lo publicas?». «Pues porque nadie lo quiere». En el mejor de
los casos, iban directamente a digital autoeditadas y se acabó. No solo me
propuse coger todas esas buenas historias y editarlas sino, además, crear un
catálogo, todo lo grande que me permitan mis fuerzas, de Buenas Novelas Cortas
en Español.
5. Hasta la fecha has publicado a cuatro mujeres frente a dos hombres y
el próximo mes se publica a otra escritora. En la entrevista que realizaste
hace unas semanas a NGC3660 comentabas que era una decisión consciente. ¿Crees
que el género gozaría de mejor salud si se publicaran y leyeran más autoras?
Todo gozaría de mejor salud si
hubiera más mujeres trabajando con normalidad en campos que ahora son, aún,
eminentemente masculinos. El género en concreto, también.
Como vivimos rodeados de idiotas,
en un mundo machista, patriarcal y misógino, la literatura de género ha sido un
campo mayoritariamente masculino. Autores, buenos o malos pero autores,
hombres. Sobre todo si hablamos, por ejemplo, de ciencia ficción. Yo publico
bolsilibros, como aquellos que editaba Bruguera. En aquella época, a pesar de
haber autoras (y muy prolíficas) firmando historias de aventuras, o de
ciencia-ficción, la autoría era sobre todo masculina. O de mujeres con
seudónimo. Por ejemplo, ahí tienes a María
Victoria Rodoreda Sayol, que escribió bolsilibros y publicó ciento una
novelitas usando hasta doce pseudónimos, masculinos y anglosajones. Y no era la
única. Era un tiempo en el que los autores firmaban sus obras con nombre
americano porque nadie iba a comprar un libro de ciencia ficción firmado por
José Luis Revilla. Pues imagínate si para colmo lo firmase una mujer. Terror
sí. Terror podían escribir y no pasaba nada, porque el terror es algo más
emocional, «más de mujeres». Pero otra cosa no, que eso incomodaba. Esos
pensamientos retrógrados han sobrevivido hasta nuestros días. «Las mujeres
escriben bien romántica y gótico». Claro. Y está científicamente demostrado que
son inferiores. No sé si ya he dicho que vivimos rodeados de idiotas.
En Cerbero apostamos por la inclusión, es evidente. Si tengo en mis
manos dos buenas obras, buenas de verdad, y una de las dos es de una autora,
sin querer, de manera inconsciente, me decanto primero por esa. ¿Qué le hago?
La decisión es mía y yo disfruto más leyendo a autoras que a autores en los
últimos años. Si alguien quiere venirme con la monserga de la discriminación
positiva que venga un martes, que tengo un hueco para chorradas.
6. Hace unos días desde la editorial se anunciaron pequeños retrasos en
los envíos por un aluvión de pedidos. ¿Esperabas este éxito?
La verdad es que no. Sobre todo
teniendo en cuenta que todo el mundo me metía miedo, como he dicho antes.
Esperaba éxito, porque creo en el producto que hacemos, pero el cariño que nos
están dando los lectores sobrepasa, con mucho, cualquier cosa que me hubiera podido
imaginar de antemano. La gente parece
feliz con lo que hacemos y eso, a mí, me hace feliz también. Yo no quiero
hacerme rico con esto. Me conformo con una piscina de oro en mi mansión de
escritor. Pero, desde luego y aunque suene tópico, con el cariño recibido estoy
más que pagado.
7. En el caso de los manuscritos que te llegan, ¿ha sido también un
éxito o esperabas recibir más?
El día 1 de noviembre dimos de
alta la editorial. El día 3, en Barcelona, en la Eurocon, me senté a una mesa
con unos amigos mientras revisaba en el móvil los mails que habían llegado.
Casi me atraganto. Llevábamos trescientos manuscritos. Y, en realidad, serían
más. Porque eran trescientos mails con
manuscritos dentro, algunos traían más de uno.
Ahora, por fin, estoy empezando a
contestar a todo el mundo. Tal y como recibíamos una obra les decíamos que
tardaríamos entre uno y tres meses en contestar. La avalancha ha sido tal que vamos con un mes de retraso en lectura
y valoración. Si alguien que me lee aquí está esperando respuesta, paciencia.
Sois muchos y hay que leeros bien.
Trescientos manuscritos en dos
días. Y eso era el tres de noviembre. Y siguen llegando.
8. En la presentación de Yabarí en Madrid anunciaste que se publicarán
tres nuevas novelas cortas cada tres meses. ¿Se puede adelantar algo de la
siguiente tanda? ¿Habrá fantasía (colección Argos) y terror (colección
Tíndalos) o seguiremos con Wyser y la ciencia ficción? ¿Qué género te atrae
más?
Mayo va a ser el mes, hasta la
fecha, más fiel al espíritu Cerbero. Vamos a sacar tres novelas cortas, una de
cada uno de los tres géneros. Sacaremos el número uno de la colección Argos, de
fantasía, con Barro, una novela corta de Alicia Pérez Gil que, siguiendo con
la cábala del tres, resulta ser la primera de una trilogía de novelas cortas
titulada Post Scriptum. Esta, como hemos dicho, será de fantasía, la
segunda de ciencia ficción y la tercera de terror*. Queríamos apostar por algo
con continuidad y lo hemos hecho. Dos veces. Porque la novela corta de ciencia ficción que aparece en mayo, número
siete de la colección Wyser, es también el inicio
de una saga de novelas cortas. Se inaugurará también la colección Tíndalos
con una historia de terror cósmico,
muy lovecraftiana; una aportación a los mitos de Cthulhu desde los suburbios de
Barcelona.
Hemos ido sacando las novelas
cortas conforme las hemos ido leyendo. Es decir, las que eran Realmente Buenas
pasaban directamente a la línea de salida. Y la mayoría eran de ciencia ficción.
Así que sobre todo han salido de este género. Lo que menos nos llega es
fantasía, no sé por qué. Pero ya está solucionado y esperamos no parar aquí. Además,
es muy probable que haya otra colección,
distinta a las antes mencionada, para dar salida a un par de obras maestras que
nos han llegado que no pueden clasificarse directamente dentro de los tres
epígrafes anteriores. O, al menos no sería honesto.
9. Para el próximo mes has anunciado la publicación de una colección de
relatos con mucho "amor" de una autora sudamericana. ¿Nos puedes
contar algo de ella?
La autora es Teresa P. Mira de Echeverría y escribe tan bien que corta la
respiración. Es una maestra en tejer
historias con un alto componente weird desde una poética alucinante. En sus
textos, prácticamente cada frase es una puñalada. Preciosista. Rotunda. Estamos
emocionadísimos con este lanzamiento, porque para nosotros no solo supone
nuestro primer libro «grande», sino que nos sentimos como el que tiene en sus
manos el mapa de un tesoro que solo han podido ver unos cuantos.
El libro ya se ha editado, en
Argentina, hace unos años. Se llama Diez variaciones sobre el amor y es
un compendio de relatos que explora, desde una óptica que oscila entre la
ficción especulativa, la fantasía y el new weird, distintas visiones del amor.
Hay criaturas–poema, hay seres con apariencia de animales, hay sirenas, hay… Es una joya. Es inconmensurable. Y
estamos deseando que lo leáis.
Para la cubierta hemos contado con Cecilia G.F., que también
ilustró las portadas de nuestros bolsilibros de marzo. No podía ser de otra
manera. Cecilia tiene un talento innato y un don especial para reflejar según
qué cosas, además de un radar especial para la ciencia ficción. Me siento
cómodo trabajando con ella. Se mueve muy bien bajo presión, siempre tiene los
encargos a tiempo, apenas protesta cuando hay problemas de última hora y…
joder, solo hay que ver lo que hace. No se puede no querer trabajar con ella.
10. También aceptas manuscritos de novelas. A final de año tendremos
ucronía lisérgica, una descripción muy sugerente para una historia. Yabarí es ecofeminista. CloroFilia, weird. ¿Crees que las
etiquetas ayudan a vender o restringen el público al que va dirigida una obra?
Pero las etiquetas también son
divertidas. Yo he trabajado en una ambientación, Exillium, junto a Antonio y
Juan González Mesa, Nieves Delgado y Miguel Santander. Entre todos creamos el
universo y de él no dejan de surgir cosas desde que lo estrenamos en la SuperSonic 5
(en la 7, por cierto, aparece un relato mío dentro de este universo titulado
«El Pulporno». Just saying). El caso es que cuando le dimos a Cristina Jurado los
cinco relatos con los que pretendíamos presentar Exilium en sociedad, ella nos
respondió «ah, pero esto es DivinePunk».
Y se quedó tan ancha. Por lo visto, la etiqueta la inventó ella misma para
hablar de la novela «La Costilla de Dios», de Miguel Santander. Según sus
propias palabras: son DivinePunk «aquellos trabajos de ficción especulativa que utilizan elementos de la
fantasía, el terror y la ciencia ficción para explorar la temática religiosa
sin hacer proselitismo. Evito conscientemente la denominación «ciencia ficción
religiosa» porque para mí tiene connotaciones catequistas que deseo sortear, si
puedo. Si os interesa el tema, en este artículo
se habla extensamente sobre “religious science fiction” (a los anglosajones les
dan lo mismo las connotaciones, por lo que parece)». Es divertido inventarse
etiquetas. Yo mismo me he inventado algunas. Sí, este año vamos a tener ucronía lisérgica, en octubre: una obra
enorme, llena de drogas, electricidad y nazis. Y en algún momento de este año verá la luz, con toda probabilidad,
una novela corta de un género que he bautizado como DelibesPunk.
Las etiquetas no sé si ayudan o restringen el
público, pero… no me digas que no te ha picado la curiosidad.
11. Además de los aspectos literarios, Cerbero está dando mucho que
hablar con las maravillosas ilustraciones de cubierta de sus libros. ¿Qué
importancia crees que tiene una buena imagen ante los lectores?
Capital. Eso de «no debes juzgar
el libro por las tapas» es una frase hecha que, en el Mundo Real© no tiene el
más mínimo sentido. ¿Cómo lo juzgo entonces? Para comprármelo tendrá que atraer
mi atención. Y para destacar sobre el resto de tomos embutidos en una
estantería de una librería, tendrá que llamarme la atención su cubierta.
Nosotros apostamos por vestir nuestros
libros con las mejores galas y encargamos para ello el trabajo a los
mejores profesionales. Estos días se están desvelando las portadas de las tres novelas cortas de mayo, ilustradas por Juan
Alberto Hernández. Son alucinantes. Para entrar a vivir. Para ponerle un
piso a ese buen señor.
La imagen no se queda ahí. El diseño editorial, la imagen
corporativa, el arte final de los libros. Todo eso es importantísimo. Y lo
hemos intentado cuidar con mucha atención. Detrás de todo ese trabajo están los
grandérrimos MonoVampiro, amigos,
profesionales y genios vivos.
12. Parece que también habrá llamada para una antología con varios
autores. Actualmente la participación femenina en este tipo de convocatorias no
supera el 30%. ¿Qué hace falta para animar a las autoras a enviar sus obras?
¿Qué les dirías?
Estamos casi seguros de que
podremos convocarla antes de que termine el año, probablemente para publicarla
en 2018. ¿Qué hace falta para animar a
las autoras a participar? Publicarlas. Y nosotros lo estamos haciendo. En
mayor proporción que a hombres. El editor acaba de afirmar, hace un rato, que
prefiere leer a mujeres. No hay excusa para no participar. Porque, además, va a
ser algo Muy Grande.
Eso es todo, gracias de nuevo por contestar a mis preguntas. Te deseo
mucho éxito y una larga vida a la editorial Cerbero. Enhorabuena por este
inicio tan brillante.
Gracias a ti por prestarnos
atención y darnos voz. Un abrazo.
Para darle amor a Cerbero solo
hay que seguir su cuenta de Twitter o de Facebook y entrar en su web. Aviso: no
podrás salir de ella sin comprar un libro.
Maravillosa entrevista y maravillosa editorial. Pienso hacerme con todo su catálogo porque tiene una pinta alucinante.
ResponderEliminarGracias por le entrevista!
Gracias a ti por leerla ^^ Aprovecha que han puesto ahora en marcha un sorteo en FB y Twitter con todo el catálogo :)
Eliminaralgo me dice que terminaré comprando todo el catálogo....
ResponderEliminarYo también, o al menos casi todo, de momento xD Ahora hay un sorteo activo en RRSS hasta el 5 de mayo, por si quieres participar ^^
EliminarPensé que había comentado la otra vez, el móvil quizás me jugo una mala pasada. Gran entrevista. Poco a poco espero que la fiebre Cerbero se vaya contagiando más y más. Solo he leído CloroFilia de momento, y me gusto mucho. El próximo va con mi autora adoptada, y va a ir pronto. El que más me llama de la nueva tanda es el de Alicia, eso de que cada uno sea parte de una de las colecciones me intriga. Un abrazo^^
ResponderEliminarYo aún no he leído ninguno T.T A ver si entre este mes y el que viene caen, pero como ando de jurado de un concurso no hay manera. El de Alicia tiene muy buena pinta, además ella suele escribir terror así que espero una fantasía un tanto oscura. El otro día Cerbero hizo un poco de malabares con Joanna Russ, sería genial que la publicaran después de tantos años fuera de mercado *.* Besos :)
EliminarHola!!
ResponderEliminarQué maravilla de entrada. Las respuestas son geniales, pero es que las preguntas incitan a ello.
Desde la presentación de Yabarí estoy completamente enamorada de Cerbero y quiero comprar de momento dos bolsilibros más: 36 y Domori. Seguro que me encantan.
Un beso y ánimo a Israel y Cerbero :-) Gracias por traernos todas estas historias y confiar en que las cosas pueden hacerse de otra manera.
Todo este tema de pagar a los autores y hacer las cosas como nadie daba un duro por que se pudiesen hacer, me recuerda una situación que yo vivo como bajista de un grupo, y es que las salas pequeñas a las que podemos aspirar, prácticamente nunca nos pagan por tocar en ellas. Ni nos ofrecen público, ni hacen propaganda del concierto. Y como casi todas "lo hacen así", es difícil que llegue una a pensar que puede hacerse de otra manera, luchar por conseguir una clientela que consuma en la barra y de la que sacar el dinero, en lugar de cobrar a los músicos.
Cerbero me recuerda tanto a esto, estrapolado a los libros, que me siento muy ilusionada con el éxito que está teniendo y espero que dure muchos, muchos años.
Yo espero que sí, que realmente sea un modelo de negocio sostenible y que tengan éxito durante muchos años. Al menos es un modelo con el que los lectores se sienten a gusto. Lo de las salas de conciertos es una pena :(
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