Blog de literatura fantástica

viernes, 1 de diciembre de 2017

NaNoWriMo: Toda una experiencia


Aparte de subir algún relato de vez en cuando, no suelo hablar mucho por aquí de mis procesos de escritura o los proyectos en los que estoy trabajando (aunque es cierto que hablé del Campnano hace unos meses). Pero este noviembre me he embarcado en lo que algunos calificarían de locura (y no les faltaría razón): el NaNoWriMo. Para quien no lo sepa, este es el acrónimo de "National Novel Writing Month", un proyecto creado por Chris Baty en 1999 en EEUU. Como podéis imaginar, ya no es tan "nacional", pero el objetivo es el mismo: escribir una novela de 50000 palabras en un mes (empezándola el día 1, por supuesto). En su web lo explican todo muy bien así que no me voy a extender más en la teoría y voy a ir a la práctica.

1. Perspectivas

El NaNo oficial está muy bien, pero requiere de algo bastante importante: planificación. Hay gente muy brújula en esta vida, pero a mí ya se me hace difícil escribir 2000 palabras al día sabiendo lo que quiero contar, como para ponerme a ello sin haberlo pensado un poco antes. El problema: que no tenía tiempo para planificar una novela en condiciones. Solución: no escribir una novela y centrarme en proyectos más pequeños, que ya tenía planificados o que, aun sin tenerlos, son más fáciles de organizar. Esto es:

—Escribir tres relatos.
—Terminar una novela corta.
—Corregir y editar (contando a 1/4).

¿Iba a llegar a las 50000? Lo dudaba, pero con esto tenía para rato y algo se podía hacer. Para mí lo importante no era escribir tropecientas palabras, sino escribir. Y, además, acompañada. Porque el NaNo aglomera a una comunidad enorme de gente que escribe y La Maldición del Escritor organizó una competición genial por grupos para animarnos a escribir. Porque si hay algo difícil en esto, es la constancia.

¡Estar en un grupo con este logo también anima un montón!


2. Desarrollo

Es un gustazo ver cómo tus amigos y compañeros suben sus números y comparten sus trucos de escritura para aumentar las palabras escritas por sesión. Y ver como muchas sesiones pobres iban acompañadas de un gran esfuerzo e ilusión: "hoy no he escrito mucho, pero es que esta escena es vital y me ha encantado cómo ha quedado". También las tuyas propias, claro.

No os voy a engañar, es un reto. Algunos tienen mucha facilidad para escribir y revisar luego, yo soy una negada. Pienso mucho antes de escribir y, si no recuerdo mal, mi media suele estar en unas 500 palabras a la hora. Eso supone casi 4 horas de escritura al día, con el cansancio mental que conlleva. Si además tienes otras cosas que hacer, pues imaginad que muy sencillo no es.

Trucos:

Ser consciente de tus limitaciones. Como he dicho antes, mis metas iban más por proyectos que por palabras. Si conoces cuál suele ser tu ritmo de escritura y el tiempo del que dispones, puedes pasar olímpicamente de la meta de palabras del NaNo. Porque la verdadera recompensa es estar satisfecho con lo que has trabajado.

No agobiarte. Esto tiene mucho que ver con el punto anterior. Se bromea mucho con que el NaNo te deja sin vida social, y tienen razón en cierta medida. Pero hay asuntos que no se pueden evitar y muchos otros imprevistos. Visitas de amigos, médicos, bajones anímicos. Hay días en los que, simplemente, tu cabeza dice basta y no podrás escribir ni una palabra. Acéptalo. No es fácil, pero hay que aceptarlo. Y tener muy claro que el NaNo está para divertirse y aprender. No pasa nada si no llegas.

Ponerte metas pequeñas. Yo lo he hecho varios días y me ha funcionado bastante bien. Días con poco tiempo para escribir que necesitas rendir mucho. Mi solución ha sido hacer carrerillas de diez minutos. Hay gente que llega a sacarse 500 palabras de esta forma, yo me sacaba casi 300 y tenía bastante. Paras cinco minutos y vuelves. Es más fácil avanzar poco a poco que con la mentalidad de escribir 2000 palabras al día. O que vas con 4000 palabras de retraso y tienes que recuperar.

Una palabra más es una palabra menos. ¿Qué solo puedes escribir media hora y eso son 300 palabras nada más? 300 palabras que no tenías antes. Da igual si no vas a poder escribir más el resto del día, es algo que ya está hecho. A veces piensas que para esa media hora, ya aprovecharás el día siguiente, que podrás hacer una sesión más larga, pero por mucho que intentes mentalizarte de la realidad de tus límites, los retrasos pesan. Y las pequeñas victorias son muy importantes.

No borrar. Nada. Absolutamente nada. ¿No te convence una escena? Táchala, ponla en rojo, pasa a la siguiente o reescríbela, pero no taches lo que acabas de escribir. Y, si lo tachas, sé consciente de que lo has escrito, que le has dedicado un tiempo y que no ha sido un tiempo vano. El NaNo no trata de acabar el manuscrito el día 30 y el día 1 enviarlo a editoriales. Queda mucho trabajo detrás. Borrar incluido. Si escribes algo y no te gusta, ya sabes que no te gusta, y si no lo hubieras escrito, no lo habrías sabido.

Ser constante. Ya lo dije cuando el CampNano, pero lo repito. El trucazo para llegar a la meta oficial es la constancia. No rendirse. Es muy fácil abandonar cuando llevas una semana de mierda y un retraso del copón, pero recuerda: esto no va de ganar el NaNo, va de escribir. Y esas palabras no se van a escribir solas. Que no vayas a escribir 50000 no significa que no puedas escribir 30000. O 15000. O 7000. Lo que sea. Pero la excusa de "para qué me voy a poner si ya no voy a llegar" no te sirve de nada, porque la puedes usar no solo en noviembre y así no avanzarás nunca.

Así acabó mi NaNo. 38000 palabras. Casi el doble del Camp de julio, como para no estar contenta.

3. ¿Qué he escrito?

Empecé el NaNo con 3 proyectos:

1. #ProyectoSaeta: Relato para Alucinadas IV. Como este año la participación es anónima no quiero hablar mucho sobre de qué va. Pero ya os diré que han corrido lágrimas. Escribí algo más de 10000 palabras cuando el máximo eran 7000. Al revisarlo, eliminé una escena y los datos relevantes que aparecían en ella los distribuí en otras partes del mismo. Así está, justito, con un par de revisiones, beteado y a falta de otro par de revisiones más. Y estoy muy muy contenta con él.

2. #ProyectoSueño: novela corta. Este proyecto nació en julio y fue el primer borrador para la antología de cachava y boina (No son molinos a partir de ahora) de Cerbero. Pero me salieron 14000 palabras cuando el máximo eran 10000 y, al contrario que el anterior, sabía que no podría reducirlo ni de coña. Además, tenía varias cosas que no funcionaban. Lo revisé y lo he reescrito, 18000 palabras aproximadamente y segundo borrador ya. Es una mezcla de cifi y fantasía en la huerta murciana. Hay cambio climático, memoria histórica, egoísmo por supervivencia, LGTB, relaciones familiares… Creo que está bastante mejor que como estaba cuando lo retomé, pero tendré que esperar a los betas para estar segura de que no es basura (la inseguridad del escritor es poderosa)

3. #ProyectoSerpiente: relato corto para otro concurso, el Sueños de la Gorgona. Este está en su primer borrador todavía y me costó bastante arrancar porque no encontraba el tono. Pero cuando lo hallé, jojo, me lo he pasado genial. Es una historia pulp muy empoderante (lo que describí como hopepunk hembrista, y se ha quedado en sierpunk). A ver cuando la revise qué tal, pero cuando la terminé tuve un subidón de la leche.

4. Añadí el proyecto #SlimeChild a principios de mes porque quería presentar algo a este fanzine sobre lo cuir. Escribí una pequeña historia de cíborgs y la triste realidad de no ser considerado humano ni máquina.

5. Empecé el #ProyectoExilio a finales de mes. Es una novela corta de fantasía juvenil (jeje, dónde se vende eso) ambientada en un mundo en el que ya había trabajado una novela corta con anterioridad. La temática es similar, va sobre encontrar tu lugar en el mundo en contra de lo que dicta la sociedad, con un personaje que ya aparecía. Pero también es algo más compleja, con choque cultural incluido. Y con la sempiterna complicación de escribir desde el punto de vista de una raza que no distingue géneros.



4. ¿Y ahora qué?

Pues ahora toca revisar y corregir. O dejar lo que has escrito (si lo has acabado) en un cajón para que repose y ponerte con otra cosa. Hacer vida social (en estas fechas no queda mucho remedio) y bajar o mantener el ritmo (depende de cada uno), pero sin dejarlo.

Me reitero en mi creencia de que estas temporadas de escritura, con tanta gente alrededor haciendo lo mismo, son muy positivas para conocerse como escritor, probar otros métodos y participar en una comunidad sana. Es muy motivador que te animen con cada pequeño progreso, al igual que animar a tus amigos. Luego hay un fondo de toxicidad rancio que no se aguanta en la literatura y que suele renegar de todo esto, pero hay gente realmente guay y que hace del oficio de escritor algo más social de lo que aparenta en un principio.

Si querías participar y no has podido: otra vez será. No lo digo por decir. Quizá no tengas que plantearte hacer un NaNo, sino un campamento: ponte una meta por horas, o por palabras que creas que puedes conseguir. Y si son malas fechas, aprovecha los camps o sé un espíritu libre. Cada uno tiene sus motivos y sus formas de escribir. Yo iba muy bien y la última semana me desinflé por completo. Creo que he añadido unas 2000-3000 palabras y porque me he dedicado a corregir y he contado 1/4 de las palabras corregidas. Mi cabeza, mis ganas, mi tiempo, simplemente no daban para más. Empecé una novela corta y escribí 500 palabras porque no me encontraba con los ánimos que necesitaba para ponerme con ella y el tono que quería darle. Y ahí está, ya la retomaré cuando sea el momento. A veces no es el momento. Y no por ello hay que sentirse culpable. Habrá otros momentos. Los retos nos los podemos poner nosotros mismos. Pero ten clara una cosa: sigue escribiendo, porque hay gente que quiere leerte.



Dalayn
Lectora por vocación. Arquitecta por amor al arte. Soñadora de mundos y hacedora de historias. Escribo porque me hace feliz.

4 comentarios:

  1. Hola
    Gracias por los consejos. Yo pasé el nano a enero cuando estoy de vacaciones ya que noviembre es mi país es un caos con el cierre de año en el trabajo. Lo importante es ponerse metas y escribir algo. Besos!

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  2. Yo no me animé a unirme, porque 50 mil palabras se me queda muy corto, por lo general me siento más cómodo con 55-60 mil. Además, en este mes pasado mi lado programador se sentía más inspirado y escribí mucho código y poca literatura.

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  3. State of Sierpe al puro estilo Sanderson XDD Muy fan :) (Tengo que leer la novelita corta aún, ainsssss)

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    Respuestas
    1. No te preocupes, no hay prisa :) Y mira, a ver si así se me pega algo de Sanderson xD Un besote. ¡Pásalo bien en el viaje!

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