Este es el primer videojuego que
reseño en mi vida. También es el primero que me ha hecho llorar. No voy a decir
que es un juego diferente, aunque quizá lo sea, porque no tengo mucho bagaje en
cuanto a videojuegos se refiere. Pero sí puedo hablar sobre la historia que
encierra esta pequeña maravilla que recuerda a los videojuegos de 16bits.
To the moon (o A la luna)
comienza con un coche estampado contra un árbol. Tranquilos, que no hay
heridos. Sus ocupantes son dos doctores (Neil y Eva) de una compañía que se
dedica a hacer feliz a la gente antes de morir (aquí ya podemos suponer que
habrá drama, y en verdad es uno de los gordos). ¿Y cómo lo hacen? Modificando
sus recuerdos para que crean que han cumplido el sueño de su vida. Sí, la gente
paga para autoengañarse antes de morir y hacerlo feliz y en paz. De partida, ya
me parece una premisa muy interesante y que da que pensar.
Pero continuemos un poco más. El
hombre en cuestión al que tienen que tratar lo que desea es ir a la luna (de
ahí el nombre del videojuego). Nuestros doctores (nosotros, que somos los que
los manejaremos) tendrán que ahondar en sus recuerdos hasta encontrar el
momento que tienen que cambiar para que Johnny, nuestro paciente, se haga
astronauta y vaya a la luna.
Sin embargo, resulta no ser tan
sencillo. En su casa y sus recuerdos encuentran conejitos hechos de papel, un
peluche de un ornitorrinco y una extraña fascinación por las aceitunas en
salmuera. Gracias a una máquina viajaremos hacia atrás en los recuerdos de
Johnny, conoceremos la relación que existe entre estos objetos y la historia de
amor y sacrificio que se esconde tras ellos.
Sin duda es una historia creada
para lanzarse a bocajarro sobre nuestro corazón y estrujarlo hasta dejarlo
seco. Pero es al mismo tiempo una historia bien hilada, en la que en cada episodio
nos revelan cierta cantidad de información mientras nosotros vamos juntando las
piezas del puzzle. Diálogos divertidos y situaciones emotivas nos llevarán de
manera fluida desde el principio hasta el final, sin que queramos parar de
jugar hasta descubrir el desenlace de esta misión.
Bien es cierto que en un punto
intermedio el juego se ralentiza por la repetición del mecanismo de juego del
Acto I: encontrar objetos e información crucial para pasar de un recuerdo a
otro a través de un sencillo minijuego de puzzle. No obstante la trama se va volviendo
más compleja a cada paso y te obliga a
continuar para saber a dónde llegan esos hilos que han aparecido en cada
escena. Los actos II y III sin embargo están mucho más condensados y se suceden
a una velocidad pasmosa. Los creadores han sabido crear una tensión a través de
lo que conocemos y lo que no, incluso de lo que dicen y callan los doctores
entre sí, como si fuera una película o un libro con distintos puntos de vista
que se van sucediendo a lo largo de la narración.
Además de la manera brillante en
que han tratado el argumento, cabe destacar también los personajes. Como no
quiero contar mucho más de la historia, me centraré en los doctores, Neil y Eva.
Me han recordado irremediablemente a Castle y Beckett: él, irreverente,
graciosillo, con teorías alocadas; ella, lógica, objetiva y centrada en su
trabajo. En el videojuego los manejamos a uno y otra, juntos o por separado, y
vamos descubriendo su personalidad al tiempo que se nos desvela la vida de
Johnny. A través de las situaciones de las que son testigos (y de las que
nosotros somos testigos a su vez) conocemos cómo responden a ellas con unos
diálogos dinámicos y muy entretenidos, y más tarde con su manera de resolver el
desaguisado. No solo los doctores, todos los personajes que aparecen tienen
cierta profundidad, se les percibe como reales con apenas unas líneas de
diálogo y hacen que te intereses por ellos y su destino.
La jugabilidad es simple al
igual que los gráficos, y esto es esencial para que la historia tenga la fuerza
que se merece, porque es lo realmente importante. A veces, para hacer que algo
brille de verdad tienes que darle espacio y dejar todo lo demás un poco aparte.
Bueno, quizá no todo. La música también tiene una presencia muy importante,
siempre al servicio de la historia, pero no deja de ser magnífica. Os invito a que la escuchéis, aunque no hayáis jugado, porque es una delicia.
Son apenas 5 horas de juego. Es
como una novela corta, intensa y compleja. Consigue sorprenderte y te plantea
muchos interrogantes más allá de lo que sucede. El principal (y que no comporta
revelar ninguna sorpresa): ¿nos autoengañaríamos para morir felices? De hecho,
¿nos autoengañaríamos para VIVIR felices, aun sabiendo que vivimos una mentira?
Desde luego, To the moon no es una historia que te deje indiferente, y me
encanta el formato y la manera en que se desarrolla.
Freebird Games se ha ganado una
seguidora y espero disfrutar de más juegos suyos próximamente (o cuando tenga
tiempo, vamos). Si queréis más información sobre este y otros juegos de este
estudio, aquí tenéis su web. ¿Habéis
jugado a alguno?
¡Por ser tu primera reseña de un videojuego está muy completa! Me ha llamado mucho la atención, ¿para qué plataforma es? Tengo ganas de probarlo y a lo mejor me animo a reseñarlo yo también :)
ResponderEliminarNos leemos!
Se puede adquirir en Steam, GoG y Humble Store para Windows, Mac y Linux. Me parece que si lo compras en Humble Store puedes comprarlo sin DRM. Ahora mismo están de rebajas, además, hasta dentro de una semana :) Si lo pruebas ya me contarás qué te ha parecido ^^ Saludos :D
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