En Waukegan, Illinois, todo es como Jesse Delany odia que
sea. Tranquilo y pacífico en apariencia, el pueblo donde vive nuestro
protagonista guarda el terror en las entrañas de sus habitantes. La ira se
desata dentro de su propia casa, o entre su familia y la de los McGuire. La fuerza manda sobre la lógica, la
violencia sobre el amor. Y Jesse no es más que el hijo menor de un teniente
que combatió en la Guerra de Secesión, alguien que cree que estudiar es solo
cosa de inútiles o políticos, no de verdaderos hombres, mientras Jesse solo
quiere leer y aprender.
Mala Sangre es un
western con toques de terror gótico, aunque este último se utiliza más como
elemento narrativo que como un fin en sí mismo. Es decir, no hay miedo y para
mí ni siquiera ha supuesto un misterio, pero propicia un cambio en el
protagonista que acaba dándole sentido a toda la novela. El horror no está en lo sobrenatural sino en el alma de cada persona.
Y eso es algo que Carmen Moreno ha sabido explotar hasta sus últimas
consecuencias.
Quizá el planteamiento que expone la sinopsis sea un poco
engañoso. La normalidad en Waukegan no se rompe "pronto", a no ser
que pasado un tercio del libro se considere pronto (bueno, hay algo raro que
sucede nada más empezar, pero resulta casi anecdótico). Eso hace que el lector
entre buscando algo que no existe y que al final tampoco tiene tanta
relevancia. Lo importante de esta historia no es el misterio o las
desapariciones. Como deja bien claro Sofía Rhei en el prólogo, esta es una historia de personajes y de los
horrores que habitan en ellos. Para mí, sobre todo, ha sido una historia
sobre el poder. Sobre cómo corrompe, sobre cómo se apropia de nuestros miedos
para llevarnos a realizar acciones que no haríamos de otra manera, sobre cómo
hace que nos contradigamos, que obviemos la realidad cuando nos ciega.
Mala Sangre es la historia de Jesse Delany y de cómo el poder lo
transformó.
Pero no es el único tema que trata la novela. Mientras vamos
conociendo la vida de Jesse asistimos a cruentas escenas y episodios que nos
hablan del racismo o el maltrato. De
ellos se sirve la autora no solo para realizar una crítica al racismo y el
machismo que aún imperan hoy en día, sino para dar volumen a los personajes,
llenarlos de aristas, de matices y contradicciones. Ha sido una sorpresa encontrar en un western
con tan alta presencia masculina una crítica tan alta a esa hombría sentida,
que no es más que otra expresión del poder aparente que algunos creen tener. El
desprecio por aquellos que parecen inferiores es palpable y se muestra a base
de violencia. Su máxima expresión concurre en el personaje de William Delany. Se muestra justo y amigo de los
negros (por ello luchó junto a Lincoln en la guerra civil), pero reniega y
muestra su odio hacia los indios. Maltrata a su esposa y a su hijo mientras la
primera lo excusa y el segundo no opone resistencia. Una, por ser mujer; el
otro, por no ser el hijo que debería ser, por ser débil. Estas circunstancias
marcarán a Jesse mucho más de lo que él se atrevería a adivinar.
Y eso nos lleva al último tema que nos plantea Moreno, más
bien una suerte de preguntas sin
respuesta que van ligadas inexorablemente a la condición humana. ¿El hombre
es un ser malvado per se? ¿Es algo
que se hereda? ¿Algo que se aprende? ¿Qué condiciona a una persona para actuar
mal? ¿Eso lo excusa o lo redime? ¿Qué nos hace débiles o fuertes? Todas estas
cuestiones giran a lo largo de la novela; algunas llegan a preguntarse de
manera directa, otras nos las formulamos conforme vamos conociendo a los
vecinos de Waukegan y a la admiración de
la autora por Sherlock Holmes (que ya demostró con Sherlock Holmes y las sombras de Whitechapel). Las respuestas,
si las hay, siempre quedan en manos del lector.
Sin embargo, solo somos del todo conscientes de estos temas
una vez acabada la novela. Al principio hay que dejarse llevar por los
personajes sin saber muy bien a dónde va a parar todo. Esto puede ser un
problema para lectores poco dados a este género o si no conectamos mucho con
los personajes o el entorno. Podría decir que ese ha sido mi caso. No he
conseguido meterme en la historia hasta la llegada de un nuevo vecino a
Waukegan, donde empieza a verse un cambio en el transcurrir de la
"apacible" vida del pueblo, y aun así lo único que me mantenía
enganchada era la evolución de Jesse,
que me ha parecido magistral.
Él y su padre son las piezas centrales de la novela, tanto
por separado como por la tensión que existe entre ambos. Mientras que de
William me ha atraído el dibujo a través de los ojos de su hijo, lo que llama
la atención de este es cómo se va transformando al tiempo que va pasando de ser un niño a un adulto. La
relación con su hermano, con su madre, con el doctor y otros vecinos de
Waukegan lo va moldeando y van haciendo de él alguien más complejo y
contradictorio. A veces resulta complicado seguirle el ritmo, ya que nuestro
mundo, y por tanto, nuestra mente, es mucho más estable que el suyo. De ahí que
el lector pueda ver cosas que Jesse no ve. Esto supone también un arma de doble
filo, ya que al adelantarse el lector al personaje, la trama pierde parte de la
intriga que prometía.
También considero que la
ambientación está muy bien lograda. El espacio para las descripciones está
muy limitado pero bien usado, con pequeñas pinceladas que se nutren más de la
presencia de unos u otros personajes que del paisaje en sí. Son más bien los
momentos y las diferentes escenas que suceden lo que crea ese aire de
violencia, de tensión dura y frágil a punto de quebrarse, de misticismo y
misterio cuando es conveniente. Carmen Moreno sabe usar bien las herramientas
que tiene en su mano y se desenvuelve sin problemas tanto en tramos líricos
como en otros más cruentos y llenos de acción, pasando por los retazos del diario de Jesse, que prácticamente dejan sin
aliento. Y todo ello muy bien hilado.
En resumen, Mala
Sangre me ha parecido una novela muy
correcta en su fondo y en parte de su forma. Es una lástima que la falta de
revisión del texto (comas y primeras personas que se cuelan donde no deben)
haga que el resultado final de la novela no sea el que merezca (lo bueno es que la 1ª edición se ha agotado y la 2ª irá con muchas correcciones y extras, ¡bien!). El tratamiento de los personajes me ha
parecido muy bueno y el de los temas
—profundos y en actitud de denuncia—, excelente. Sin embargo, quizá el hecho de
esperarme otra cosa, que el género no me atraiga mucho o que el tema de las
muertes misteriosas me haya parecido bastante predecible desde el principio, ha
hecho que en mi caso no pueda decir que me haya gustado (tampoco ha ayudado cierta
escena de violación, por mucho que entienda su propósito). No obstante,
considero que eso es una opinión muy personal. Hay novelas que, simplemente, no
son para mí, y de vez en cuando doy con una de ellas. Pero animo a cualquiera
que vaya con una mejor predisposición y a cualquier amante del western a darle
una oportunidad, pues creo que tiene
calidad de sobra para que merezca la pena introducirse entre sus páginas.
Título: Mala sangre
Autora: Carmen Moreno
Editorial: Apache Libros
Encuadernación: Tapa blanda
Año de publicación: 2017
Nº páginas: 248
Precio: 16,95€
coincido contigo en muchos puntos, muy buena narración y personajes interesantes pero sin el miedo que esperaba pasar, aun así ha sido una lectura buena y entretenida
ResponderEliminarSí, yo creo que es una buena novela, solo que no es del tipo que disfruto, pero eso no es culpa de la escritora ni de nadie XD Gracias por pasarte ^^
EliminarHola :) Pues interesante propuesta la verdad, creo que la podría disfrutar. Una pena esos errores ortográficos, esperemos que los solucionen en esa segunda edición :)
ResponderEliminarAl parecer eso van a hacer, o eso leí en el twitter de la editorial. Creo que te gustaría :)
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