Si bien es cierto que disfrutar quizá no sea la mejor
expresión para definir lo que se siente al enfrentarte con estos seis relatos
de Nathan Ballingrud. Todos ellos proceden de North American Lake Monsters, la colección que ganó (ex aequo) el Premio Shirley Jackson en
2013. Es una narración oclusiva, tensa, desagradable. Porque el autor nos pone
tras los ojos de los propios monstruos, y los monstruos visten piel de hombre. Hombre en el sentido menos amplio de la
palabra. Nos protagonistas de estas historias son varones y no creo que sea
fruto del azar, aunque quizá no todo el público sea capaz de percibir la
relevancia que tiene este hecho.
No soy muy dada al terror, aunque reconozco que es un género
de lo más sugestivo; por lo general me suele generar cierta ansiedad e
incomodidad. Esto, por supuesto, no es nada malo: de eso va el tema. Pero con Ecce monstrum, esa sensación ha sido un
continuo durante toda la lectura. Y eso es gracias en parte a la gran
traducción de Silvia Schettin y la caracterización de los personajes. Explorar
la bestia intrahumana es algo con lo que se suele jugar bastante (tanto en
terror como en otros géneros), pero Ballingrund lo hace de forma espeluznante y
violenta a pesar de lo pausado de su prosa. Es una patada en la boca del
estómago, como bien dicen desde la propia editorial.
Nathan Ballingrud, no es terror, sino un puñetazo directo al estómago https://t.co/n7q6D3QsSN https://t.co/98JgE2oalQ— Fata Libelli (@FataLibelli) 19 de marzo de 2017
Los protagonistas tienen historias muy diversas. Son
maltratadores, expresidiarios, alcohólicos... Pero violentos, siempre
violentos, de una manera u otra. Y, sobre todo, violentos contra la mujer. Esto
no es algo que se vea de manera explícita en todos ellos. Son comentarios,
gestos, cosas en algunos casos muy sutiles. Pero se crea una atmósfera en la
que yo, como mujer, me he sentido mucho más vulnerable. Porque estos hombres
parecen mirar siempre trozos de carne, posesiones de las que se sienten dueños.
Incluso aunque esas mujeres sean sus madres o sus hijas, incluso cuando parecen
querer salvarlas por amor, me ha dado la sensación de ser un amor tan egoísta
que me daba auténtico pavor.
Por otra parte, algunos de los relatos no parecen tener una trama cerrada, quedan en suspenso. No tiene por qué ser algo negativo, pero siempre se queda en el aire esa percepción de que le falta algo. Y para mí tiene que ser muy buena la historia para que sea suficiente, cosa que no ocurre con todos.
Por otra parte, algunos de los relatos no parecen tener una trama cerrada, quedan en suspenso. No tiene por qué ser algo negativo, pero siempre se queda en el aire esa percepción de que le falta algo. Y para mí tiene que ser muy buena la historia para que sea suficiente, cosa que no ocurre con todos.
La colección arranca con «El buen marido», en mi opinión el
mejor. Me fascinó desde el principio, camina entre la realidad y lo imposible
con una facilidad arrolladora. «Estación de paso» goza de una imaginación
sublime y la duda sobre si lo que vive Bertrand es una alucinación suya o no te
mantiene en vilo durante todo el relato. «Bajo el sol abrasador» quizá sea el
más convencional, dentro de lo que es el conjunto, y aun así me ha encantado el
declive del protagonista. «Monstruos de los lagos de Norteamérica» posiblemente
sea el más violento, pero también el que más impresión da de ir a la deriva;
parece más enfocado a mostrar una actitud. «Los monstruos del cielo» muestran
cómo la mente puede perderse cuando algo importante en la vida se rompe. «Acre
salvaje» sigue la misma idea, pero de una forma menos sentimental y más
demencial. No he querido contar exactamente de qué va cada uno porque creo que
merece la pena descubrirlo por uno mismo, es parte del encanto.
No todos los relatos proporcionan el mismo efecto ni están
al mismo nivel, sin embargo el conjunto es muy bueno. Ya no solo por lo que
cuenta o el trasfondo, sino por cómo lo cuenta. A pesar de los cambios de
narrador o los saltos temporales, cada historia guarda una gran cohesión, y eso
es gracias a la prosa del propio Ballingrud. Al cuidado de los detalles, del
tono, de las metáforas. Su estilo te envuelve y te introduce de lleno en un
encuentro visceral con un monstruo que ninguno queremos ser.
Título: Ecce Monstrum
Autor: Nathan Ballingrud
Traductora: Silvia Schettin
Editorial: Fata Libelli
Año de
publicación:
2016
Precio: 4,90€ (ebook)
Hola
ResponderEliminarNo conocía esta obra. Solo de leer la reseña ya me han entrado algunos escalofrios...no me gusta nada el género de terror. Ni en audiovisual ni leído. Pero por el tema del que trata, le voy a dar una oportunidad y lo leeré. La verdad es que suena interesante, sobre todo porque en las novelas que se trata sobre el maltrato, suelen ser bastante suaves en las descripciones... y no creo que este sea el caso.
Me lo apunto, sin duda.
Un saludo.
Bueno, no trata el tema del maltrato en sí, solo salen personajes que maltratan y lo bueno es que no los pinta nada bien o como algo bueno. Pero los relatos son muy variados, suicidios, monstruos, extraños ángeles, vampiros... Más que miedo lo que generan es mucha inquietud. A mí me ha gustado, pero te aconsejo que busques también otras opiniones para comparar :)
EliminarSaludos ^^
Como todo lo de Fata libelli lo tengo en la pila de pendientes. Este no iba a ser menos. Esos monstruos interiores, humanos, que son aún más terroríficos que los de nuestras fantasías. Tengo en la pila El ciclo de Xuya y el recopilatorio de Robert Sherman, luego va este fijo :)
ResponderEliminarYo tengo pendiente a Tim Pratt :P
EliminarMe suelen llamar la atención este tipo de historias y viendo que no es muy caro seguramente me lo compre en cuanto tenga la oportunidad. ¡Gracias por descubrirme a un nuevo autor!
ResponderEliminar¡Un saludo!
Atte. Rika~
Un placer ^^ La verdad es que tiene una manera de retorcer las historias muy buena. Espero que te guste. Besos :)
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