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lunes, 23 de noviembre de 2020

~Reseña~ Newropía, o una sátira contemporánea



Tú, que eres fans de Juego de Tronos. Tú, que adoras The Expanse. Tú, que piensas que con Franco se vivía mejor. Tú, que crees que regresar a las cavernas es la única manera de preservar el planeta y el «orden natural de las cosas». Tú, que estás harta de ser menospreciada por la sociedad y buscas un lugar donde ser libre. Esos sitios existen. Están en Newropía, una suerte de microestados en una especie de Europa gamificada donde hay una utopía hecha a tu medida. Y, si no, te la fabricas.

Ese es el punto de partida de la nueva novela de Sofía Rhei, una entretenida aventura de ciencia ficción con espías y crítica social que no es para nada lo que esperas con esta premisa. Así pues, si prefieres sorprenderte tanto como yo con este libro, mi consejo es que empieces a leerlo ya y vuelvas luego a compartir tus impresiones.

Todo empieza en el hogar de Elliot, un muchacho de dieciséis años que se ve arrastrado hacia un futuro con el que solo podía soñar pero que resulta ser más real que el barrio donde vive. Su misión: descubrir quién es el chico que planea construir un nuevo parque de atracciones en Newropía y adquirir los diseños. De ello depende que el partido capitalista que se alterna en el poder de la nueva Europa, el partido Simpático, no adquiera aún más poder, desestabilizando el precario equilibrio que sostiene el continente.


La Floresta. Fotografía de Sebastian Unrau en Unsplash

Para llevar a cabo esta misión, el partido Parasimpático contará no solo con Elliot, sino también con Verbena, una bruja que vive en la Floresta. La naturaleza la provee de todo lo que necesita y su magia consiste en controlar su cuerpo, su mente y la de los demás mediante la sugestión. Su mundo y el de Elliot son bastante contrarios, pero tendrán que trabajar juntos para evitar un mal mayor.

Y hasta aquí puedo leer. Aunque la novela tarda en llegar a este punto, es la información esencial para que nos interesemos de verdad por la historia y queramos seguir descubriendo este mundo. No es que el inicio sea aburrido, pero sí confuso: no sabemos muy bien a dónde está queriendo llegar, todavía no sabemos cómo funciona Newropía ni qué agentes hay implicados y peca un poco de exceso de referencias a los años 80. La mayoría son reconocibles, pero yo, que nací una década después, me sentí un poco fuera de lugar. Sin embargo, es un efecto pasajero. Cuando Elliot y Verbena suben a una especie de hotel rodante y entramos de lleno en la misión, la cosa se pone interesante.

Una vez allí, Rhei nos presenta un elenco bien variado de personajes: un grupo de muchachos que fingen ser la misma persona (entre los que nuestros protagonistas tendrán que identificar al verdadero diseñador de parques de atracciones) y un grupo de chicas de compañía con intereses muy diversos, entre los que se encuentra sobrevivir en un mundo hipercapitalizado que sigue esgrimiendo el heteropatriarcado como su mejor arma.

«La gran herramienta de la creación de deseos ha sido la división por géneros y el amor romántico asociado a ellos. Dividir a las personas en dos grupos homogéneos artificiales simplifica muchísimo la tarea de los implantadores de deseos. Cuanto más claras estén las características de estos géneros, cuanto más definido sea el bloque en el que están configuradas, más fácil es pulsar las teclas del miedo a dejar de pertenecer al grupo».

Y he aquí el sentido principial de Newropía, el eje que vertebra la obra: una crítica sagaz, ácida y salvaje al capitalismo, a la ficción publicitaria, a la manipulación de las masas, a la prostitución. Como decía Joe Abercrombie en Un poco de odio, «elegir entre ser puta y pasar hambre no era una elección en absoluto». Rhei muestra con claridad esta situación en varias mujeres muy diferentes y con motivaciones muy diversas. Con pocas conversaciones dibuja un elenco variado que muestra a mujeres sometidas por el sistema, pero en ningún caso sumisas. No solo las brujas son las heroínas.

De hecho, la autora se gira también hacia el mundo de Verbena, un estandarte ecofeminista que impregna toda la novela pero que también tiene sus puntos negativos. ¿Cuántas cosas le han ocultado a Verbena para que su comunidad funcione? El viaje también la cambiará y señalará algo importantísimo en el activismo: tenemos que replantearnos también lo que hacemos, cómo lo hacemos y por qué lo hacemos.

Todos estos temas y reflexiones aparecerán de forma continua en Newropía mientras se desarrolla la acción. Eso es algo que Rhei hace muy bien: integrar los temas que le interesan en los diálogos, con personajes contrapuestos, mientras la intriga y el juego de espías nos atrapan. El ritmo es ágil, hasta el punto de que he echado en falta en ocasiones algo más de introspección en los personajes. Quizá es por el tono del narrador, pero, aunque algunos me han resultado muy carismáticos y memorables, en general había como un distanciamiento que me dejaba un poco fría.


Decoración funcional en la habitación de Elliot. Fotografía de Wesley Tingey en Unsplash

Otro aspecto esencial de Newropía es la personalidad que tiene. Si habéis leído con anterioridad a Sofía Rhei lo sabréis, y si no, os lo cuento: esta novela solo la podría haber escrito ella. Porque esta loca utopía distópica está plagada de humor, como sucedía en Róndola, y de especulación lingüística, como en varios de sus relatos. Las brujas de la Floresta hablan una variedad del lenguaje que ha prescindido de todas las palabras con género gramatical masculino, algo que no ha debido de ser nada fácil de plasmar en la novela. Al contrario de lo que pueda parecer, le da un aire extraño, como antiguo, pero en ningún momento malsonante. No se limita a cambiar las oes por aes, sino que busca sinonimias o incluso reformulaciones, y es muy interesante ver el efecto que tiene.

Cuando lees Newropía tienes la sensación de que la autora ha hecho sencillo algo tremendamente difícil: incluir estos temas, clásicos pero actualizados, utilizando el humor en una obra de poco más de trescientas páginas sin que decaiga la acción. A mí me resulta toda una proeza. También deja patente algo por lo que todavía tenemos que luchar: que una novela donde prima el entretenimiento puede ser también profunda y que te haga plantearte cuestiones sin que apenas te des cuenta. Y esa es una magia que no muchos pueden conseguir.

Si queréis saber más, podéis ver la presentación de lanovela en la Hispacon2020, donde la propia Sofía comenta cómo se gestó esta novela, o esta otra reseña de Consuelo Abellán. 


Título: Newropía
Autora: Sofía Rhei
Editorial: Minotauro
Encuadernación: Rústica con solapas
Año de publicación: 2020
Nº páginas: 350
Precio: 18,95€ / 8,99€ (ebook)






Laura S. Maquilón
Diseñadora, correctora y escritora. Navego en La Nave Invisible. Autora de El pasado es un cazador paciente e Izahi, a tus hijas.

lunes, 10 de agosto de 2020

~Reseña~ Los hombres me explican cosas, o la deconstrucción del silenciamiento

 

Portada Los hombres me explican cosas

Los hombres me explican cosas es un libro que engaña. Aunque en la sinopsis resalte que es un conjunto de ensayos de Rebecca Solnit sobre la desigualdad entre mujeres y hombres, muchos de los artículos que se incluyen pasan esta temática un poco de refilón. Lo cual no es malo, ni mucho menos, pero da a priori una idea equivocada de lo que nos vamos a encontrar.

El primer ensayo, «Los hombres me explican cosas», el que le da el nombre a la recopilación, ejemplifica con varias vivencias de la autora en qué consiste el mansplaining y cómo nos afecta. Solnit habla de confianza y silenciamiento, las dos bases para que estas situaciones tengan lugar: la total confianza en sí mismos que tienen algunos hombres y que se transforma en arrogancia cuando la exhibe una mujer, lo que invita al silencio. El mansplaining es una manera de perpetuar esta dinámica, de mantener la inseguridad y la autolimitación que nos imponemos las mujeres para encajar en un sistema en el que siempre tenemos las de perder.

La autora, no solo en este artículo sino también en otros, se permite matizar. Algunos hombres. Algunas mujeres. Deja claro en todo momento que sí, hay excepciones, pero eso no debería distraernos de ciertas conductas estructurales y normalizadas en la sociedad. Del mismo modo que denunciamos que la heterosexualidad es normativa y no debería serlo porque existen otras realidades, denunciar que el machismo también es sistémico y no debería serlo porque perjudica tanto a mujeres como a hombres, y que por ello se hace necesario crear una realidad diferente, no significa que estas realidades no existan ya en algunos entornos y ámbitos.

Rebecca Solnit. Foto: Adrían Mendoza

En «La guerra más larga» profundiza más en estos patrones, en concreto en el de la violencia contra las mujeres, «un patrón de profundas y extensas raíces que es incesante y terriblemente obviado». Si bien estoy de acuerdo en que, hablando de violencia machista, esta existe independientemente de la raza, la clase, la religión o la nacionalidad, expresarlo con una frase como «la violencia no tiene raza» puede dar lugar a una idea errónea sobre otros tipos de discriminación y represión. Si se puede matizar que «esto no quiere decir que todos los hombres sean violentos» o «Las mujeres pueden, y lo hacen, cometer actos de violencia contra su pareja», esto también debería matizarse. Para mí es lo que más le falta al compendio, un rastro de interseccionalidad.

Hay un espejismo de ello en «Mundos que colisionan en una suite de lujo», donde se expone al exdirector del FMI Strauss-Kahn por una situación de agresión sexual, lo que le sirve para hablar de las condiciones económicas que creó el Fondo Monetario Internacional para expoliar África. Pero trata la agresión separadamente del asunto económico, como si el único aspecto en tuvieran en común fuera una persona despreciable. También se habla de racismo en otros artículos, pero se trata como algo externo y que compara con la misoginia, pero no hay un acercamiento al feminismo negro. Y oportunidades tiene.

Otros ensayos aportan ideas muy sencillas pero efectivas, como ocurre con «Elogio de la amenaza», donde expresa la contraposición entre matrimonio igualitario y matrimonio tradicional, no en base a la orientación sexual de los contrayentes, sino a su posición relativa en la relación. Un artículo breve pero muy certero, que está entre mis favoritos de Los hombres me explican cosas.

Pero, sin duda, los mejores artículos son los más íntimos, los más poéticos. Ahí se desata la prosa de Solnit, la relación de ideas, la construcción del discurso. «Abuela araña» y «La oscuridad de Woolf» entrarían en este apartado. En el primero se basa en un cuadro de Ana Teresa Fernández para hablar de obliteración, de las mujeres olvidadas, ocultas, y también de arte. En el de Woolf, además de mostrar una vez más la influencia de la pensadora británica en el feminismo actual, me ha gustado sobre todo las referencias a la creatividad y la identidad.

Edinburgh nightclub meme: What was being said - BBC News

Solnit utiliza en todo momento un tono calmado, para nada violento, que invita a reflexionar pero que no deja de ser firme y contundente en sus afirmaciones.

En «El síndrome de Casandra» se regresa al tema con el que se iniciaba el libro, y también sucederá con los ensayos siguientes. No al mansplaining en sí, sino al silenciamiento de las mujeres. Las estrategias que se siguen en redes sociales, las campañas de acoso, las acusaciones de «supuesta victimización» para evitar que denunciemos que, efectivamente, somos víctimas. Acusarnos de victimización también es silenciarnos.

Reactivar este tema le da un sentido a la recopilación y la convierte en algo más que una serie de artículos independientes. Construye un relato cohesionado de cómo el feminismo ha hecho cambiar leyes y que se reconozcan la violación o la agresión sexual como un delito, cosa que antes de los años 60 no ocurría. Habla de cómo pequeñas acciones han hecho caer imperios, aunque sea de una forma metafórica, a pesar de que sus protagonistas no fueron tratadas como heroínas, todo lo contrario.

Aunque hay ensayos que pueden interesar más o menos por su contenido, Los hombres me explican cosas te deja con un rayo de esperanza muy propio de la autora. La sensación de que, aunque con lentitud, se pueden cambiar cosas, aunque a veces haya que pagar un alto precio. Entre otras cosas, porque libros como este me siguen pareciendo predicaciones para crédulos, pero siempre me pregunto ¿cómo podría romperse esa dinámica? Sigo sin tener respuesta. Aun así, para quienes se estén iniciando en el feminismo, es una gran aportación. Para quienes no, aún encontrarán información e ideas de valor, además de una buena traducción de Paula Martín.

Al final, me quedo sobre todo con la afirmación de que las ideas no pueden volver a encerrarse, y con este párrafo hacia el final:

«La misoginia nunca será abordada adecuadamente si se hace solo desde las víctimas. Los hombres que lo asumen también entienden que el feminismo no es un intento de despojar a los hombres de sus derechos, sino una campaña para liberarnos a todos».


 

Título: Los hombres me explican cosas
Autora: Rebecca Solnit
Traductora: Paula Martín
Editorial: Capitán Swing
Encuadernación: Tapa blanda
Año de publicación: 2017
Nº páginas: 152
Precio: 16€ / 3,99€ (ebook)






Laura S. Maquilón
Diseñadora, correctora y escritora. Navego en La Nave Invisible. Autora de El pasado es un cazador paciente e Izahi, a tus hijas.

lunes, 3 de agosto de 2020

~Reseña~ La última luz de Tralia, o la madurez de las relaciones complejas

 
«Y entonces, el silencio.
No un silencio normal, lleno de pequeños susurros inertes. Era un silencio absoluto, que solo podía escucharse en el espacio: la inmensidad del infinito entrando por sus oídos, llenando su cabeza de vacío, de una nada insonora».

Así empieza la primera publicación de Isa J. González, La última luz de Tralia, una novela corta de space opera con una fuerte carga emocional. En ella se narra la lucha por la supervivencia de un joven cuya nave ha sufrido un choque con una nube de asteroides y ha visto cómo el resto de sus compañeros fallecían a causa del accidente.

Este joven, Kenichi, procede de un planeta que está muriendo. Su nave solo es una de las más de mil que salieron de Tralia para buscar un nuevo hogar, un planeta habitable donde poder instalarse y que su pueblo siga viviendo. Sin embargo, las posibilidades son cada vez más escasas. Cuando se encuentra solo en medio del espacio, envía una señal de socorro, sabiendo que lo más probable es que acabe muriendo y compartiendo tumba con sus amigos.


Bosque en Tralia

Sin embargo, alguien acude a su llamada. Otra nodriza que también tiene serios problemas, pero que está tripulada por unos tralianos bastante diferentes: los zestianos son, por decirlo de alguna forma, humanoides adaptados al hábitat marino. Tienen agallas, la piel azulada y el pelo blanco. Su cultura también es diferente. Y, por si eso fuera poco, son dos razas que estuvieron enfrentadas hace tiempo y la desconfianza aún permanece.

La novela va planteando y resolviendo conforme se desarrolla varias cuestiones. ¿Qué problema tiene la nodriza de los zestianos? ¿Por qué acudieron en auxilio de Ken? ¿Encontrarán un planeta donde instalarse? González sabe dosificar la información para mantener en vilo al lector mientras se centra en la relación entre Ken y Rune, uno de los zestianos. El ritmo de la obra se mantiene constante y la autora controla muy bien los silencios y el cambio entre las escenas. El final, sin embargo, me ha parecido precipitado en comparación con el desarrollo del resto, que se había caracterizado por una narración pausada y más sosegada, con pasajes muy bien conseguidos. Es otra de las cosas que me ha encantado de la novela, el equilibrio entre la acción y la descripción/introspección, que siempre aportaba algo nuevo.
«Quería volver a ser aquel Ken que no conocía ese dolor. Que no conocía la pérdida como algo definitivo y descorazonador. La muerte en Guin era dulce, normalmente indolora. Y siempre quedaba el consuelo de que no era definitiva, estéril, de que la energía se mantenía en los árboles que crecían en los bosques de vida. Ken no tenía aquel consuelo para sus compañeros, que habían fallecido en un sitio yermo, donde nunca podría crecer nada más que la escarcha. No había podido enterrar a Trish, ni a Began ni a Mirana. Sus cadáveres nunca alimentarían la tierra de ningún planeta. Sus almas nunca descansarían entre las raíces de la naturaleza. Esa idea le dolía casi más que la muerte en sí.»
Los acontecimientos parecen supeditados a la relación entre Ken y Rune, que cobra gran relevancia una vez se encuentran y que va sufriendo altibajos a lo largo de la novela. Una relación imperfecta, con diferencias entre sus protagonistas que demuestran que nada puede ser insalvable, pero que se necesita paciencia y voluntad. También se ahonda en la importancia del consentimiento, un tema que la autora trata con cuidado y que contribuye a la evolución de los personajes.

Para ser sincera, me habría gustado que hubiera más slowburn entre Ken y Rune. No creo que la obra necesite alargarse, pero el foco en las primeras escenas ya dejaba claro cómo se iba a desarrollar todo. No era un instalove, pero se le acercaba lo suficiente.


Esa cierta prisa en la revelación de un pilar de la historia también acontece en el tramo final. Las pistas están muy bien colocadas y el descubrimiento no sorprenderá a les lectores que hayan prestado atención, pero ahí sí que me hubiera gustado más desarrollo. Sobre todo, porque La última luz de Tralia es una obra muy introspectiva y es algo que no debería perderse. No es fácil hacerlo, y menos cuando se trata de una ópera prima, pero no está de más señalarlo, porque González ha demostrado tener habilidades de sobra para solventarlo.

De hecho, más allá de la narración y la construcción del nexo entre los protagonistas, La última luz de Tralia destaca por muchos otros temas. Como habréis podido deducir, hay espacio para hablar de racismo y ecología, aunque no se ahonde demasiado (es una novela corta, no lo olvidemos), pero también de libertad sexual, de autoconocimiento, de asexualidad, de perdón, de tradición. A través de los personajes secundarios, Tyra, Daven, Sigrid y Eyra, se exponen una serie de circunstancias que influyen en su manera de relacionarse. La autora les da su espacio, los dibuja con mimo en pocas palabras y los hacen partícipes de una historia que les sobrepasa. Se equivocan, tienen miedo, son valientes, se arrepienten. González hace que la Nodriza 2 sea algo vivo y muy real. A eso también contribuyen las pinceladas de ciencia, suficientes para que la obra tenga unos cimientos fuertes pero que no perderán a les lectores que no tengan conocimientos sobre virus y composición sanguínea.

Otro de los aspectos positivos, y esto es algo que suelen dar más las novelas cortas, es que el universo que ha construido la autora se dibuja con pinceladas aquí y allí, pero no hay un tapiz completo. Eso podría permitir a González bucear en esos huecos en un futuro, pero no es algo que la historia necesite para cerrarse. Es cierto que La última luz de Tralia se lee en unas pocas horas y que simpatizamos lo suficiente con los personajes como para querer saber qué ocurre a continuación, pero no es algo que le haga falta a la novela. La historia ya se ha contado. Lo que queremos (lo que yo quiero, al menos), es que González siga narrando aventuras galácticas (o no tan galácticas) con esta sensibilidad y buen hacer. El resto es cuestión de tiempo.




Título: La última luz de Tralia
Autores: Isa J. González
Editorial: Crononauta
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Año de publicación: 2020
Nº páginas: 164
Precio: 15€ / 5€ (ebook)





Laura S. Maquilón
Diseñadora, correctora y escritora. Navego en La Nave Invisible. Autora de El pasado es un cazador paciente e Izahi, a tus hijas.

domingo, 17 de mayo de 2020

Emilia Pardo Bazán, 100 años después

Emilia Pardo Bazán


El próximo año se cumplirá el primer centenario del fallecimiento de doña Emilia Pardo Bazán, destacada escritora española, sobre todo en el movimiento del naturalismo, feminista y avanzada a su tiempo. Bien por la aproximación de esta fecha, bien por la recuperación que se está realizando de figuras relevantes en el ámbito de la cultura que han sido históricamente relegadas a un segundo plano, lo cierto es que en los últimos años se ha hablado mucho de Pardo Bazán, de su producción y de su implicación como feminista.

Tal ha sido el creciente interés, y al estar ya sus obras exentas de derechos de autor, varias editoriales han publicado cuentos y novelas menos conocidas, hasta tal punto que se me hace complicado seguirles la pista y saber qué títulos se repiten en las diversas colecciones. Así pues, sirva este artículo no solo para saciar vuestra curiosidad, sino también la mía.

Después de mencionarla de pasada en el instituto, mi primer acercamiento a la autora fue a través de una pequeña publicación gratuita que reseñé en La Nave Invisible. A raíz de esa reseña, investigué para publicar su bibliografía y encontré un jugoso artículo académico sobre la inclusión de lo fantástico en la producción breve de doña Emilia. Más adelante, Laura Huelin se adentró aún más en la figura de Pardo Bazán, y una chica llamada Emma le dedicó varias entradas por la iniciativa Adopta Una Autora, que luego pasó al blog #DoñaEmiliaRocks

Y ahora que estamos en sintonía, pasemos sin más demora a enumerar estas últimas publicaciones que comentaba más arriba. Advierto, eso sí, que no todas son de temática fantástica.

La sirena negra (uvebooks)



La sirena negra es una novela corta publicada por primera vez en 1908 y que forma parte, junto con La quimera (1905) y Dulce sueño (1911), de las novelas negras de Emilia Pardo Bazán.

El corazón perdido (uvebooks)



Esta edición de arte, está inspirada en el relato corto de El corazón perdido de Emilia Pardo Bazán. Consta de una caja contenedor de 27 x 27 cm, en su interior, figuran: un plegado realizado en papel italiano Rembrandt, 300 grms,  que contiene el relato con ilustraciones de Alisa Mikibith, Andrea Vesalius y Sandra Márquez, tres obras originales de pequeño formato de la artista Sandra Márquez, firmadas, dos tarjetones impresos en papel italiano Rembrandt, 300 grms, del proyecto y un sobre impreso con el certificado de autenticidad.
Al ser una edición tan especial, en la actualidad está agotada.


La quimera (uvebooks)



Es la novela más autobiográfica de Emilia Pardo Bazán y esta edición es de enero de 2020.


Cuentos góticos (uvebooks)



Contiene los siguientes cuentos:
  • Vampiro
  • El conjuro
  • Un destripador de antaño
  • Mi suicidio
  • La resucitada
  • El antepasado
  • El espectro
  • El mausoleo
  • Las espinas
  • La cana
  • El fantasma

Cuentos trágicos (Cazador de ratas)



Dice Nieves Abarca en el prólogo: 
Doña Emilia escribió muchos y muy buenos libros, pero yo siempre he preferido sus cuentos oscuros, trágicos. En un país en el que estaba mal visto el Romanticismo y peor todavía el movimiento gótico (aquí solo Realismo y Naturalismo y poco más) la coruñesa hizo suyas la melancolía brumosa de Galicia y las corrientes inglesas y alemanas que amaban los vampiros y el terror y las reconvirtió en unas historias escritas como membrillo dulce del bueno y terribles como una tormenta en el Atlántico. No hay relato de este libro que escape al estremecimiento o al pavor.
Los cuentos que componen la colección son los siguientes:
  • El Pozo de la Vida
  • La mosca verde
  • El aljófar
  • La cana
  • La cita
  • Nube de paso
  • Drago
  • La tigresa
  • Durante el entreacto
  • La resucitada
  • El tesoro de los Lagidas
  • Dura Lex
  • El peligro del rostro
  • Recompensa
  • Dioses
  • Idilio
  • Por otro
  • La madrina
  • El pajarraco
  • La leyenda de la torre
  • La almohada
  • Hijo del alma
  • Arena
  • Argumento
  • «Santiago el Mudo»
  • La pasarela
  • Doradores

Un destripador de antaño y otros cuentos (Cazador de ratas)




Si bien no he logrado encontrar qué otros dos cuentos, además de «Un destripador de antaño», son los que aúna esta pequeña colección, he visto que Alianza tenía también una edición de 2015, también con tres relatos, el que da nombre al libro y estos dos: ­«El indulto» y «Por el arte». Supondré que el contenido es el mismo.

El saludo de las brujas (Cazador de ratas)


Aunque la portada tiene tintes góticos, lo único que he podido saber de esta novela, además de que fue publicada en 1898 y que tiene una prosa muy poética, es que encontraremos romance, intrigas y tragedia.

Cuentos fantásticos (Eolas ediciones)



Con edición y prólogo de Ana Abello Verano y Raquel de la Varga Llamazares, esta colección contiene los siguientes relatos:
  • El rizo del Nazareno
  • La Borgoñona
  • Un destripador de antaño
  • La santa de Karnar
  • El ruido
  • La calavera
  • El talismán
  • La máscara
  • Tiempo de ánimas
  • Vampiro
  • El oficio de difuntos
  • Eximente
  • Hijo del alma
  • La resucitada
  • La turquesa
  • El conjuro
  • La charca
  • Las espinas
  • El engendro
  • Lo que los Reyes traían

Como veis, sobre todo las antologías se han centrado en el cuento fantástico y gótico, con «Un destripador de antaño» como relato más repetido. Finalmente, debo añadir que ninguna de estas recopilaciones incluye el relato «La cabeza a componer», incluido en la antología Distópicas y poshumanas que reeditó hace poco Eolas ediciones, que tiene tintes de ciencia ficción.

La producción de doña Emilia en cuanto a relatos es inmensa (se dice que unos 600 relatos), y es difícil catalogarlos. Sin duda el artículo que mencionaba al principio sobre ello os resultará útil (los cuentos que allí se mencionan están listados en la bibliografía publicada en La Nave Invisible), y veréis que no todos ellos se incluyen en las obras que he mencionado aquí. Quién sabe si necesitaremos unos «Cuentos completos» estilo Philip K. Dick, con varios volúmenes, para reunirlos todos. Este centenario puede ser la mejor excusa para ello. Lo bueno es que, con paciencia, se pueden encontrar en la Biblioteca Virtual sin coste alguno (también hay algunos disponibles en Amazon de forma gratuita).

Espero que os haya servido esta pequeña lista y os animéis a descubrir (si no lo habéis hecho ya), a una de las grandes escritoras e intelectuales de nuestro país.



Laura S. Maquilón
Diseñadora, correctora y escritora. Autora de El pasado es un cazador paciente e Izahi, a tus hijas.

lunes, 30 de marzo de 2020

~Reseña~ Així es perd la guerra del temps, o la imaginación de un romance atemporal




Esta va a ser una reseña inusual. En primer lugar, porque hace meses que no reseño nada por aquí, pero eso empieza a entrar dentro de la normalidad (si queréis estar más al tanto de lo que voy leyendo, lo mejor es seguirme en Instagram). En segundo lugar, porque voy a reseñar un libro que no ha sido editado en castellano, y para eso sí es mi primerito día. This is how you lose the time war, escrito a cuatro manos por Amal El-Mohtar y Max Gladstone, ha sido editado en catalán por Mai Més, que llevan un año realizando una labor alucinante con los libros que publican. La novela, traducida por Lluís Delgado y Rosa Borràs como Així es perd la guerra del temps, tiene todos los puntos para arrasar con todos los premios internacionales este año. Y no es para menos.

Asistimos a una guerra infinita entre dos facciones a lo largo y ancho del tiempo. Numerosos hilos donde la historia se repite con diferentes variaciones que la Agencia y Jardín modifican para que el futuro sea como desean. Roma, Samarcanda, la América precolombina, Londres y batallas interplanetarias, todo está permitido. En algunos hilos Romeo y Julieta es una tragedia; en otros, una comedia. Seguro que en unos pocos ni siquiera existe. Así es el universo que imaginan les autores, lleno de referencias históricas y literarias, lugares donde la muerte de una sola persona puede cambiar radicalmente el curso de los acontecimientos.

En este contexto, Roja (por la Agencia) y Azul (por Jardín), son enemigas mortales. Dos espías, dos soldados, dos formas de cambiar la Historia. Una, más directa, más rápida, más violenta; la otra, más lenta, más sutil, más profunda. La primera, más máquina; la segunda, más orgánica. Ambas, engranajes de una guerra sin sentido.

Amal El-Mohtar y Max Gladstone (Uncanny)
La novela comienza cuando, tras una batalla ganada por Roja, esta se encuentra una carta de su enemiga. Una trampa, un pequeño capricho. «Quemar antes de leer», dice. Y Roja la quema. Y la lee. Y comienza un intercambio de cartas arriba y debajo de los hilos del tiempo. La visita de distintos emplazamientos y momentos históricos es una excusa para que Roja y Azul encuentren y lean sus cartas, escritas de las formas más imaginativas. Son, además, un ejemplo perfecto de «mostrar, no contar». Las personalidades de ambos personajes se dibujan a través de sus propias palabras, de la forma en que se dirigen a la otra, de sus experiencias pasadas, de su visión del mundo. Inocente, intensa, impaciente, atrevida. Les autores consiguen darles una voz propia y reconocible y que, por diferentes que sean, consigamos empatizar con ellas.

Todo en esta obra es un despliegue del sentido de la maravilla. Aunque lo más interesante se encuentra en el contenido de las cartas, la contextualización se disfruta por la lírica del estilo, por los detalles y las pequeñas revelaciones. En este sentido, para mí no ha sido una lectura fácil (el catalán no es mi lengua materna y mis conocimientos son muy del día a día); aunque podía seguir el hilo general de lo que sucedía, los pormenores se me escapaban en muchas ocasiones y hacia la mitad me costaba concentrarme en la lectura (estar en un apocalipsis pandémico tampoco ayuda, todo hay que decirlo). Además, en ese punto la narración se hace un tanto repetitiva y durante varios intercambios apenas avanza la situación. Supongo que si lees habitualmente en catalán (y por tanto, más rápido) no tendrás este problema, pero yo aviso por si algún no cataloparlante quiere aventurarse. Para mí, a pesar de este bache, ha merecido la pena.

Y es que Així es perd la guerra del temps es una lectura rica en muchísimos sentidos. No solo por las referencias o por el despliegue de imaginación, sino por cómo Gladstone y El-Mohtar nos cuentan una historia que ya hemos leído mil veces haciéndola pasar por original. Al fin y al cabo, no hay que llevarse a engaño: es una novela romántica, un enemies to lovers de manual, aunque sea por correspondencia. Pero lo importante aquí no es el qué, sino el cómo. Es una lectura para paladear, para disfrutar al aire libre bajo el canto de los pájaros con una taza de té. Para releer y saborear las metáforas que se esconden tras cada ingeniosa manera de escribir una carta. Comerse las palabras, quemarlas, grabarlas en hueso, incorporarlas bajo la piel. Hay capas de significado tras la propia narración que me han hecho disfrutar muchísimo.

Lámina de Marina Vidal
Con este intercambio epistolar, Roja y Azul se arriesgan a ser descubiertas por sus respectivas facciones, a ser acusadas de traición. Y, para más inri, hay una sombra que las persigue y va recogiendo los restos de las cartas. Este es el hilo que permite que, cuando parece que el formato no dé para más, les autores den un giro a los acontecimientos sin que nos perdamos en la locura de hilos temporales que han formado.

La mención a Romeo y Julieta, que aparece en la propia obra, no es casual. Així es perd la guerra del temps bebe de ella igual que de muchas otras obras. Seguramente, alguien con más conocimientos de Historia o Literatura sabrá sacarle más jugo. Pero eso no evita que cualquier lectore pueda disfrutar con esta historia. ¿Fantasía? ¿Ciencia ficción? ¿Romántica? La complejidad de una novela tan corta es brillante y hace imposible clasificarla en una sola categoría. Pero me hace tremendamente sencilla la labor de recomendarla: leedla, en el idioma que podáis. Gracias, Mai Més, por traerla y mimarla tanto.



Título: Així es perd la guerra del temps
Autores: Amal El-Mohtar y Max Gladstone
Traductores: Lluís Delgado y Rosa Borràs
Editorial: Mai Més
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Año de publicación: 2020
Nº páginas: 184
Precio: 18,95€ / 9,49€ (ebook)



Otras reseñas:




Laura S. Maquilón
Diseñadora, correctora y escritora. Redacto en Revista Windumanoth y Libros Prohibidos. Autora de El pasado es un cazador paciente e Izahi, a tus hijas.

lunes, 10 de junio de 2019

~Reseña~ El cielo de piedra, o un mundo construido bajo la sangre





Esta reseña se adscribe a la iniciativa #LeeOrgullo.

Cuando te enfrentas al último volumen de una saga, pueden ocurrir dos cosas: que lo devores con ansia, deseando saber cómo se resuelve una historia que te ha acompañado durante un buen trecho, o que lo consumas a pequeños bocados, temiendo que se acabe. Incluso puede ser que te ocurran ambas cosas a un tiempo, en esa contradicción tan humana de querer algo y no quererlo a la vez. En esta última tesitura me encontraba yo cuando empecé a leer El cielo de piedra, la multipremiada novela de N. K. Jemisin que cierra la Trilogía de la Tierra Fragmentada, que ya reseñé con anterioridad en La quinta estación y El portal de los obeliscos. Aunque no temía que la historia de Essun se acabara, sino todos los mazazos que podía darme la autora con ella. Porque esta trilogía es un golpe detrás de otro, y esta última novela no ha sido menos.

(Ni qué decir tiene que en esta reseña encontrarás algunos spoilers de los libros anteriores, aunque no desvelo mucho sobre la trama).

La Estación que comenzó cuando se abrió la Hendidura en medio del continente se prolonga ya un par de años. La ceniza cubre el cielo y el suelo, cuesta encontrar suministros, las plantas se marchitan y los animales que sobreviven son todavía más peligrosos. En este contexto, la comu de Castrima tiene que enfrentarse a los últimos hechos acontecidos en El portal de los obeliscos si quiere seguir adelante. Y eso implica enfrentarse a la misma Estación.

Mientras tanto, Essun tendrá que elegir si continúa con sus nuevos compañeros o va a buscar a su hija Nassun, donde quiera que esta se encuentre. Nassun, por su parte, ha llegado a un punto de rotura inimaginable para una niña de diez años y se ha visto abocada a tomar decisiones difíciles que volverían loco a cualquier adulto.

Así empieza El cielo de piedra, pero no creo que los hechos que suceden sean lo más relevante de esta novela. Las alegorías en esta parte son aún más contundentes y fuertes que en las anteriores (supongo que por eso algunos comentarios la catalogan de prescindible). Esto no es un libro de aventuras, es una historia que apela a nuestra empatía, al ser humano en su más pura esencia, que habla de lo mejor y lo peor que somos capaces de hacer. Habla del miedo y la esperanza, del amor, de la soledad, de la incomprensión, del aislamiento, de la maternidad. Y sí, ante todo y sobre todo, habla de racismo, de discriminación, de utilización, de esclavitud, de servilismo, de contradicciones, del respeto a la vida o a la naturaleza. ¿Se puede hablar de todo ello en apenas 400 páginas. De esto y mucho más.


Es difícil entrar en un tema en concreto sin desvelar demasiado, así que comentaré un par de aspectos por encima que me estrujaron ya no el corazón, sino el alma al completo.

En primer lugar, la relación de Nassun y Essun. Essun nunca fue una madre ejemplar para su hija, pero hizo lo que debía para protegerla. Sin embargo, Nassun ha crecido en un entorno sin recibir un cariño verdadero. Es normal, dadas las circunstancias, que se aferre a un clavo ardiendo y que sea capaz de todo por él. En esa situación no se puede prever qué sucederá si la niña y Essun se reencuentran. Es una relación compleja, llena de recovecos y espinas, que Jemisin resuelve de forma brillante. Dura, como no podía ser de otra manera, pero coherente y brillante.

Por otra parte está la relación de Essun con los demás y consigo misma. Lleva tanto tiempo ocultando quién es, tomando decisiones por su propia supervivencia, que tendrá que rehacerse a sí misma si quiere tener una oportunidad de llegar hasta el final. Y eso también duele.

Sin embargo, lo que más duele es la propia historia de los orogenes. Las figuras centrales del relato siempre han sido lo más desgarrador de La Tierra Fragmentada (recuerdo en este punto los nexos y los hijos de Alabastro), y en este punto no lo es menos. Con ello, se entiende el origen de las Estaciones, del sistema del Fulcro, de los Guardianes… el mundo que ha creado Jemisin se basa en algo tan cercano que asusta.


Quizá haya sido que me encontraba en el momento adecuado, la narrativa de la autora con la traducción de David Tejera, los temas y las formas de tratarlos… muchas han podido ser las variables, pero lo cierto es que he leído todo El cielo de piedra con los sentimientos a flor de piel. Desde el primer capítulo hasta el último, pasando por una mitad que, aunque más pausada, no dejaba de destilar una rabia amarga, una crítica constante. «Hay ocasiones en las que lo más importante es el cómo, no solo el resultado final». Y este es el resultado final: aunque al final acabamos reduciendo la realidad a números para poder abarcarla mejor, Jemisin consigue que cada persona cuente. Aunque sean desconocidos, aunque no tengan una relevancia especial, la autora sabe dedicarles el tiempo para que la despersonalización no los elimine de la historia.

En ocasiones sucede que cuando tienes muchas expectativas respecto a una obra, esta te acaba decepcionando. Este no ha sido el caso. El cielo de piedra me ha fascinado, me ha hecho llorar, me ha hecho reír, me ha hecho reflexionar. Y sí, también me ha dejado con ganas de más, de un poquito más. Pero pocas cosas hay dulces en esta historia. Ni siquiera cuando duran para siempre.



Título: El Cielo de Piedra (Trilogía de la Tierra Fragmentada III)
Autora: Nora K. Jemisin
Traductor: David Tejera Expósito
Editorial: Nova (PRH)
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Año de publicación: 2019
Nº páginas: 398
Precio: 21,90€ / 9,99€ (ebook)






Laura S. Maquilón
Diseñadora, correctora y escritora. Redacto en Revista Windumanoth y Libros Prohibidos. Autora de El pasado es un cazador paciente e Izahi, a tus hijas.

miércoles, 5 de septiembre de 2018

~Reseña~ La Compañía Amable, o una nueva fantasía para enamorarnos a todos




Hace aproximadamente un año (quizá algo más) que Rocío Vega comenzó a publicar relatos de La Compañía Amable en su Patreon. Un año en que muches hemos estado mordiéndonos la lengua y hablando en pequeños corrillos de lo maravilloso de su propuesta y de las ganas que teníamos de que mucha más gente la conociera. Y es que, aunque haya quien diga lo contrario, hay muchas historias que no se han contado aún.

En este caso, nos hallamos ante cinco aventureras que van recorriendo distintos reinos en busca de encargos. Misiones como recuperar un tesoro, unos viejos pergaminos, un cadáver, buscar desaparecidos… Cinco mujeres muy diferentes pero unidas por una férrea amistad, el tema central en torno al que gira este libro. En un género como es la fantasía pseudomedieval donde los personajes femeninos suelen tener, si no un papel secundario, confinado por su condición de mujeres, Vega despliega un universo en el que pueden ser protagonistas, libres y abiertas con su sexualidad.

No obstante, el argumento va más allá que la amistad entre las integrantes de esta troupe. Antes de continuar, me gustaría aclarar que esto no es una novela, o al menos no una novela al uso. Hay que recordar que fue publicada en su mayor parte en Patreon, por lo que está dividida por entregas, como una serie. Cada episodio es autoconclusivo, si bien conviene leerlos en orden porque tienen cierta continuidad, sobre todo una de las tramas. Clarificado este punto, vamos a explicar cómo está conformada la historia de Trig, Dalika, Violante, Nadeeha y Ava.

Nadeeha me salió en el test de Buzzfeed y sí, acierto total
En primer lugar nos encontramos con "Por una amiga", relato que podéis escuchar (sí, escuchar) de forma gratuita en Lektu. En él conoceremos a Trig y Dalika cuando ya tienen unos cuantos años a sus espaldas y las cicatrices y el pasado pesan. Se reencuentran años después de que la vida las separara, y lo mismo ocurrirá en los sucesivos capítulos. Violante y Nadeeha también volverán para vivir una nueva aventura con la mercenaria y hacia el final comprobaremos como todas esas visitas han influido para que se desate un problema que deberán afrontar juntas.

Entre esos capítulos, que conforman un arco, encontramos otros situados en la juventud de las chicas, cada uno centrado en un personaje diferente. Estos sí que son, en cierto modo, independientes, si bien cada uno es un paso más en la amistad de estas aventureras, por lo que también recomendaría leerlos en orden.

Ahora bien, ¿quiénes son estas mujeres? Antes las he presentado brevemente, pero quiero expandirme un poco. En primer lugar conoceremos a Trig, que fue mercenaria y es, quizá, una de las más sensatas del grupo. Después vendrá Dalika, clériga de Avastrad, traspasa el flujo vital de su entorno para curar heridas (entre otras cosas); Violante, hechicera, con un carácter difícil y que causará algunas tensiones en el grupo; Nadeeha, espadachina procedente de una familia de cierto nivel, lo que la hará ser la encargada de hacer los tratos con los clientes; y Ava, la barda, buena gente pero un tanto bocazas. De todas ellas encontraremos ilustraciones interiores que servirán de presentación a cada uno de los ocho episodios en que se divide este volumen, realizadas maravillosamente por Cecilia G. F.


Esta ilustración de PREZ no está en el libro, pero ¿a que es alucinante?
Como podéis ver, esto huele mucho a juego de rol, y por ello es que alguna gente ha denominado a La Compañía Amable fantasía rolero-andalusí. Si bien la historia no surgió de una partida, sino de la propuesta de La otra fantasía medieval, la autora ha dicho en muchas ocasiones que es jugadora asidua y ha dado charlas sobre el tema, así que no deben extrañarnos estas influencias.

Por otra parte, lo de "andalusí" tiene todo que ver con la ambientación. Cuando leemos fantasía solemos encontrarnos con un pseudomedievo inglés o centroeuropeo, pero raramente los mundos que se construyen recuerdan a la Edad Media que se vivió en España, con esa mezcla de pueblos y costumbres (otro ejemplo sería Cordeluna, de Elia Barceló). Esta es otra de las particularidades de esta historia, que la hacen diferente y a la vez muy cercana.

Este libro no solo tiene un montón de aventuras, un sistema de magia con demonios esclavizados, giros de guión de lo más emocionantes o mujeres diversas, con sus diferencias y peleas, pero que, aun con todo, siguen siendo amigas. También tiene una gran cantidad de representación LGBT, hay lesbianas, gays, bisexuales, personas trans y asexuales, sin que por ello la trama gire en torno a esa condición. No debería ser un aspecto a destacar, pero dados los tiempos que corren, creo que es importante hacerlo notar. Porque, a pesar de esa amistad palpitante, hay muchos personajes que sufren, hay muertes, hay venganzas, hay rencores, hay pobreza, hay esclavitud y hay oscuridad. Por algo también se le ha definido como "grimdark de señoras (con brazacos)". Pero eso no impide que sea inclusivo, que se use el género neutro con personas no binarias, que se celebren bodas gays o que se permita la poligamia.

Con las imágenes interiores, portada y contraportada se ha hecho un mazo de cartas coleccionables 
Vega demuestra con un estilo directo y efectivo que todavía queda mucha fantasía por explorar y que derribar viejos clichés es una buena forma de hacerlo sin renunciar a la emoción y la calidad. Y, por si fuera poco, viene en un formato precioso, en tapa dura, con letras capitales (diseño de PREZ) e ilustraciones interiores a color con papel satinado. La única pega que podría ponerle es que la tipografía es un pelín grande para mi gusto, pero por lo demás la edición es una gozada para el precio que tiene. A mí me ha enamorado y, sin duda, quiero mucha más Compañía Amable (y mucha más Nadeeha). Seguro que si estáis buscando una fantasía diferente, también acabaréis atrapados.


Título: La Compañía Amable
Autora: Rocío Vega
Editorial: Cerbero
Encuadernación: Tapa dura
Año de publicación: 2018
Nº páginas: 544
Precio: 20



Dalayn
Lectora por vocación. Arquitecta por amor al arte. Soñadora de mundos y hacedora de historias. Escribo porque me hace feliz.
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