Blog de literatura fantástica

martes, 15 de marzo de 2016

~El Segundo Ocaso~ El Imperio de Monmor

La mezquita rosa de Nasir al-Mulk. O los jardines del palacio de Yinahia

BREVE HISTORIA DE MONMOR

Antes del Ocaso, Monmor era un vasto desierto donde vivían una serie de tribus nómadas más interesadas en guerrear entre sí que en mirar más allá de sus fronteras. Pocas cosas les unían: la costumbre de no poner nombre a un niño hasta que cumpliera los dos años de edad, pues tenía que demostrar que podía sobrevivir para ser considerado un ser humano; la costumbre de considerar el paso de niño a hombre a la edad de quince años.

Tras el Hundimiento de Ahdiel en el Abismo, las tribus se organizaron y se unieron, aunque no sería una unión total. La tribu yinahaii se alzó por encima de las otras y la alianza se centró en la figura de su Divino Emperador. Una vez unificadas comenzaron a interesarse por lo que ocurría más allá de sus fronteras. Y se encontraron que, tras el Ocaso, los demás países de Ridia habían empezado a guerrear entre sí. Eso les permitió ir acumulando influencias hasta situarse como la potencia más fuerte del continente. Han conseguido una gran expansión comercial (en todos los libros encontramos multitud de referencias a las alfombras monmorenses); sin embargo, la tensión interna se ha mantenido entre las tribus y ha impedido expandirse militarmente a Monmor hasta ahora. De hecho, si atendemos a la cronología de la saga, aproximadamente 30 años antes de que comience La Elegida de la Muerte hay una rebelión de las tribus de Monmor que acaba provocando que se promulgue un edicto imperial sobre esclavitud. Por supuesto, los yinahaii no serán objeto de este edicto, lo que provocará aún más recelo del resto de tribus.

Cartel realizado por Erika Aguilar

LOS SEIS Y LA ASCENSIÓN

La religión de los Seis la comparten todas las tribus de Monmor, aunque más bien parece ser impuesta por los yinahaii tras el Ocaso, al igual que el culto divino al emperador. Consiste en la adoración de los elementos que componen el mundo: el Agua, el Aire, la Tierra, el Fuego, la Vida y la Muerte.

Al emperador se le considera un dios y se le trata como tal. Se le llama Alhaii, en honor a Alhaii Aliayha, primer emperador de Monmor. Para ello primero tiene que ser un hombre, y como rezan las costumbres monmorenses, esto ocurre a los quince años de edad. Solo los monmorenses pueden dirigirse a él con ese título, pues son los únicos que lo ven como un dios. Los extranjeros se consideran infieles que no son dignos ni de escuchar su voz y deben dirigirse a él como Alabado.

Para su divinización el emperador tiene que pasar por una ceremonia donde se utilizan símbolos de los Seis para obtener poder sobre ellos y fortalecer la imagen divina que ha de tener el pueblo de él. Para ello tiene que mostrarse tal y como es: ha de pasar por cada símbolo desnudo.

En primer lugar le vuelcan una tina con agua helada sobre la cabeza que le deja sin respiración durante unos segundos. Así el emperador obtiene el poder sobre el Agua y el Aire.

En segundo lugar lo que se vuelcan son montones de arena hasta quedar cubierto por entero. Al deshacerse de su prisión el emperador obtiene poder sobre la Tierra.

En tercer lugar vuelcan brasas ardientes sobre su desnudez para que obtenga poder sobre el Fuego.

En cuarto lugar una sierva le hace una felación y el emperador obtiene poder sobre la Vida.

Por último, el sumo sacerdote le clava una daga en el costado y así obtiene el poder sobre la Muerte.

Hay un comentario en Entre las dos orillas en el que se nos insinúa que todos estos símbolos lo que quieren decir en realidad es que para que un hombre sea un dios debe dejar de estar atado a las necesidades y leyes del cuerpo: las quemaduras, la falta de oxígeno, una herida o el sexo.




LAS TRIBUS DE MONMOR

Cinco son las tribus que se unieron y formaron el Imperio de Monmor, aunque su unión no fue exactamente equitativa.

DEPAYIH: es una de las tribus más antiguas de Monmor, la primera que llegó a las tierras estériles del sur. Sus ancianos aún hablan la lengua de los primeros pobladores de las arenas. Antes del Ocaso su hogar estaba en las montañas de Vahiya, en los montes Ahahlios, pero los yinahaii se instalaron allí tras el Hundimiento. Ahora su asentamiento principal está en Vulenhe, al pie de las montañas de Depayihia.

VAHIYI: habitan en el sur de Monmor. Se distinguen por su piel negra y, en ocasiones, sus ojos azules.

EUHOI: aunque las tribus monmorenses en general eran nómadas, ésta muestra claramente que lo sigue siendo. Los euhoi transitan sobre todo la Planicie de Caredne con sus familias y animales, aunque son habitantes del desierto (o las Arenas) en general. Trasladarse es su forma de vida, por ello no usan a los animales como transporte sino solo como acompañantes. Los que pueden cargar enseres, como camellos o caballos, son considerados por encima de las ovejas, cabras y perros. Sin embargo, las encargadas de llevar las tiendas son siempre las mujeres, les pertenecen. De esta manera, los hombres solo pueden hallar cobijo en ellas si las mujeres se lo ofrecen.
Una de las cosas que más llaman la atención de esta tribu es que leen el pasado y el futuro en las estrellas, buscan la Verdad en ellas y esperan a que sucedan los acontecimientos, no actúan ni intervienen (si pueden evitarlo). Los euhoi creen que todos los que viven bajo el cielo son capaces de interpretar las voces de las estrellas. Excepto las estrellas encarnadas: a ellas les resulta imposible descifrar el mensaje escrito en el cielo, pues ellas mismas forman parte del mensaje. Las estrellas encarnadas eran personas que poseían el poder de sentir los sentimientos de los demás. Cuando éstas decidían compartir esas sensaciones, los monmorenses llamaban a aquello «hacer brillar a una estrella», pues les embargaba un torrente arrollador de emociones tan intenso que los lanzaba hacia el éxtasis.
Más que a los Seis, adoran al sol, que consideran un dios terribe, vengativo y letal. Cuando un hombre roba agua o agacha la cabeza ante el emperador de Monmor lo atan a una roca para que el sol lo queme.
En Entre las dos orillas encontraremos muchas referencias al odio de los euhoi hacia los yinahaii, por tratarlos a ellos y a las demás tribus como esclavos e intentar apartarlos de las Arenas. Los euhoi no ansían tierras, ciudades ni riquezas. Por eso están totalmente en contra de las ansias del emperador de conquistar Ridia.

QOHU: llamados también Cazadores de Sombras. Viven en la costa noreste de Monmor, entre las ciudades de Qouphu y Yuvhiahe. Forman una etnia plácida y pensativa, más preocupada por los misterios de su antigua religión que por conquistar a otros hombres. Sin embargo, su escaso deseo de ser más que los demás y querer más de lo que poseen les da mucho valor como guerreros. Varios diah del emperador son qohu.

YINAHAII: esta tribu se sitúa por encima de las demás debido a que el emperador es yinahaii. Por lo tanto, se considera que tienen una sangre "especial" y se considera un deshonor mezclarla con otras tribus. De hecho, en Yinahia, hogar original de los yinahaii, actualmente se pueden distinguir dos zonas bien diferenciadas: la Ciudad de los Dioses, donde solo viven yinahaii y se asienta el palacio imperial y la Ciudad de Arena, donde habitan todos los demás. De hecho, hallar una persona de otra etnia en la Ciudad de los Dioses se llega a considerar delito. Yinahia se elevó a la sombra de los montes Ahahlios y en torno a un pequeño oasis. Sus calles son rectilíneas, enmarcadas por edificios blancos y amarillentos. El agua es transportada por canales y acueductos y la aprovechan al máximo a través de los huertos y jardines escalonados.
Los yinahaii se distinguen por su estatura, su piel morena, el cabello negro y las facciones afiladas. El resto de etnias les tienen rencor por estar por encima de ellos y ser considerados dioses, al tiempo que los tratan prácticamente como esclavos.

Hombre de Piedra. Fotografía de Tamás Kátai

CURIOSIDADES

SHEH HALI: Aunque antes del Ocaso las tribus vivían por separado, en determinadas circunstancias se unieron bajo el liderazgo de un sheh hali. El sheh hali (o sheh halaa, en caso de ser una mujer) era un jefe de jefes y su poder procedía del reconocimiento de todas las tribus como tal. A lo largo de miles de años solo ha habido cinco sheh hali, todos antes del Hundimiento de Ahdiel. Tras el Ocaso, la figura del sheh hali era demasiado parecida a la del emperador, por lo que nombrar otro podría ser considerado una especie de traición al Imperio.

NOMBRES: Mientras que en el resto de Ridia los nobles (y no tan nobles, ejem, Keyen, ejem) son mentados mediante su nombre y región de procedencia (Danekal de Laurvat, Adhar de Vohhio), en Monmor se nombra al padre (con Danekal, por ejempo, sería "Danekal, hijo de Tearate". También se hace distinción según sea hijo o hija. Aquí un ejemplo de verdad:

Halimi in Kahin (Halimi, hijo de Kahin), padre del actual emperador de Monmor.
Valhiya een Aliqi (Valhiya, hija de Aliqi), madre del actual emperador de Monmor.

ALGUNAS PALABRILLAS: si prestamos atención a las localizaciones y los nombres de los monmorenses encontraremos una cierta similitud (sobre todo por la proliferación de la H). No hay que olvidar tampoco que las tribus se mantuvieron aisladas del resto de Ridia hasta el Ocaso, por lo que no nos debería extrañar que tuvieran un lenguaje propio. En las novelas que hay publicadas encontramos algunas palabras propias de Monmor y su significado.

Yiha: mayor
Havih: agua
Vhie: rápido
Dalsel: grande
Alhaii: Elegido
Aliayha: Destino
Shalhed: Mellizo

(De esta manera, Alhaii Aliayha, el primer emperador de Monmor, sería el Elegido del Destino).

HONOR Y VENGANZA: Hay una costumbre tan arraigada en los monmorenses desde antes del Ocaso que puede ser considerada una ley. En las Arenas, aquel que no consigue proteger a sus seres queridos de la muerte es el culpable de la misma, a menos que mate a su asesino. Por ejemplo, un esposo cuya mujer sea asesinada debe buscar a su asesino y matarlo, no solo como venganza sino para restaurar su honor, pues es culpable de la muerte de su esposa al no haberla podido proteger.

La información para esta entrada está extraída de las novelas de El Segundo Ocaso hasta Títeres del Azar. ¡Si tenéis algún aporte que haya pasado por alto podéis contactar conmigo y lo añado!

PD: Si queréis saber más sobre el Segundo Ocaso podéis seguir investigando en el blog o en la web oficial de la saga.



Dalayn
Lectora por vocación. (Medio) arquitecta por amor al arte. Soñadora de mundos y hacedora de historias. Escribo porque me hace feliz.

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