De
entre las muchas cosas que me han gustado de El océano al final del camino, sus reflexiones sobre la dualidad
niñez-adultez y los recuerdos son de las que más me han maravillado. Adoro los
libros que te dejan pensando, que te hacen paladear las frases para desentrañar
su significado, para aprehenderlo y que de ellos extraigamos algo que nos haga
cambiar aunque sea de una manera ínfima nuestra percepción del mundo.
Estas
son las citas que he marcado conforme leía y que espero que os hagan
reflexionar a vosotros también.
«A veces los recuerdos de la infancia
quedan cubiertos u oscurecidos por las cosas que sucedieron después, como
juguetes olvidados en el fondo del armario de un adulto, pero nunca se borran
del todo».
«Me pregunté quién era yo, algo que solía
hacer a esa edad, y qué era exactamente lo que estaba mirando la cara reflejada
en el espejo. Si la cara que estaba mirando no era yo, y sabía que no lo era,
porque seguiría siendo yo le pasara lo que le pasase a mi cara, entonces ¿qué
era yo? ¿Y qué era lo que estaba mirando?».
«En el fondo, nadie es como aparenta
ser. Tú, por ejemplo. O yo. Las personas son mucho más complicadas que eso. Y
eso vale para todo el mundo».
«Por dentro, los adultos tampoco
parecen adultos. Por fuera son grandes y desconsiderados y siempre parece que
saben lo que hacen. Por dentro, siguen siendo exactamente igual que han sido
siempre. Como cuando tenían tu edad. La verdad es que los adultos no existen.
Ni uno solo, en todo el mundo».
«Los adultos no deberían llorar. No
tienen una madre que los consuele».
«No echo de menos ser un niño, pero
echo de menos el placer que me producían las pequeñas cosas, por más que las
cosas importantes se estuvieran desmoronando. No podía controlar el mundo en
que vivía, no podía huir de las cosas, la gente o los momentos que me hacían
daño, pero disfrutaba como un enano de lo que me hacía feliz».
«Nada es nunca igual. Así haya
transcurrido un segundo o cien años. Todo está en continuo movimiento. Y la
gente cambia igual que cambian los océanos».
«Cada cual recuerda las cosas de una
manera; nunca encontrarás a dos personas que recuerden exactamente lo mismo,
fueran testigos de ello o no. Dos personas pueden estar muy cerca la una de la
otra, y sin embargo tener percepciones muy distintas sobre determinado asunto».
«No se puede aprobar o suspender en el
hecho de ser persona».
Ahora mismo te odio, por que quiero releerlo ya, es una obra genial (una vez más) del gran Neil Gaiman. Espero que leas American Gods pronto, que la serie esta al caer. Un besin^^
ResponderEliminarTiempo al tiempo XD Que resulta que del reto de lecturas que me propuse solo he leído la mitad y me faltan Sanderson y Abercrombie a saco. Pero caerá, tarde o temprano. Gaiman ha conseguido enamorarme en un par de libros así que dudo que pierda la oportunidad de reencontrarme con él cada cierto tiempo <3 Besos ^^
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